48 Verbos a usar para la palabra opresión

Tosía continuamente, sintiendo cierta opresión en el pecho.

En lastimoso estado iban los dos: Benina descalza, desgarrada y sucia la negra ropa; el moro envejecido, la cara verde y macilenta; uno y otro revelando en sus demacrados rostros el hambre que habían padecido, la opresión y tristeza del forzado encierro en lo que más parece mazmorra que hospicio.

Verbo del opreso, anatema al poder, tus hojas santas, al irradiar en los cerebros muertos, de la opresión libraron una raza.

¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?

No sólo sofocaba el calor, sino el espectáculo de aquel panorama supra-urbano estival, porque verlo era añadir la opresión del espíritu á los sofocos del cuerpo.

Aquí, frente a la ocasión, se achicaban las razones de Manuel Jesús: la estrechez del valle, la cercanía de todas las cosas, la misma posibilidad de realizarlas, causaron a este hombre, súbitamente, una opresión de angustia y de remordimiento.

Su mano había tocado un objeto frío, metálico, que había cedido a la opresión, y en seguida oyó un chasquido y sintió dos golpes simultáneos en el brazo, que quedó preso entre unas tenazas inflexibles que oprimían la carne con fuerza.

Como el día era de trabajo y la hora la menos a propósito para el descanso, eran dueñas absolutas de todo el paseo, para correr por él sin estorbos ni tropiezos, hasta media docena de niñas, de nueve años la más esponjada; todas risueñas, todas ágiles, todas hechiceras, como son todas las niñas a esa edad, cuando no están cohibidas por la opresión del vestido de gala o de las botitas recién estrenadas.

Los demás estaban muertos por el fastidio ó corrompidos por la opresión.

Vestía un simple sayo deshilachado y sucio como el de cualquier celtíbero de los que roncaban en las tiendan inmediatas, y únicamente, cual signo de poder, brillaban en sus muñecas dos anchos brazaletes de oro, dando fuerza con su opresión á los tendones y músculos del brazo.

Se ensanchaba su pecho, desvaneciéndose la opresión que le había martirizado hasta poco antes, como si la tierra entera gravitase sobre su tronco.

Dos días hacía que el pobre niño se hallaba enfermo en aquel lecho, y cada vez que pensaba en la posibilidad de que su madre apareciese en aquel lugar, la esperanza le reanimaba, dándole nuevas fuerzas, y hasta le parecía que, de realizarse tal milagro, no tardaría en desvanecerse la temible opresión que agobiaba sus pulmones.

Josefina palidecía: dos lágrimas resbalaban suavemente junto á su naricita, dilatada por la opresión del pecho; otras dos ocupaban el lugar de aquéllas, para caer también, y después otras y otras.

¿Eh? exclamó el coloso sintiendo disminuir algún tanto su opresión.

Además, como sus pulmones estaban educados en la gimnasia del aire libre, se deja entender la opresión que experimentarían en los primeros tiempos de cautiverio en los talleres, donde la atmósfera estaba saturada del olor ingrato y herbáceo del Virginia humedecido y de la hoja medio verde, mezclado con las emanaciones de tanto cuerpo humano y con el fétido vaho de las letrinas próximas.

Su tez levemente dorada con el color de la naranja, sus ojos rasgados y algo subidos en su vértice, la abundante cabellera, que parecía retorcerse y vivir como un haz de serpientes negras escapándose de la opresión de las horquillas, le daban un encanto exótico.

Cantaba guajiras de una poesía dulzona, en las que se hablaba de auras, arpas y corazones tiernos como la guayaba; y el acento meloso de cubano con que entonaba sus canciones hacía entornar los ojos á Neleta, echando el cuerpo atrás como para desahogar su pecho, estremecido por ardorosa opresión.

en aquel cerebro de loco, que ocultaba un sombrero raído, brotó como un germen de una idea que pasó al pecho, y fué opresión, y llegó a la boca hecho himno que le encendía la lengua y hacía entrechocar los dientes.

Mas no quieras, suerte impía, Que esta tierra fortunada, Por el fanatismo hollada Se encuentre como la mía; En tal caso ¡ay! gemiría En llanto y desolación, Presa de la Inquisición, De ese tribunal horrendo, El más bárbaro y tremendo Que inventara la opresión.

Al regresar de las fiestas, librándose de la opresión que aplastaba su creciente exuberancia, eran las cóleras homicidas, los puñetazos locos sobre el globo de su vientre para aniquilar al rebelde que se empeñaba en vivir, el revolcarse sobre la alfombra con un histerismo homicida... Su voz lloraba al hacer estas evocaciones.

Ven, cruel, ven; y mira la opresión de tus nobles, y remedia sus males, y verás cuán segura está Santaflora.

Y preguntó por él á sus esclavos, que le respondieron: «Nuestro amo Nureddin, el mismo día que te fuiste con el sultán, montó en una mula enjaezada con gran lujo, como en los días solemnes, y nos dijo: «Me voy hacia la parte de Kaliubia, estaré fuera unos días, pues noto opresión en el pecho y necesito aire libre; pero que no me siga nadie.

Era ella que, obligada por la sofocante opresión de su obesidad, dormía pecho arriba, y don Gil que aparecía de pronto y, como esposo, sin otros requerimientos, avisos ni preámbulos, se acostaba á su lado.

La corrección doméstica pesa muy poco en la balanza que ostenta la opresión de un pueblo entero en su otro platillo.

Ya va pasando la opresión.

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