Martínez había perdido una oreja en Cerro Pardo, y mostraba con orgullo su sien mocha en las ceremonias oficiales.

Y cuando tu seducción divina y crepuscular conquiste para tu rito algún nuevo corazón que sepa quimerizar, extiende sobre el neófito tus manos en bendición, ¡oh Madona!, y alrededor de su sien pon las perlas de nostalgia que tiemblan en tu corona, por toda tu vida.

Este vió su sien izquierda con la piel desgarrada: la mancha del golpe se extendía en torno de un ojo rojizo é hinchado.

Y el capitán, viendo el perfil doloroso, con su sien purpúrea, pensó horrorizado que nunca conseguiría borrar de su memoria la fúnebre visión.

Arrimose al sepulcro de Diego del Aguila, apoyando su sien contra el muro, como si esperara un consejo de aquel antiguo caballero de su linaje, dormido allí dentro, en la honra.

En tanto el Corsario la costa admirando Saluda aquel rio de gracia inmortal, Y en alto levanta, su sien desnudando, Tres fajas de blanco y azul celestial.

ESTROFA Esclava Buenos Aires Gemía en desconsuelo, Cuando brilló en el cielo De libertad el sol, Y entre flotantes nubes El astro colocando, Dijo, su sien orlando: «¡Mirad mi pabellon!» CORO Libertad, sube á tu trono De la gloria en el broquel, Agitando nobles palmas, Coronada de laurel.

Así el guardian que vela sobre el hombre Si vé en su frente el polvo sombrear, Tendiendo el ala, cual la seda blanda, Quiere la mancha de su sien borrar.

Y allá en la altura, Nerón, bello como un dios pagano, desnudo como un efebo, cantando versos sonoros y vibrantes, mientras mujeres de incomparable hermosura sostenían su cabeza con sus blancos senos, le escanciaban vinos selectos y humedecían su sien con la guirnalda siempre fresca!...

Se levanta a la faz de la tierra una nueva y gloriosa Nación, coronada su sien de laureles y a sus plantas rendido un León.

Habia cierta vaguedad sombria en el semblante de esa mujer, cierta espresion de tristeza en su mirada, en su actitud, i hasta en la posicion de su mano sobre la que descansaba su sien con una especie de melancólico abandono.

Sus laureles parecian quemar su sien.

El brusco tirón dado al sombrero deshizo el peinado, frágilmente compuesto por ella misma; cayeron los rizos negros sobre su sien, sobre sus hombros; y desmelenada, con el rostro trágico, la mirada felina, marchó hacia su esposo, y en voz baja le dijo: «Soy tan mala como tú; soy una mujer infame.

El brusco tirón dado al sombrero deshizo el peinado, frágilmente compuesto por ella misma; cayeron los rizos negros sobre su sien, sobre sus hombros; y desmelenada, con el rostro trágico, la mirada felina, marchó hacia su esposo, y en voz baja le dijo: «Soy tan mala como tú; soy una mujer infame.

Sudor penoso trasmanaba de su sien.

Los rizos, que cual áureo vellocino penden de su sien, hacen de la quinta de Belmonte un nuevo Cólcos ambicionado por muchos Jasones.

Orna su cuerpo ceñidor alado, Ciñe su sien inmarcesible oliva, Y de la fe la luminosa tea En su diestra purísima flamea.

Su sien ceñía la corona de oro Y en sus hombros traía el regio manto: Arrastrábale empero sin decoro Y con sus orlas enjugaba el llanto.

Los combatientes por sus nombres llama Enéas, y sus triunfos galardona; A voz de heraldo resonante aclama Vencedor á Cloanto, y le corona: Ciñe, en suma, á su sien la verde rama; Y á cada nave tres becerros dona, Y que lleven les da vino abundante, O una pieza de plata á su talante.

Dice; y ciñe á su sien envejecida Verde rama, y triunfante le pregona.

¿No hubo una nota para ti de amor? ¡Cuando en la alegre y bulliciosa escena De flores coronada aparecías, En vano tus sollozos comprimías, Pobre proscrita de un sonado Edén! Del pecho herido por el vil engaño Se adivinaba la honda pesadumbre En tu mirada, triste cual la lumbre Que deja el sol al esconder su sien.

Su vecino de mesa la miró por la rendija pícara que quedaba entre sus lentes y su sien.