66 colocaciones para asolar

Dígase lo que se quiera, el arrebatado carácter de Ramos había tomado asiento con los años, enfriándose un poco la fogosidad que con la existencia recibiera de los Caballucos padres y abuelos, la mejor casta de guerreros que ha asolado la tierra.

La alegría del Rey con esta nueva no tuvo límites, y como todo le sale bien al que está alegre, él triunfó de sus enemigos en la guerra, mató por su propia mano a tres o cuatro reyes que le habían hecho no sabemos qué mala pasada, asoló ciudades, hizo cautivos, y volvió cargado de botín y de gloria a la hermosa capital de su monarquía.

Las costumbres, ya de suyo inocentes, se han mejorado; hemos fundado escuelas, que no había, para niños y para adultos; se ha introducido el cultivo de algunas artes mecánicas, y puedo asegurar a Vd., que sin la guerra que ha asolado toda la comarca, y que aun la amenaza por algún tiempo, si el cielo no se apiada de nosotros, mi humilde pueblecito llegará a disfrutar de un bienestar que antes se creía imposible.

Asi pudieron continuar su marcha hasta las inmediaciones de Málaga, donde fueron atacados vigorosamente por los moros de aquella ciudad, y un dia entero se pasó en escaramuzas muy reñidas; pero mientras una parte del ejército peleaba, la otra se ocupaba en asolar la vega.

las tropas de Moncey, que rechazadas de Valencia se habían replegado a la Mancha, se unen a las de Madrid, y todos juntos, soldados, generales y Rey intruso, corren precipitadamente hacia el Norte, asolando el país por donde pasan.

Mandóse á D. Antonio de Luna, capitan de la Vega, que con cinco banderas de infantería y doscientos caballos amaneciese sobre el lugar, degollase los hombres, hiciese cautiva toda manera de persona, robase, quemase, asolase las casas.

Quien principalmente hizo la guerra y ayudó más que otros, fué un perro que llamaban Becerrillo, que hacia en los indios estragos admirables, y cognoscia los indios de guerra y los que no lo eran, como si fuera una persona, y á éste tuvieron, los que asolaron aquella isla, por ángel de Dios.

3 Entonces Saulo asolaba la Iglesia, entrando por las casas: y trayendo varones y mujeres, los entregaba en la cárcel.

El ha resistido las sequías destructoras que, de tiempo en tiempo, han asolado las campiñas....

Entró el ejército moro á marchas forzadas en el territorio cristiano, asolando el pais, robando el ganado y llevándose cautivos á los habitantes.

Desde allí, ora salía D. Fruela con buen golpe de gente a caballo para penetrar en tierra de moros y talar y saquear cuanto podía, ora embarcaba a sus satélites en algunas fustas y galeras de su propiedad, e iba a piratear o a dar caza a otros más crueles piratas que infestaban aquellos mares e invadían y asolaban a menudo las costas de España: eran los idólatras normandos de Noruega y de la última Tule.

Caí gravemente enfermo de la fiebre amarilla, que entonces asolaba a Andalucía, y cuando me puse bueno me llevó como en procesión a oír misa a la Catedral vieja, por cuyo pavimento me hizo andar de rodillas más de una hora, y en el mismo retablo en que la oímos puso, en calidad de ex-voto, un niño de cera que yo creí mi perfecto retrato.

La vida se concentraba en la ciudad, como si la guerra asolase los campos y sólo dentro de sus muros se considerase segura.

Decuriones y centuriones formaron grupos sueltos, aceptando combates de guerrillas y asolando espantosamente el territorio.

Era el evangelista de la aridez, que iba arrancando toda flor que encontrase, y asolando las amenidades que embelesan el campo de la infancia, para plantar luego las estacas de un saber disecado y sin jugo.

El desprestigio en que por esta retirada cayeron las armas españolas alentó á los de Mindanao, que armando una numerosa escuadrilla con 3.000 tripulantes recorrieron las costas de pintados, asolando los pueblos playeros, cuyos moradores huyeron á los montes, de donde se hizo difícil convencerlos bajasen á sus antiguas viviendas, por haber propalado una vieja agorera que los españoles estaban de acuerdo con los moros para exterminarlos.

D. Diego Caballero asoló con su caballería, durante el sitio, muchos lugares de enemigos, les causó infinitos daños, y rompió algunos de sus escuadrones.

7 Asoló mi vid, y descortezó mi higuera; del todo la desnudó y derribó; sus ramas quedaron blancas.

Adelante, pues al llegar a Menjíbar, encontramos la población muy alborotada porque un destacamento francés, enviado a Jaén en busca de víveres, después de saquear horriblemente esta ciudad, había retrocedido a su cuartel general, asolando a su paso la comarca.

Y esta de Cingapacinga fué la primera entrada que hizo Cortés en la Nueva-España, y fué de harto provecho; y no como dice el coronista Gómora, que matamos y prendimos y asolamos tantos millares de hombres en lo de Cingapacinga; y miren los curiosos que esto leyeren cuánto va del uno al otro, por muy buen estilo que lo dice en su Corónica, pues en todo lo que escribe no pasa como dice.

Rabioso ha asolado los alrededores, cruel ha deshecho todos los rebaños; devoró corderos, devoró pastores, y son incontables sus muertes y daños.

Había empezado la vida comercial en el desierto argentino, cuando los indios ocupaban los territorios cruzados ahora por el ferrocarril, y el malón, con su reguero de saqueos, incendios y rapto de personas, asolaba los pequeños campamentos, transformados actualmente en ciudades de importancia.

El islamismo, y sobre todo, la reaccion musulmana contra las cruzadas, fueron los que asolaron como un viento de muerte la comarca favorita de Jesús.

El segundo hecho á que entiendo referirme, es la conquista del desierto, la liberación para siempre de territorios inmensos sometidos á la autoridad del indio semicivilizado, que asolaba sin descanso las poblaciones vecinas y hacía incómoda y peligrosa la vida en aquellas apartadas regiones.

El colono que experimenta una desgracia en el hogar, percibe cuantos auxilios le son necesarios; si la desgracia proviene del campo, si una avenida asola sus cosechas, si el tallo de la caña se agosta ante el destructor hálito de un tifón, el fraile remedia el mal sin que el colono vea amenazado su porvenir ante los sombríos colores de la usura.

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