103 Adverbios para describir cómo perdían

Lo que había que desear ya era que la prójima se perdiese completamente de vista; que entre la familia y ella mediasen abismos infranqueables; que pudiera decir doña Lupe a los amigos: «esa mujer se ha muerto para ».

En vano la desidia pretenderá olvidarte, que el eco de tu nombre resuena sin cesar; se oye entre las ruinas que sirven de baluarte a un ayer glorioso que nunca cederá; lo lleva entre los labios el hijo de esta tierra: nombrar a Filipinas tu nombre es pronunciar; si el tiempo borra un día la losa que te encierra, no temas, pues tu nombre jamás se perderá.

La piqueta al hombro, El sepulturero Cantando entre dientes Se perdió á lo lejos.

Así ha pasado todo este tiempo; pero desde que volvió Pablo, mi sobrina ha perdido enteramente la tranquilidad: el día en que supo que estaba aquí, todos advertimos su turbación aunque no sabíamos bien si era la alegría, o el susto, o la sorpresa lo que la había puesto así.

Acaso habías perdido la costumbre de oirle en los veinte años que hace que no nos vemos, pero nunca es tarde para ceder á los buenos consejos.

La amistad de un poderoso insolente siempre se ha de temer, por que la amistad fácilmente se pierde y queda el poder libre de respetos para egecutar su furia, y sus antojos.

El punto de partida era, pues, común, pero mientras Fabrice, por el no interrumpido esfuerzo y constante y austero trabajo, llegara poco a poco al ápice de su arte, Gustavo Calvat embotaba sus aptitudes y perdía lastimosamente el tiempo en palabras, proyectos, teorías, críticas trascendentales y elucubraciones estéticas que le conquistaban la admiración del bulevar de las Batignolles...

Temía echar a perder inútilmente mi papel de protector, de padre, dejándome arrebatar a una situación ridícula en un momento de olvido.

¡Mirad qué don Juanico, y qué brinco! A mi verdad que pudiera ya estar casado, y que, según tiene unas rayas en la frente, no pasarán tres años sin que lo esté, y muy a su gusto, si es que desde aquí allá no se le pierde, o se le trueca.

La huerta se perdió rápidamente.

Semejantes a estrellas que se extinguen, fueron nublándose sus esperanzas, y la fe fue perdiendo lentamente su virginidad, como la nieve del cielo pierde su blancura puesta en contacto con la tierra.

Ha pasado por la deshonra, y no ha perdido totalmente el encanto de la inocencia.

Desgraciadamente, nuestro sistema de colonización pierde su semejanza con el de las demás, en otras muchas cosas, haciendo llegar no pocas veces la metrópoli á sus posesiones un hálito que si en Europa vivifica en el Asia envenena.

Pero esta idea, que se interponía entre su dicha y Juanín, iba perdiendo gradualmente su valor.

Cuando terminó el panegírico, volvió a poner los ojos en su sitio, y el rostro perdió repentinamente su expresión animada, como si el mecanismo interior se hubiese parado.

Me vas á hacer el favor, ¿eh?, de no perder mañana el tiempo en arrullos, como Romeo en el balcón de Julieta.

Hallarme quisiera a , Que me perdí desde ayer; Pero ya me vengo a ver, Pues me vengo a hallar en ti.

En Valencia le perdí definitivamente de vista; y sinembargo, ahora que escribo estas líneas, en Paris, temo que de repente asome la cabeza por la ventana de mi gabinete para decirme, por un exceso de cordialidad y confianza: «Good morning, sir.

Si una gran parte del tiempo que se pierde miserablemente en la escuela y en casa, ocupándose en estudios inconducentes, se emplease en adquirir los conocimientos preparatorios, acomodados á la carrera que se quiere emprender, los individuos, las familias y la sociedad reportarian por cierto mayor fruto de sus tareas y dispendios.

No quiero decir que pierda realmente su personalidad en la familia, en la ciencia, en el arte, en la industria, en la religion, en el derecho, no: una entidad absoluta no se pierde por combinaciones accidentales.

El español palideció, perdiendo inmediatamente su sonrisa.

Cada paso que ya en esa vía, le perderá más seguramente... ¡Me perderá! interrumpió Sorege con violencia.

Generalmente no pierde el conocimiento, y rarísimas veces le da la juma por ser valiente y pendenciero.

"El perjuicio que, de abandonar V.S. á esta provincia, resulta á S.M., por todo evento es bien conocido, pues por el ramo de tributos, se pierden anualmente mas de 20,000 pesos, y por los quintos y ramos correspondientes al trabajo de minas de oro y plata, arriba de 50,000 pesos: y por lo tocante al ramo de alcabalas, renta de tabacos y correos, bien considerable cantidad de pesos.

La Nela tiró suavemente de la mano de Florentina y soltola después, cayendo al suelo como un cuerpo que pierde súbitamente la vida.

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