Esta reposaba tranquilamente, pero no dormía; tenía clavados los ojos en el techo con muestras de meditación profunda.

La hermosa sultana del Mediodía reposaba del lado de allá del río con blancura deslumbradora, que le da carácter africano.

No sentía miedo, sino dolor, un dolor inexplicable en el pensamiento, una sensación rara de no dormir nunca, de no reposar jamás, de un alerta eterno.

Todo maravilla al viagero que transita por en medio de esas encantadoras orillas, donde reposa plácidamente sus ojos sobre una vegetacion tan lujosa, ó se detiene á contemplar con interes esas colonias de martin-pescadores, los que saliendo de sus casillas ocultas en los agujeros de las barrancas arenosas, siguen de léjos el rumbo de las canoas.

Se hallaba, pues, reposando dulcemente como Títiro, cuando acertó á oir cerca y detrás de los árboles rumor de conversación.

El alma y el oído reposaban suavemente en medio del silencio profundo de la naturaleza.

Quiero reposar... ¡reposar eternamente!... ¡Qué dulce... es esta palabra, padre!...

Yo repuse ingenuamente: Vengo de Venado-Tuerto.

El señor Oneglia, el millonario italiano, que reposaba, enorme y flácido, en un sillón especial, lejos de su familia, ansiosa de rozarse con la «gente bien», abrió un ojo al oír los pasos de Fernando y lo protegió con un saludo gruñente, volviendo a sumirse en su noche poblada de cálculos.

Fué enterrado Lope en la iglesia de San Sebastián, donde reposaron pacíficamente sus restos hasta que a fines del siglo XVIII o principios del XIX, en una de las usuales mondas, fueron arrumbados no se sabe dónde.

Riyó el clerigo mucho de su respuesta, y mandó que le diesen muy buen recado asi á él como á su jumento y á Rocinante, pues ya don Quixote reposaba; lo cual fue hecho con mucha puntualidad.

Al otro lado de esta lámina metálica es donde reposa simplemente dentro de una caverna el hombre amarillo en cuyo honor se han acumulado abajo tantas magnificencias.

Al cabo de un momento, con voz apasionada y contrita, murmuró á mi oído: ¡Perdóname! Yo repuse vagamente: ¿Que te perdone dices?

Es don Fulgencio Entrambosmares hombre entrado en años y de ilusiones salido, de mirar vago que parece perderse en lo infinito, á causa de su cortedad de vista sobre todo, de reposado ademán y de palabra en que subraya tanto todo que dicen sus admiradores que habla en bastardilla.

¡Porque, verdaderamente, Silvio, ni aun el sueño nos reposa! Entre sueños, se activa la vida ilusoria, toman cuerpo las ilusiones, y se sufre también.

Me estaba esperando en el gran salón en que ayer reposaba su tía.

En la parte superior de la puerta de bronce, se leen estas palabras: «Deseo que mi polvo repose cerca de los bordes del Sena, en medio de ese pueblo francés, que yo he amado tanto.

Bajo las chaquetas, ciertamente, reposan, bien ocultos y bien dispuestos, los negros revólveres.

Antes que se hubiesen reposado convenientemente fueron invitados a comer y los jóvenes aceptaron no como señores de la casa, sino como huéspedes, dejándose dirigir por los criados.

Todas sus esperanzas reposaban exclusivamente sobre mí.

Mas el Sr. Castro y Serrano muestra afición tan decidida á reposar frecuentemente, que sospecho no ha de llegar jamás al término del viaje.