26 Adverbios para describir cómo clavasen

»Adivinando yo su intención, en cuanto comenzó a hablar, la miré fijamente clavando mis ojos en los suyos, que acabaron por bajar su mirada, mientras su rostro se teñía de vivo carmín.

Clavó nuevamente Carton su mirada en la lumbre, permaneció largo rato pensativo, y al fin, dijo: Otra pregunta desearía hacerle; cuando se acuerda usted de su niñez, ¿la encuentra demasiado distante?

Dijo estas últimas palabras Ordóñez, bajando los ojos con modestia y afectando la sencillez del que habla sobre un acto que cree irrealizable; pero el padre Tomás clavó inmediatamente en él su aguda mirada, diciéndose interiormente que aquel grandísimo tuno le había adivinado y tenía prisa en llevar la conversación al terreno de su conveniencia.

El saltaba el arroyo, de orilla a orilla; él clavaba la lanza lejos, como un guerrero; a la hora de andar, a la cabeza iba él; se le oía la risa de noche, como un canto; lo que él no quería era que lo llevase nadie en hombros.

Hubo un delirio de palmas en la plaza; su figura esbelta y la singular corrección y delicadeza de sus facciones, cautivaron al público; las mujeres le clavaban codiciosamente los gemelos; se paseó triunfante en torno de la plaza recibiendo sonriente el aplauso de los tendidos.

Incontinenti el toro se dirigió al rincón en que la dama y sus acompañantes se habían detenido: ella (después que los demás huyeron) sacó impasiblemente su daga, y agarrando al toro por un cuerno se la clavó muy diestramente en el morrillo, no necesitando más para realizar a la perfección su designio; después de lo cual, volviéndose hacia el balcón del Rey, le rindió pleitesía y se retiró grave y solemnemente».

Evidentemente, el cariño del amante clavaba su arado más hondo.

Finalmente clavó en tierra con fiereza una de sus espadas.

Cuánto envejecen la lucha y el miedo a morir! Las emociones que nos da el peligro, ¡cuán hondamente se clavan en el alma!...

Las otras dos mujerucas le clavaban igualmente sus ojos sonrientes, maliciosos.

Un muchacho valeroso, que clavaba magistralmente las banderillas, y al que también había bautizado un grupo de aficionados como «el torero del porvenir».

Las dos mujeres se clavaban mutuamente con la vista.

El cerebro de la joven no cesaba de dar vueltas y más vueltas a estas ideas y a otras análogas, mientras su cuerpo permanecía inmóvil, abatido, clavando los ojos obstinadamente en las manos de D.ª Marciala, que no dejaba un momento su calceta.

Siento mucho, sin poderlo remediar, que desaparezca de nuestras montañas el oso, cuyas patas suele clavar orgullosamente el cazador en la puerta del hórreo.

¡Mentís! gritó ella, é inclinándose rápidamente clavó los dientes en la mano que la apresaba.

Los ojos del sujeto se clavaron sarcásticamente en los de la muchacha.

Todos los indios se dispersaron luego dentro del bosque, y volvieron trayendo leña, algunas cañas con que armaron camas para los viageros, y gruesas estacas que clavaron simétricamente en tierra para suspender, por grupos separados, las hamacas pertenecientes á los remeros de cada canoa: en el centro de estos grupos se encendió una fogata; y en la parle de afuera brillaban ya de trecho en trecho otros fuegos donde se preparaba la cena.

La doncella clavó la aguja en el lienzo, y pálida como una muerta, arrasados en lágrimas los ojos, contestó, sonriente

Aunque la partida se hallaba en aquel momento bastante lejos, al oír la señal, los jinetes se detuvieron como si los pies de sus caballos se hubiesen clavado súbitamente al suelo.

Miró al canónigo que se había quitado las gafas de oro para limpiarlas, y luego clavó sucesivamente la vista en los demás que ocupaban la estancia, incluso Caballuco que, entrando poco antes, se sentara en el borde de una silla.

Llegaron a Fuenterrabía, y clavando un clavo aquí y otro allá, y atando cuerdas, escalaron el castillo, le pegaron fuego e hicieron prisioneros.

¡Dios mio! dijo Elvira para : ¡en vuestras manos me encomiendo! resignada con esta breve oracion mental, sentóse trémula y agitada al lado de Hernan, que cogiéndole una mano y oprimiéndosela cariñosamente, no ya como un marido, sino como un amante, continuó clavando tiernamente sus ojos en los de ella.

Pues ¿quién nos dice que Soledad no era una de ellas, y que, miéntras clavaba aparentemente los ojos en el Altar, no contemplaba la gallarda figura de Manuel Venegas?

Inmóvil, horrorizado, clavaba ardientemente los ojos en la campanilla, puesta delante de , sobre un diccionario francés, la campanilla prevista, citada en el magnífico infolio.

La de Grevillois, en la ventana, clavaba asiduamente la aguja en el cañamazo.

26 Adverbios para describir cómo  clavasen