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Mis patrios lares, ¡Arbol deshojado y seco! ya no repiten el eco de mis pasados cantares.

Que inspiraste el cantar de mis cantares y mis estrofas se alzan como altares en donde, hermosa y única y aurina, sobre un temblor de ardientes resplandores y de incensarios mágicos y flores ¡tu eres la hostia de mi amor, divina! 1919.

For his verses, see El libro de los cantares (1851) and El libro de las montañas (1867).

Despiértenme las aves 25 con su cantar süave no aprendido, no los cuidados graves de que es siempre seguido quien al ajeno arbitrio está atenido.

] [Nota 1515: Para que vengan bien los instrumentos han de acomodarse á la clase de cantares: diré los que convienen para cada clase.

Huyendo de los golpes que le contundían, trató de refugiarse en la iglesia; pero cabalmente comenzaba a salir entonces la gente; y aun quiso su mala fortuna que el primero que salía fuera Nilo Chuecas, el colaborador poeta de los Cantares tiernos; el cual, al verse cara a cara con el sabio, le plantó en ella el mejor par de bofetones que se había dado en Villavieja muchos años hacía.

Los pájaros de cartón, animados por diabólico mecanismo, ponían a esto comentarios estrepitosos con su cantar metálico y aleteaban sobre las ramas de trapo.

Mientras que, llena de estupor y gozosa, mi alma gustaba de aquel alimento que, satisfaciéndola, la hacía más deseosa de él, aquellas tres, que demostraban en su actitud ser de una jerarquía más elevada, se adelantaron danzando al compás de sus angélicos cantares.

Ya no la llames, que no te quiere...» Toda la hombría de Carlos Ramírez se derrumba al tenue contacto de aquel cantar.

Don Basilio saca el cuaderno de sus cantares y afila la punta de un lapicero.

Más de una vez la copla alusiva clamó, vibrante, allí: La mujer en amores es leña verde, que llora, se resiste y al fin se enciende; luego, encendida, ni resiste ni llora, pero suspira... Decíase que era Gil quien daba al aire su despecho con el cantar; y a Malgor le consolaban aquellas ingenuas interpretaciones que le suponían dichoso.

Yo soy este portugues, que por lo mismo fuí despedido de una dama que serviamos don Luis Milan y yo, y despidióme con este cantar de muertos: No me sirvais, caballero, Ios con Dios, Que quien hace malas coplas, Nescio vos.

Los andaluces forman también su grupo, con Díaz Escobar, especialista en cantares, Arturo Reyes, de la familia de Rueda, como el joven Villaespesa, bello talento en vísperas de un dichoso otoño, y otros escanciadores de sol y manzanilla.

De ella asomado á la robusta reja Contempla la campiña un prisionero, Y á su ánima vagar por ella deja, Dando un solaz mezquino y pasajero Al rudo afán que el corazón le aqueja, Y al pie de su ventana un ballestero Vigila en el adarve, murmurando La estrofa de un cantar de cuando en cuando.

Es como un pequeño fragmento de El cantar de los cantares, o mejor diré del Gita-govinda, cuyos requiebros, ternuras y descripciones materiales pueden interpretarse por estilo ultramundano y trascendente.

Alegre todo el día, activa, solícita, llenaba el hogar del Magistral de cantares religiosos a los que daba, sin saber cómo, sentido profano, aire de la calle.

que, amigo sincero, mis pesares Cariñoso y leal has consolado: que del infortunio en los azares Apoyo generoso me has prestado: que con honda fe de mis cantares El poder misterioso has invocado Del duelo y el afán como anatema, Escucharás benigno mi poema.

En la invención de estos cantares descubren á veces las gentes de la clase más baja un sentimiento musical muy elevado.

Yo cambio ese laurel de los cantares por la rosa del beso de una boca.

¿Cómo suceden tan repentinamente en esa otra vivienda al son de los laudes, inhumanos latigazos, y agudos lamentos á las dulces modulaciones de los cantares?

23 Quita de la multitud de tus cantares, que no escucharé las salmodias de tus instrumentos.

VIII MÚSICA, CANTOS Y BAILES Siento mucho no poder insertar aquí las notas sumamente curiosas y originales de los cantares ilocanos, tales son: el dal-lót, el danio, el dingli, el berso y algún otro que no recuerdo.

Y la escondida música Que en torno de él resuena De júbilo le llena, Le embriaga el corazón, Y la palabra mística De aquel cantar de gloria Le trae á la memoria Antigua aparición.

En estos romances, por lo común bellísimos, hállanse el corte popular y la expresión ingenua que no pudo después imitar el arte, y no tan sólo en los asuntos, pero aun en los pormenores guardan preciosas reliquias de los antiguos cantares, transformados á menudo por la fantasía popular y algunas veces por la inventiva del poeta no menos que por el influjo de las crónicas.

] Sobre aquel revuelto océano de cantares de guerra, rumor de martillos que golpeaban los yunques, chirridos de limas que mordían el acero, piafar de corceles, voces descompuestas, risas inextinguibles, gritos desaforados, notas destempladas, juramentos y sonidos extraños y discordes, flotaban á intervalos como un soplo de brisa armoniosa los lejanos acordes de la música del sarao.

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