Qué preposición usar con perdimos
LA VOZ DE TODOS ¡Abran a su padre! ¡Abran a su padre! EL CABALLERO ¡Derribad la puerta! ¡Mis verdaderos hijos sois vosotros! LA VOZ DE TODOS ¡Tengan caridad para su padre! ¡Caridad y respeto! ¡Caridad y respeto! EL CABALLERO ¡Eso lo da sólo el amor! Por las mejillas del viejo linajudo ruedan dos lágrimas que se pierden en la nieve de su barba.
Á él voy, contestó con calma Esteban, que después de dar una gran voz acompañada de un silbido para que se agruparan los corderos, que no perdía de vista y comenzaban á desparramarse por el monte, torno á rascarse la cabeza y prosiguió así: [Footnote 1: que no perdía de vista y comenzaban.
¡Oh, señor! ¿Y lo que este pueblo ha conquistado con tanta sangre, será perdido por el orgullo de un solo hombre?
La verdad es que tenía razón miss Ana y los demás criados al decir que la señora era quien echaba a perder a la chica.
] Figuraos un caos incomprensible de sombra y luz, en donde se mezclan y confunden con las tinieblas de las naves los rayos de colores de las ojivas; donde lucha y se pierde con la obscuridad del santuario el fulgor de las lámparas.
¡Ves que la pieza está herida, que es la primera que cae por mi mano, y abandonas el rastro y la dejas perder para que vaya á morir en el fondo del bosque! ¿Crees acaso que he venido á matar ciervos para festines de lobos?
Su hija y su yerno la perdieron al ver esta actitud.
Más lejos un mozo aldeano deja pacer la yunta de sus vacas, y a lo largo de los caminos, que se pierden entre verdes y sonoros maizales, trotan cabalgadas de chalanes que van de feria, y cruzan graves y procesionales, viejos vestidos de estameña, con sus grandes bueyes de cobre luciente, hermosos como ídolos, con verdes ramos de roble en las testas.
Llegó la época de entrar en la Maríbeles y de perder hasta el recuerdo de las personas conocidas.
Bostezaba en la Ópera, ganaba y perdía sin emoción grandes sumas al juego y no estaba contento más que sentado en el pescante de su mail, guiando cuatro caballos del Kentuki, ó á bordo de su yate de mil doscientas toneladas, un verdadero transatlántico tripulado por sesenta hombres y armado de seis cañones, con los cuales hubiera podido defenderse, pero que no le servían más que para saludar á los puertos.
Su diáfano elemento se cubre de millares refulgencias de luz; la brisa vaga fresca, reluce el firmamento, las olas en suspiros cuentan al manso viento historias que se pierden del tiempo en el capúz.
Su argumento es como sigue: Virginio, ciudadano de Roma, perdió á su hijo Fabricio cuando la sitió y saqueó el condestable de Borbón, y pasó después á Módena con su hija Lelia, hermana gemela del perdido.
Pero también sucede que se espesan y se acumulan las nieblas en nubes apretadas y arremolinadas: se atraen y se rechazan; amontónase electricidad en los vapores acrecentados; estalla la tormenta y el mundo inferior se pierde bajo el tumulto tempestuoso.
Nosotros pasamos por fin, nos alejamos volviendo la cara, hasta que la perdimos de vista.
Siguiendo la línea de la playa, la que no habíamos perdido desde que salimos de Pagbilao, continuamos el día doce la navegación en demanda del pueblo de Catanauan.
El sol se perdió tras de las lejanísimas montanas de Antioquia que terminan cerca de la isla de Mompos, y en medio de la oscuridad arribamos al extenso y arenoso puerto de Calamar, á 100 metros de la bifurcacion que da orígen al canal del Dique.
Poco después, al volver la punta de Algecíras, la mas avanzada de España en el Mediterráneo, perdimos de vista el golfo y el peñón de Gibraltar.
Comprar y vender perdiendo durante algún tiempo éste era el medio que proponía Llera para conseguir la baja de las acciones y poder adquirir con mucho menos dinero la mitad más una y apoderarse por completo del negocio.
Iban echados sobre fardos de ropa y miraban mudos la llanura de agua que se perdía hacia la campaña del sur.
Marta, con el peligro, recobró la actividad que había perdido ante la lúgubre ceremonia de la comunión; preparó todos los medicamentos, dio fricciones con un cepillo a la enferma en los pies, la sostuvo incorporada largo rato para que no se sofocase y ejecutó cuanto don Máximo había prescrito en los casos anteriores.
Y ansí duró deste señor Inca Yupanqui este beneficio é proveimiento, hasta que los indios fueron subjetos con la entrada de los españoles en estos reinos, con cuya entrada todo esto se perdió é cebsó.
Tú comprenderás, hace tiempo he perdido sobre ella mi autoridad de madre.
¿No podremos decir, citando lo del antiguo romance, Con la grande polvareda Perdimos á don Beltrane?
Pero además debe notarse que el agua por la influencia del calor se enrarece y pierde mediante la evaporación muchas partículas ígneas que encierra, de igual modo que otras veces expulsa las de frías nieves que en sí contiene, disuelve el hielo y desata los vínculos con que éste la retuviera.
Tal está el caballero la verdura tiñendo en roja sangre; allí perecen de los suyos no pocos; que el valiente la virtud pierde contra mucha gente.