27 Adverbios para describir cómo extraños

XI Cuando recobrando el ánimo, abrió los ojos un instante para arrojar en torno suyo una mirada inquieta, se encontró lejos, muy lejos de Montagut, y en unos lugares, para él completamente extraños.

Todos los empleados se encorvaban ante sus papeles, temblando al oír tras de los cortinajes aquella voz furiosa, que matizaba sus órdenes con interjecciones y juramentos verdaderamente extraños en tan grave personaje.

Es usted jovenllegó a decirme, hecho y amoldado a la vida muelle y regalona de las grandes ciudades, y extraño enteramente, menos por su sangre, a este mundo en pequeño que rebulle y se agita entre los repliegues sombríos de estas comarcas grandiosas.

Los derechos y deberes políticos que se refieren á la Confederacion son comunes en toda ella, sin distincion de domicilio; pero el suizo de Zuric, Berna ó Ginebra, aunque ligado al de Chaux-de-Fonds por esos vínculos, es realmente extraño á la comunidad neuchâtelesa, en tanto que no acepta el compromiso local.

¿No hallais algo extraño, sumamente extraño, en esa China, en esa segunda humanidad, en esos hombres cubiertos de polvo; el polvo que ha debido dejar detrás de la pisada autómata de tantos siglos? , lector, allí hay un espíritu nuevo, una nueva palanca, un viento de otros climas.

Contemplando desde la sierra lo que se veía del panorama del Puerto, habíame comparado yo, por la fuerza del contraste, con un mísero gusanejo; pero al hallarme en el observatorio de más adentro, ¡qué cambio tan radical y tan súbito de ideas, y cuán extrañas las impresiones recibidas!...

Yo no soy ciertamente un extraño...

La figurabilidad se encuentra en el concepto del cuerpo; pero la pesadez es una idea totalmente extraña, y que solo podemos unir al concepto del cuerpo porque así nos lo atestigua la experiencia.

Este extraño discurso fué acompañado de ademanes igualmente extraños, y no dejó de producir cierta estupefacción en Juan.

Mañana... son los extraños sin cariño, ó con otro cariño que nada se parece al de los padres... Pero, ¿no será, por lo mismo, crueldad en los padres anticipar tristeza á la tristeza? ¿Y si el hijo muriera antes?

Y en esta sensación había á la vez verdad y error: hija y madre se sentían ahora mutuamente extrañas, pero por culpa de Ester, no de Perla.

De aquí un miedo espantoso á los muertos, y de aquí también el que haya casas cerradas en que no se atreve á vivir nadie, por ser cosa sabida que ¡á media noche! óyense en ellas extraños ruidos, particularmente de cadenas.

Todas aquellas complicaciones de diversas existencias tan perfectamente extrañas a la mía, me parecía que pertenecían a una sociedad imaginaria en la cual maldito si deseaba penetrar.

Al salir de la Antigua Mansión, fué principalmente este extraño, apático y triste apego á mi ciudad natal, lo que me trajo á desempeñar un empleo oficial en el gran edificio de ladrillos que he descrito, y servía de Aduana, cuando hubiera podido ir, quizá con mejor fortuna, á otro punto cualquiera.

Dominado por esta idea, comenzó á escribir: «Señora: No la conozco y ya adoro en usted; la adoro porque es usted rara, refinadamente extraña y única, en medio de esta sociedad donde todos se parecen á todos...» Continuó escribiendo velozmente, sin detenerse á corregir, como enajenado por una ráfaga de elocuencia, hasta llenar las cuatro carillas del pliego de nerviosos renglones dictados por el estilo más frondoso y plateresco.

Desapareció por la escalera abajo aquel hombre feísimo, de semblante extraño, por tener los ojos tan poco separados que parecían juntarse y ser uno solo cuando fijamente miraban.

Era, en verdad, una noche borrascosa pero de austera belleza y singularmente extraña en su hermosura y en su horror.

¡Ándara!... ¡Jesús, qué endiablada fisonomía! Todo es extraño, sublimemente enigmático y misterioso en esa familia, o dígase tribu... Pero fíjense, fíjense bien en la cara de Nazarín.

También había rogado al Ser Supremo por el eterno descanso de aquel que le adoraba con fe tan profunda y cuyos huesos descansaban en tierra extraña lejos de los de sus padres y hermanos.

Parecerá acaso extraño a alguno de nuestros lectores que sea yo, un perfecto desconocido en la república de las letras españolas, quien prologue un libro de don Miguel que es ya ventajosamente conocido en ella, cuando la costumbre es que sean los escritores más conocidos los que hagan en los prólogos la presentación de aquellos otros que lo sean menos.

Como Kant y Hegel solía abroquelarse detrás de un tecnicismo extraño, incomprensible, bárbaro, que á muchos hacía reir y á otros indignaba.

Jamás la dieron en cara sus uñas negras ni sus dedos manchados de tinta, hasta que tuvo que poner su mano, en la primera lección, tan á la vista y tan cerca de un extraño y por tan largo tiempo; y eso que las uñas y las manos de Marcones no estaban más limpias que las de ella; pero era mujer al cabo; y en la mujer, por indolente que sea, siempre hay una presumida, más ó menos á las claras.

Era de mi padre y revelaba en sus cuatro líneas su extraño carácter, y lo más dolorosamente extraño de nuestras relaciones.

Los mismos nombres propios forjados son generalmente extraños á toda fonética oriental.

La enfermedad de usted, me dijo al fin, es extraña, indudablemente, y proviene en efecto de un tumor que se ha formado en su cerebro; pero no sólo no es incurable, sino que puedo librarlo de ella en tres días.

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