21 colocaciones para monaguillo

Era madre de sacristanes, tía y abuela de monaguillos, y había desempeñado la portería de la rectoral de San Lorenzo durante luengos años.

Tomás, el hijo mayor, quedaba encargado del jardín; Esteban, después de largos años de monaguillo y ayudante del sacristán, era silenciario y había agarrado la vara de palo con los siete reales diarios, objeto de todas sus ambiciones.

CAPITULO II En tanto de esto, el estropeado y Mercadillo, sentados en la celdilla del campanario, noble aposento del monaguillo, a la pavilosa luz de una de tantas candelillas como sisaba el muchacho, entrambos repasaban los papeles y envoltorios de la bolsa que olvidó el honrado usurero.

De las manos de un pariente lejano, que le molía a palos y le llamaba hijo de tal y de cual, pasó al servicio de la Iglesia con carácter de monaguillo, y hasta llegó a cantar en el coro de la catedral en funciones de tiple; y esta época fue, según él, la más santa de su vida, sin ser perfecta.

El continente altivo del monaguillo se había convertido en humilde actitud.

Gabriel no acababa de dar la vuelta a la catedral sin que se le uniera su sobrino el perrero, abandonando su conversación con los monaguillos o con el mozo de recados de la secretaría del cabildo, que tenía su asiento fijo en la puerta de la Sala Capitular.

Era un hombre menudo, con cuerpo de monaguillo y cabeza de sacristán.

Entraron en el cementerio casi al mismo tiempo que por distinto camino llegaba otro convoy fúnebre con gran aparato de coches enlutados, en el primero de los cuales iba un cura con sus monaguillos para rezar las últimas preces.

En los tiempos que su padre, abuelo materno de Gabriel, era sacristán de la catedral, ejercía las funciones de monaguillo un chicuelo, sobrino de cierto beneficiado que acabó por costearle la carrera en el Seminario.

La iglesia vibraba con los golpes de algunos monaguillos que sacudían el polvo a la famosa sillería del coro.

Apenas el insigne maese Barbillo, que armado de sobrepelliz y sotana, atalayaba desde la torre de la iglesia el camino, vió que los que iban, se habian reunido á los que venian, cuando, satisfaciendo la impaciencia de los monaguillos, les mandó echar las campanas á vuelo.

cuando presumía con su cirio, que quería llevar siempre como una espada, a pesar de las lecciones del monaguillo... Pero lo que desolaba sobre todo al señor cura es que el capitán Kernok mascaba tanto, que durante la misa escupía sobre todo el mundo.

Muchas veces me he acercado al altar de Dios lleno de fe, con el corazón contrito, y a los pocos momentos, con el fútil pretexto de que le dolían las rodillas, o sentía debilidad, o le crispaban las muecas del monaguillo, me arrancó de allí a viva fuerza.

Eso , su orgullo no le permitía aceptar el papel de monaguillo; siempre tenía que ser él el prior o el obispo, o, por lo menos, el vicario de la pirroquia, como dicen en mi pueblo.

Sonaba y resonaba en la bóveda la tos de un viejo que rezaba en una capilla escondida; los pasos de un monaguillo irreverente retumbaban sobre la tarima de un altar, y como un refuerzo del silencio llegaba a los oídos un rumor tenue de los ruidos de Vetusta.

Al criado le tostaba en parrilla: unas veces le mandaba en tarde de romería a cualquier aldea con un recado insignificante, para que no se recrease; otras veces le cerraba de noche la puerta si llegaba un minuto más tarde de lo convenido y le hacía dormir al sereno, o bien le obligaba a quitarse las patillas, o le vestía el ropón del monaguillo porque notaba que esto le molestaba mucho.

En el costado izquierdo de la parroquia se habilitarán, entre otras dependencias, el vestuario, sala de monaguillos, despacho del Director y salón de ensayo de los músicos.

Total, señores, en Alares a cinco leguas de Navahermosa les sorprendimos rezando el rosario, les copamos... no se escapó uno para simiente de monaguillos.

No teniendo ocasión de hacerlo, el párroco aliviaba su corazón administrando un par de ellas en el trasero a cualquier monaguillo que tropezaba en su camino.

Así un automóvil a toda velocidad no puede detenerse de repente, aunque el «chauffeur» descubra en el camino un obispo de mitra y gran capa pluvial, seguido de una veintena de monaguillos con rojas sobrepellices.

Familias enteras se envanecían con el roquete y los zapatos de un monaguillo.

21 colocaciones para  monaguillo