24 Verbos a usar para la palabra naranjo

Muchas veces he ido a Niza, gastando un dineral para ver florecer cuatro naranjos de mala muerte; ahora quiero embriagarme en la inundación de azahar de estos campos.

se dirigió nuestro hombre al estanque de Santa Beatriz, lugar amenisimo entonces y rodeado de naranjos y otros árboles, que no parecía sino que estaban convidando al prójimo para colgarse de ellos y dar al traste con el aburrimiento y pesadumbres.

¿quién mis colinas cubiertas de naranjos, mis paseos ocultos bajo las copas de los álamos?

Los lacayos y los palafreneros que andaban por el patio, se descubrieron respetuosamente, la dama subió las escaleras y penetró en las habitaciones que estaban al estremo de un corredor sombreado por naranjos y limoneros plantados en magníficos tibores de china.

Por debajo del emparrado se veía una parte de la terraza, bordeada de naranjos y un trozo de la fachada con sus ventanas abiertas, animado todo por el susurro de innumerables insectos, borrachos de sol.

Lo mismo digo de las frutas, todos los frutales se crían y fructifican bien, particularmente los naranjos y limones, que crecen hasta llegar a una corpulencia desmedida.

La campiña debia ser deliciosa; abundaban en ella los manantiales y era rica en toda especie de frutos; las viñas, las higueras, los naranjos, los granados y los limoneros sombreaban las granjas y formaban con sus ramas siempre verdes las aromáticas bóvedas de espaciosas huertas.

En cambio del pobre aspecto, que imaginamos, las casas más humildes tenían entonces sus desahogos de corrales, huertos y jardines, por encima de cuyas tapias erguíanse balanceando sus elegantes ó melancólicas copas las palmeras y los cipreses, ó bien embalsamaban el aire con el perfume de sus azahares los naranjos y limoneros.

Todas las calles estaban bien cubiertas de arena y enfiladas de naranjos; un gran estanque de mármol blanco, en cuyo centro un león de bronce arrojaba copiosos chorros de agua, la hermosura de las flores y la diversidad de frutas, todos estos objetos embelesaron a Escipión.

Todos los años adquiría nuevas propiedades; sentía el estremecimiento del orgullo contemplando desde la montaña de San Salvadoraquella ermita ¡ay! de tenaz recuerdolos grandes pedazos de tierra aquí y allá, cercados de verdes tapias, sobre los cuales extendíanse los naranjos en correctas filas.

El Clérigo llevaba en la bolsa ciertos granos de muy buen trigo, de ciertas espigas que habian nacido debajo de un naranjo en la huerta del monasterio de Sancto Domingo desta ciudad, y dijo con toda reverencia y mansedumbre: «Por cierto, señor, yo lo he visto muy bueno en aquella isla, y pudiera decir, veíslo, aquí lo traigo conmigo.

La doncella y yo regábamos las plantas, y luego nos instalábamos al pie del naranjo.

Mire usted estos rosales; mire esos naranjos... ¡Ay! me da miedo la primavera; ha sido siempre para la estación fatal.

Se fué el pescador a su choza e hizo lo que le había ordenado el pececito; y ¡oh maravilla! al otro día tuvo la viejecita dos niños muy hermosos y tan parecidos el uno al otro, que era de confundirlos; asimismo, la yegua tuvo dos potrillos del mismo pelo y del mismo tamaño; la perra dos perritos casi iguales, y en el jardín nacieron dos naranjos.

El triunfo obtenido dos años más tarde por Entre naranjos, igualó y acaso sobrepujó, al de La barraca.

Los caminos anchos y enarenados, orillados por naranjos, limoneros, granados y otras muchas clases de árboles frutales.

La construcción era buena y antigua, dos alas de piezas bajas techadas con firmes totoras, formando una escuadra con anchas galerías a uno y otro lado, pintada toda de rosa, con puertas y ventanas verdes, y poblado de naranjos el patio anchuroso, y todo el cuadro envuelto en un bosque de eucaliptus, a través de cuyo espeso follaje apenas se veía la casa como una mancha clara.

El día siguiente por la mañana, estando yo regando los naranjos en los jardines, pasó junto a un eunuco que, sin detenerse ni hablar palabra, dejó caer a mis pies un billete.

Cada hilera estaba aislada, siendo variable y hasta irregular el ancho de las calles intermedias sombreadas por naranjos, tanto más necesarios, cuanto que se cocinaba frente á las puertas.

Y abarcaba con sus ojos de un brillo lacrimoso, la plazoleta blanca por la luna; los nevados naranjos y los rosales y palmeras que parecían negros, destacándose sobre el espacio azul, en el que vibraban los astros como granos de luminosa arena.

Se consolaban de la ausencia del deudo querido visitando diariamente el naranjo que había nacido al mismo tiempo que él, de uno de los costados del pescado, y que a él le había correspondido.

Aquella noche, mientras tomaban café en el terrado adornado de naranjos y adelfas y Blanca descifraba en el piano un nocturno de Chopin, estaban discutiendo la cuestión de una nueva institutriz y la de Candore se quejaba vivamente de la dificultad de hallar una reemplazante para miss Dodson.

Allí, el terreno, careciendo de solidez y de humedad y aproximándose á las montañas rocallosas, pierde esa fertilidad de la gran llanura, y en vez de alimentar naranjos, moreras y trigos, se cubre de viñas dispersas sobre las colinas ó de olivos que entristecen la campiña con su tinta gris.

, y llegué arrastrando al pié de un naranjo grande que habia á orillas de un arroyo inmediato: allí me caí rendida del susto, del cansancio, del horror, de la desesperacion, y del hambre.

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