21 Adjetivos para describir larguísima

Su misma enormidad las hacía formar por ambos lados larguísimas pendientes.

Con esto él siguió camino y al entrar en la calle de O'Reilly, puso el pie izquierdo en el estribo de una volanta que bajaba de la puerta del Monserrate, zarandeándose dentro de dos larguísimas varas, pendientes de dos enormes ruedas y del lomo de un verdadero Rocinante, y quedó sentado en el cojín de vaqueta.

Su estatura permitía que lo viesen á larguísimas distancias.

Muy alto, bajo las nubes algodonosas, pasaba una larguísima bandada de pájaros blancos, volando con majestad de serafines.

Hoy tiene doscientas sesenta calles, y cuatro larguísimas calzadas ó avenidas que siguen las márgenes de los rios; contando quince fortificaciones considerables al derredor.

A las siete y media de la noche ya no había billetes ni para el mismo P. Salví moribundo, y los de la entrada general formaban larguísima cola.

Sobre la márgen izquierda, la ciudad se extiende al pié de la montaña de Koenigsstuhl, orillando en su longitud el rio, subiendo en plano inclinado hácia la cinta magnífica de verdura que cubre la montaña donde yace el Castillo, y compuesta casi únicamente de dos larguísimas calles paralelas al rio, cortadas por muchas trasversales de aspecto generalmente triste.

Aquí de nuestro loco; larga, larguísima disertacion acerca del Tasso y los franceses.

El repentino y general movimiento de la gente nos separó, avanzó el féretro hácia la puerta; ordenóse la comitiva; ingirióme Joaquin Massard en la fila derecha, y en dos larguísimas de innumerables enlutados nos dirigimos por la calle Mayor y la de la Montera al cementerio de la Puerta de Fuencarral.

Doce patios interiores, ocho acres equivalentes á unas cuatro hectáreas de superficie cubierta; dos fachadas larguísimas adornadas con ventanas en los bajos y una serie de balcones en el principal, rematados con guardapolvos vulgarísimos que no recuerdan ciertamente los buenos tiempos de la arquitectura española, ni la intervención de una inteligencia artística en la fábrica de tan grandioso edificio.

Antes corría por estos canales un agua verdosa y clarísima, en la que nadaban todas las especies fantásticas é inverosímiles de la fauna fluvial del país: peces rojos, dorados, violeta, de ojos telescópicos y monstruosos, arrastrando una larguísima falda transparente de bailarina, moviendo sus nadaderas sutiles y amplias como manteletas de encaje.

Al mismo tiempo teniamos á la derecha (en las márgenes del Manzanares, sombreadas por larguísimas hileras de árboles corpulentos que terminan los jardines del palacio), un curioso espectáculo.

Su misma enormidad las hacía formar por ambos lados larguísimas pendientes.

Era una larguísima lista, no sólo de perfumes y jabones, sino de toda clase de objetos de tocador.

Sobre la márgen izquierda, la ciudad se extiende al pié de la montaña de Koenigsstuhl, orillando en su longitud el rio, subiendo en plano inclinado hácia la cinta magnífica de verdura que cubre la montaña donde yace el Castillo, y compuesta casi únicamente de dos larguísimas calles paralelas al rio, cortadas por muchas trasversales de aspecto generalmente triste.

Tienen las piernas larguísimas; el cuello es enorme, y en su rostro chato é insolente hay algo de infantil y meticuloso, que hace imaginar una vida de chismorreos, intrigas y murmuraciones.

Doce patios interiores, ocho acres equivalentes á unas cuatro hectáreas de superficie cubierta; dos fachadas larguísimas adornadas con ventanas en los bajos y una serie de balcones en el principal, rematados con guardapolvos vulgarísimos que no recuerdan ciertamente los buenos tiempos de la arquitectura española, ni la intervención de una inteligencia artística en la fábrica de tan grandioso edificio.

Doce patios interiores, ocho acres equivalentes á unas cuatro hectáreas de superficie cubierta; dos fachadas larguísimas adornadas con ventanas en los bajos y una serie de balcones en el principal, rematados con guardapolvos vulgarísimos que no recuerdan ciertamente los buenos tiempos de la arquitectura española, ni la intervención de una inteligencia artística en la fábrica de tan grandioso edificio.

Cerradas las maderas, se prepararon los cuatro a echarse a pechos la larguísima velada, que parecía un siglo, cuando no era conllevada de interesantes y variados entretenimientos.

Y la gente, al apreciar á estos autores miopes, incapaces de una visión genial de conjunto, los llamaba Sitzfleisch haben (con mucha carne en las posaderas), aludiendo á las larguísimas asentadas que representaban sus obras.

Cada pena negra que pasaba, y pasaba muchas la infeliz, durante las larguísimas ausencias de su marido, temiendo por su vida entre las veleidades del mar ó los rigores de extraños climas, y ¿por qué ocultarlo?

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