42 Metáforas para amistad

Mas entre todos, sólo un querer tenemos: que la amistad es un alma en muchos cuerpos.

Yo no he de hablarle; porque Es triste cosa, es indigna Accion darle yo á torcer Mis celos; y así querria De una industria aquí valerme, Si es que mi amistad codicias; Y es, que para que yo vea Si Nise en su cuarto habita, Le he de acechar esta noche Por aquella puerta, amiga, Que dijiste, y que á su cuarto Cae y él tiene escondida.

Créolo; pero mirad Vuestro riesgo con cuidado; Que amistad de hombre agraviado No es muy segura amistad.

¿Amor, si, amor?... ¿No ha dicho Byron que la amistad es el amor sin alas?» Puse gran empeño en saber lo que pasaba en mi corazón.

Bien conocía Centeno la justicia de estas observaciones; pero en cuanto á su gusto de callejear, se sentía cobarde para reprimirlo, porque la amistad de Juanito del Socorro, que le contaba cosas tan interesantes de política y revoluciones, era el único bálsamo de su vida miserable.

FORD.Ah! vuestra amistad es una bendición para ! ¿Conocéis, por ventura, á Ford?

» Me parece esto muy cierto, y áun creo que deberia añadirse á tan bella frase, «que la amistad es un beneficio para el alma.

Nuestra amistad era de un carácter tan íntimo y estrecho, que podía, por cierto, hacerle esa proposición sin salirme de los limites propios; sin embargo, resolví tratar de saber primero el motivo tan poderoso que tenía para desear viajar sola.

La amistad, casi desconocida por ella, fué entonces causa de que adquiriera esa sutil delicadeza, que caracteriza los afectos femeninos, y esa fluidez de ingenio que tanto los embellece y adorna.

Su amistad es una complacencia servil ó una adulación provechosa.

Su amistad es complemento de mi felicidad.

La amistad es un comunismo de penas y de placeres, de dicha y de llanto, al que nada se puede comparar, cuando está basado en profunda y verdadera estimacion; pero esto lo encuentran pocos hombres, áun ménos mujeres, y no se puede tampoco conseguir sin poner mucho de tolerancia y generosidad, pues no hemos de exigirlo todo sin dar nada.

Celestina, ya este hombre tomaste por guarda de tu persona, confórmate con él en lo más que pudieres, que la verdadera amistad no es otra cosa que un sumo consentimiento, así en cosas divinas, como humanas, con un buen querer y amor; y ¿qué dón es dado de Dios, dice Tulio, mejor y más provechoso, fuera de la sabiduría á los hombres, que la amistad?

Lo que le debo advertir es que, a poco de hablar con usted, comprendí que su amistad con mi hermano era cosa de azar y no de analogía de caracteres.

Es, pues, desta forma: que, como acaso este dia viese en una fenestra de su aposento á Isabela, hija de Polibio, abrasado mi corazon de su fermosura, pensando que de vos fuese amada, los estremos que habés visto me forzó á que mostrase, donde si por vos no fuera, ciertamente mi vida trabajosa en trabajos al presente perdiera su sér, no por verme de amor desesperado, mas por lo que á vuestra verdadera amistad era deudor.

mi corazón no conoce el miedo; no temo a nadie y menos a una mujer histérica, y si no creyese que discurres así porque la fiebre nubla tu razón, me iba de aquí para no volver, pues hay ofensas que la amistad más estrecha no disculpa...

La amistad del inicuo nunca es de larga duración.

Estas amistades de influencia, siempre perjudicial á la recta administracion de justicia, son en Manila un efecto casi necesario de la corta poblacion española , de la falta de todo recreo ó distraccion pública, y de que con la laxitud del clíma, y de las costumbres y halagos del pais, se entra en una vida regalona y blanda, y se pierde aquella entereza y enerjía de las costumbres europeas á los pocos años de residencia en las Islas.

Las amistades y parentescos de las familias de Santa Cruz y Arnaiz pueden ser ejemplo de aquel feliz revoltijo de las clases sociales; mas, ¿quién es el guapo que se atreve a formar estadística de las ramas de tan dilatado y laberíntico árbol, que más bien parece enredadera, cuyos vástagos se cruzan, suben, bajan y se pierden en los huecos de un follaje densísimo?

4 Adúlteros y adúlteras, ¿no sabeis que la amistad del mundo es enemistad con Dios?

Somos tan sólo amigos, pero esta amistad nuestra es un fenómeno psicológico...

¡Cuánto debo yo a mis buenas amigas! Creo verdaderamente que la amistad es la forma visible de Dios.

Pero sobre todo, la amistad que lo unía al padre, ¿no era una garantía de que consagraría toda su vida a hacer feliz a la hija?

Entraba en casa un gentilhombre, cuya amistad y llaneza era de hermano, al cual rogó doña Guiomar y su madre que me acompañase: él lo aceptó, y alquilando dos mulas, salimos de Madrid bien prevenidos de joyas y dineros.

Da la pícara casualidad que los barcos de vela en que hemos hecho viajes largos, pertenecen á armadores amigos y ... qué demonios, la amistad ha de ser un poco indulgente, dejando quieto el pico de la manta.

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