23 Metáforas para elena

Por fin, dijo con más fuerza: Desde que estás aquí, Elena, has sido mi alegría, la alegría de la casa...

Elena era amiga de Eulalia, la sobrina de doña Gertrudis, y había tomado con ella lecciones de piano.

Elena era una joven bellísima, buena, inocente, pero bastante aturdida.

ELENA ¡Eres un botarate! ROBERTO Que está loco por ti... y por ti... y por ti también.

Elena no estaba para bromas.

Elena era mi cielo, Elena era mi gloria, Elena era mi jardín, Elena mis holguras y Elena mi recreo.

¿Elena está en su cuarto? , , la señorita está en su cuartorespondió buscando algo en el bolsillo.

Elena era una dama del gran mundo, una mujer elegante de las que él no había tratado nunca.

Después de cerrar su ventana Torrebianca, molestado por la curiosidad de la muchedumbre, se había ocultado en su dormitorio para no salir hasta la mañana siguiente muy temprano, antes de que Elena despertase.

Entonces, Elena, debe ser sin duda de la familia de vuestro padre, porque sólo la voz de la sangre puede inspirar palabras y sentimientos como los que ha expresado delante de .

Elena está decididamente enferma.

Elena era mi cielo, Elena era mi gloria, Elena era mi jardín, Elena mis holguras y Elena mi recreo.

Pero hablad claramente; ¿qué es lo que queréis saber? Aproximándose a él, la viuda le preguntó con voz contenida: Decidme, Mathys, ¿Elena es realmente hija de la señora de Bruinsteen? Al oír esta pregunta, Mathys pareció haberse vuelto mudo; sin embargo, después de un rato de silencio, respondió tratando de sonreír: Yo lo creo por lo menos; ¿de quién sería, si no, la hija?

Elena era huérfana de un farmacéutico.

Elena era mi cielo, Elena era mi gloria, Elena era mi jardín, Elena mis holguras y Elena mi recreo.

Sea lo que fuere lo proyectado por Marta y Federico, su propósito fracasará, así que Elena esté a algunas leguas de aquí.

Y para concluir con todo, yo imagino que todo lo que digo es así, sin que sobre ni falte nada; y píntola en mi imaginación como la deseo, así en la belleza como en la principalidad, y ni la llega Elena, ni la alcanza Lucrecia, ni otra alguna de las famosas mujeres de las edades pretéritas, griega, bárbara o latina.

Es una locuradijo Elena, interrumpiéndole.

, mamádice Elena.

Elena no era mujer de pasiones ardientes; poseía un temperamento infantil; la gran necesidad de su vida era la de ser mimada.

Elena es una niña amable.

Elena era su bello nombre.

ELENA ESA era mi vida: todos los días trabajar en el despacho, asomarme al puerto, luego ir a mi cuarto de la calle de las Moscas, comer allí con mis patronas, a quienes consideraba ya como si fueran de la familia, volver a la oficina y después escribir y pasear.

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