28 Metáforas para patria

Él lo ha dicho: "La patria es una asociación de las cosas divinas y humanas, es decir, el hogar, el altar, la tumba de nuestros padres, la justicia, la propiedad, el honor y la vida.

La patria es un compuesto del cuerpo y del alma; esta última, constituye los recuerdos, las costumbres, las leyendas, las desgracias, las esperanzas y los sentimientos comunes; el cuerpo, es el suelo, la raza, el idioma, las montañas, los rios, los productos característicos, y en tal caso, nadie prescindió tanto de todo esto como los verdaderos cristianos.

Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas.

Mi patria es todo un continente sin fronteras, sin odios y sin rivalidades, sin funambulerías y sin mediocridades, sin canalla que erija palacios a Monroe, sin turbas de alma triste ni «reyes paralíticos», ni zafios mercaderes, ni rufianes políticos... Y sin oro de Wáshington, que envilece y corroe.

Porque en otra parte podéis ser feliz y yo no, porque no estáis hecho para sufrir, y porque aborreceríais vuestro país, si un día os vieseis por causa suya desgraciado: y aborrecer á su patria es la mayor desventura.

La patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie.

Por otra parte, la diferencia característica llamada personalidad, consiste para los seres animados, en la peculiaridad de su animación que es la síntesis activa de su vida completa: fenómeno que entre los seres humanos (y la patria es una entidad humana) tiene a la palabra por su más perfecta expresión.

Mi voto es tal, y el corazon me dice Que si mi patria fuese tu familia, Pasaria su noche de vigilia Y brillaria de esperanza el sol.

La patria, que creía próxima su salvación, gime.

Y esta es una de las causas que contribuyen á la grandeza del culto nuevo: la humanidad es cosa diversa, cambiante, agitada por deseos contradictorios; grande es la patria y santos son los héroes de Maraton, de las Termópilas, de Valmy y de Fleurus; pero la patria no está aquí abajo, porque uno es hombre é hijo de Dios antes que francés ó aleman.

Patria es humanidad, es aquella porción de la humanidad que vemos más de cerca y en que nos tocó nacer.

¿La patria lejana por la cual suspiro, será una imagen engañosa de mis propios deseos?

Todas las condiciones de una raza superior acreditan al venezolano, que es valiente, franco y comprensor de sus deberes de ciudadano, para quien la patria está sobre todo otro interés.

¿Qué me importa que hayamos nacido en un mismo suelo, quizás en una misma calle, si entre los dos hay distancias más enormes que las que separan un polo de otro? La patria, señor inglés, es la madre común, que lo mismo cría y agasaja al hijo deforme y feo que al hermoso y robusto.

Días pasados un compañero en la oficina me dió una bofetada, y me quedé con ella... Pero ¡hay que ver la Infantería española! ¡Qué sobriedad!, ¡qué coraje!, ¡qué cargas a la bayoneta! No lo dudes, lector: la patria es el maná maravilloso que la misericordia divina ha enviado para los desheredados de la gloria, para los que en este mundo padecen hambre y sed de adulación.

La patria nos mira, (pausa corta) y estos contratiempos, estas iniquidades, mejor dicho, nos realzan á sus ojos, en lugar de deprimirnos, como quisieran los enemigos de la libertad, los asesinos del pueblo!...

La Patria, que significa España entera, es un motivo de declamación, de hermosas frases, palabras, a las que, como los orientales, todos gustan de entregarse, y para las que su idioma grandilocuente les presta facilidad; pero su patriotismo es de parroquia, y la propia persona es el centro de gravedad de todo español.

La patria... es la patria.

La patria está en peligro.

Gaxiolas, Labiagas, como muchos, conservan por México vírgenes sus afectos, cuidan su nacionalidad intacta, espían los acontecimientos de la patria, enorgulleciéndose con sus glorias, llorando sus infortunios, fanatizándose por ella, porque amar á los padres y á la patria es persuadirnos de que la que nos dió el sér es la más grande, la más bella, la más adorable de las patrias.

Pero quien sabe si los que tal hicieran, comprendían que la reconciliación al pie de la tumba era una idea santa y justa, y pensaron, tal vez con razón, que el triunfo no siempre justifica las causas, y que la patria debe reconocimiento igual á todos los que la amaron.

Con los graves historiadores, Michelet, Guizot, Thiers, se remontaba hacia el pasado, se interrogaba a los antiguos, se sentía latir el corazón de Francia y se comprendía que, según la bella expresión de Renan, «la patria» es el recuerdo de las grandes cosas que unos cuantos hombres han hecho juntos.

Aguardabalo el ostracismo que la patria ingrata reserva á sus grandes hombres... Al día siguiente renunció.

Don Sócrates Casajuana, el intendente municipal, dijo que era un prohombre á quien la patria y su partido debían sacrificios innumerables.

La patria de Olmedo es hoy el teatro de una de esas interminables guerras civiles cuya responsabilidad solidaria arroja el espíritu europeo sobre la América entera.

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