35 Adverbios para describir cómo tornan

Con presta diligencia discurriendo Iban de tienda en tienda, hasta que hallaron Un poco de bizcocho, el cual cogieron; El paso, y no el furor, atrás tornaron.

; quédese con ellos, y buen provecho le hagan, y plega a Dios que los entierre en sepultura donde jamás tornen a ver la claridad del sol, ni haya necesidad que la vean.

Un poco más allá, tornó a decirle aún con más severidad: ¡Mire bien lo que va a hacer, madre! El mismo silencio por parte de Teresa.

Cuando por las instancias del criado conseguía levantarse, todavía le duraba largo rato esta languidez: apenas podía tenerse en pie; bostezaba a menudo y daría cualquier cosa por tornar nuevamente a la cama.

Mirá, mancebo, sea ese julio como el ducado, hacé de las vuestras; señor, si él mete á jugar no torna acá hoy, que yo lo conozco.

Inmediatamente el espacio tornó a anubarrarse, y cuando entrábamos en Avila empezó a nevar.

Recibidos de paz, y prestamente Los indios à su casa se tornaban; Y en breve à dos cristianos han traido, Y que otros dos traerán han prometido.

Algo más lejos, cuando iba a dejar la plazuela, volviendo su rostro hacia aquella máscara triste que se borraba por momentos detrás del reflejo acuoso de los vidrios, tornó a sonreír; y así, acompañando con la cabeza el blando vaivén de la silla, desapareció con su gente.

Don Juan de Lantigua volvió entonces con nuevo ardor á sus trabajos, y el prelado tornó lentamente á la paz de su espíritu, satisfecho en extremo de haber salvado de espantosa catástrofe la hermosísima alma de su sobrina.

Pero era tanta la debilidad de su carácter, que ni la conciencia ni el afecto acertaban a declararse, y el y el no, pasado un rato de dolorosas tartamudeces, tornaban adentro...

Luego no pudo de allí tan abajo tornar á la isla que alborotaron, porque aquella no pudo ser sino alguna de las que están hácia el Oriente, comenzando de donde ellos estaban, como es la de Guadalupe y sus comarcanas, como arriba dijimos; y era dificilísimo subir de bajo arriba, por las grandes corrientes y contrarios vientos que por allí son continuos.

Entonces las jóvenes del verdadero y genuino temperamento aristocrático se comunicaban, no en qué forma, sus impresiones dolorosas, y una tarde, cuando menos se pensaba, enderezaban el paso, arrastradas por altos sentimientos, al camino abandonado, donde permanecían hasta que de nuevo se veían molestadas y tornaban a ejecutar graciosamente la idéntica maniobra.

Calderón tornó igualmente a nublarse y fruncirse hasta que, resolviéndose a saltar por encima de ciertos miramientos sociales, le acercó otra vez la escupidera sin tanto valor como antes, pues lo hizo con el pie.

No me revolvía contra las adulaciones que, después de todo, no podían ya hacerme cambiar de opinión en ningún caso: las acogía como inocente expresión del juicio público en una época en que la abundancia de lo mediocre había tornado indulgente al gusto embotando el sentido acerado de las cosas superiores.

La fortuna aumenta la gracia de los espíritus cultivados y torna insolente la vulgaridad de los palurdos.

¿Y quién te asegura que esa obscuridad no se tornará mañana en espléndido día? Aunque crees que en la vida no hay más que tinieblas, la idea de plácido crepúsculo te hace sonreir, y cuando sueñas con días mejores, ya no piensas en tu Linilla, en la huérfana desventurada....

Y Vérod tornaba mentalmente a lo pasado, recordaba el angustioso estupor que se había apoderado de él cuando descubrió el mal secreto que agobiaba a aquella pobre alma.

El horizonte lucía bellos tonos dorados que paulatinamente se tornaban en nítido verde manzana y luego en el azul profundo del cenit.

Un momento abrió los ojos, y luego, pausadamente, tornó á cerrarlos.

Esto no era de creer en un hombre como él, en un hombre cuyo pensamiento se tornaba rápidamente en acción como el de un niño.

XLVI Creemos haber hecho en el último capítulo el elogio del constante buen humor de Antoñita, y, una de dos; o han sido prematuras nuestras apreciaciones, o la llegada de los flamantes huéspedes turbó el estado de beatitud y calma de su espíritu, que repentinamente se tornó caprichoso y versátil.

Su vocecita mimosa, de dulzonas inflexiones, se tornó ronca; brillaron como si fuesen de talco las claras gotas de sus ojos, y por su piel blanca corrió una oleada de verdosa palidez.

Ilustración] Embarcóse para pasar a la corte del Emperador de Constantinopla, y yendo por la mar navegando con muy buen viento, súbitamente tornando al contrario, como muchas veces acaece,

La pobre baronesa, que se lisonjeaba de tener treinta años por delante... ¡Qué!exclamo Beatriz tornando violentamente el brazo de su amiga.

No era dable en Artegui palidecer, y, sin embargo, visiblemente se tornaron aún más descoloridos sus pómulos al leer, roto el sobre, lo que el parte decía.

35 Adverbios para describir cómo  tornan