39 Metáforas para bello

¡Bello apresuramiento esta electrificación de su alumbrado público, cuando aun no había llegado el tren! Esta sola nota da la medida del gran espíritu de su fundador.

Bello cartel, á fe mía; y garantida la autenticidad de las piezas.

¿No debes nada, por ventura, ni siquiera la libertad, á la bella cautiva?

Debemos presumir, por lo tanto, que mientras más se conozca, más bello, más sublime, más noble será el concepto de las cosas todas, en cuanto conocidas.

Bello contraste con las tinieblas del fondo de la catedral, vasto sepulcro de piedra donde se sentia el reprimido murmullo de los espectadores invisibles!

Si se permite á alguna estética mezclarse en la moral, el bello crimen existe evidentemente.

¡qué bello es el dolor de una hija!dijo el bebedor de aire soltando resueltamente la pluma, ¡cuán meritorio a los ojos de Aquel que todo lo ve, que todo lo pesa, que da a cada uno lo suyo!...

No el alma a cuál se inclina ni lo que hacer ordena: bella es doña Magdalena, pero doña Serafina es el sol de Portugal.

Bello es el espectáculo al armonioso brillar del sol de la tarde sobre los hombres, sobre las vestiduras, sobre las cercanas casas cúbicas y blancas.

Y al oído le han repetido: Platón, lo Bello es el esplendor de lo Verdadero; Platino, lo Bello es la idea de lo Verdadero; Gœthe, hay diosas augustas que reinan en la soledad; alrededor de ellas no hay ni lugar ni tiempo; se turban cuando se habla de ellas.

Bello, Gramática, 391.Nombre, según Covarrubias, es la fama, "que los antiguos dezían nombradía".

Este hombre ha hecho una cosa muy mala; pero hay que reconocer que es muy fino, que tiene mucho talento y... ¡qué bella figura!...

Y quedan, allá lejos, por las altas eras, unos agudos gritos, velados finamente, entrecortados, jadeantes, aburridos: ¡El lo...co! ¡El io...co! VIII LA FLOR DEL CAMINO Qué pura, Platero, y qué bella es esta flor del camino!

¡Felices y aborrecidas sombras: Me llaman y no puedo seguirlas! Aquel bello pecado, regalo de los dioses y tentación de los poetas, es para un fruto hermético.

Esta cámara, no tiene mas que una entrada y dos alcobas: mirad: el pavimento es magnífico: de mosáico aunque empolvado y sucio: mirad qué bella es la fuente del centro; lo que prueba que hay algun valle ó barranco mas abajo del nivel de esta habitacion adonde puedan ir á parar las aguas: el encañado debe estar en buen uso, porque ayer la fuente corria: Cuando salí al aire libre vi que habia llovido.

Quedó resuelto por unanimidad que la más bella era la hija de Amon, la cual sobrepujaba en gracias á la otra dama del mismo modo que en valor habia sobrepujado á los tres reyes.

Oimos cantares de contrabandistas, historias de ladrones, antiguos romances moriscos, y por fin de fiesta, nuestra bella huéspeda cantó los infiernos, ó las regiones infernales de Loja, que son unas cavernas sombrías, por donde corren y se precipitan con espantoso estruendo rios y cascadas subterráneas.

Y al oído le han repetido: Platón, lo Bello es el esplendor de lo Verdadero; Platino, lo Bello es la idea de lo Verdadero; Gœthe, hay diosas augustas que reinan en la soledad; alrededor de ellas no hay ni lugar ni tiempo; se turban cuando se habla de ellas.

Si acaso permite el mal, Cuartana de tu belleza, Dar treguas á tu tristeza, Este bello original (Que no es retrato el que tiene Alma y vida) es del infante De Marruecos, Tarudante, Que á rendir á tus piés viene Su corona: embajador Es de su parte; y no dudo Que, embajador que habla mudo, Trae embajadas de amor.

¡Qué bello es aquel joven! ¡Qué grato será ir en sus brazos, empujada por la música! ¡Ah! Se acerca á ella... La mira con lástima... ¡Oh, nuevo puñal! ¡La compasión solamente lo impulsó hacia aquel sitio!...

Tu süave fragancia, Tu color delicado, El verdor de tus hojas, Y tus pimpollos caros Entre estas florecillas Pueden ser alabados; Mas junto á Clori bella Es locura pensarlo.

La cara es insignificante, flacucha, inexpresiva, enteca, sin expresión en la mirada ni sonrisa en la boca: lo único bello son las manos, finas, aristocráticas.

» Este bello monstruo que gustaba de las viejas historias de guerra y de las sublimes mitologías, amaba sobre todo la harmonía musical, las cornetas, los parches del combate.

¡Oh, cuán grata es la vida cuando sólo ilusiones llenan de nuestra mente el invisible azul! ¡cuán bello es todo el mundo si nuestros corazones de amor se sienten presos en el rosado tul!

¡Qué bella es una naranja antes de comida! Esto cambiará en el cielo, cuando todo nuestro oficio se reduzca, o más bien se ensanche a contemplar a Dios y todas las cosas en Él.

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