32 colocaciones para cieno

(Vase) QUEVEDO Entre hacer el bien del bueno 1765 y el mal del malo, dudara sólo un hombre que abrigara ese corazón de cieno.

El río turbio, rápido, de color de cieno, pasaba murmurando por debajo de las fuertes arcadas, y más allá, desde una alta presa cercana, se derrumbaba con estruendo, mostrando sobre su lomo haces de caña y montones de ramas secas.

Leer sus versos y después hablar con él, es como caer desde las nubes al fondo de un pozo de cieno.

El barrio de las Injurias se despoblaba, iban saliendo sus habitantes hacia Madrid, a la busca, por las callejuelas llenas de cieno; subían unos al paseo Imperial, otros marchaban por el Arroyo de Embajadores.

Como en los tiempos del pleriosauro, la tierra y el agua se confunden en un caos: bancos de cieno, islas emergiendo aquí y allá, pero apenas distintas del agua que las baña, brillan como ella y reflejan las nubes del espacio.

Por eso, y sólo por eso, había emprendido la bribona aquella ronda caritativa, escogiendo por compañera aquella inocente niña, incapaz de sondear la capa de cieno que estaba pisando.

El olor de aquella masa fétida de cieno nos mareaba.

Gabrielagregósiempre fué un calavera, un perdido con talento y buena fortuna, pero también un vicioso con el alma manchada de cieno.

la hora del cenar; recogiéronse a su estancia; preguntó Sancho al huésped que qué tenía para darles de cenar.

En sus dominios toda noble superioridad se hallará en las condiciones de la estatua de mármol colocada a la orilla de un camino fangoso, desde el cual le envía un latigazo de cieno el carro que pasa.

Parte de allí para Aqueron camino: Vasto abismo que en lecho hondo de cieno Hierve, y en el Cocito de contino El arena descarga de su seno.

Representábase entónces á los hombres como realmente son, unos insectos que unos á otros se devoran sobre un mezquino átomo de cieno; imágen verdadera que acallaba al parecer sus cuitas, retratándole la nada de su ser y de Babilonia misma.

Haga usted cuenta, niña, que ha dejado un mundo de cieno para entrar en otro más perfecto.

Sólo algún farol de petróleo, sujeto en la pared de alguna tapia medio caída, brillaba en toda la extensión de la hondonada, negra de cieno.

Preséntele usted con toda la negra realidad de la vida, braceando en este océano de cieno, sin poder flotar, y ahogándose, ahogándose, ahogándose....

Mas toda aquella insolencia expiraría sin fuerzas sobre la yerba de los campos, y la ola de cieno no mancharía jamás el dintel de sus iglesias y castillos, defendidos por un baluarte de caseríos.

Los que están acostumbrados á caminar en coche de colleras, ó en silla de posta, se pasmarán de los carruages de allá arriba, porque nosotros, en nuestra pelota de cieno, no entendemos de otros estilos que los nuestros.

Entre la Edad y el Siglo lo engendraron en un instante criminal de incesto: lo crean a traición; como un delito; como crea el reptil bajo del cieno.

Pero les ha acontecido lo que por un verdadero proverbio se suele decir: El perro es vuelto á su vómito, y la puerca lavada [es tornada] al revolcadero del cieno.

Como hacía buen tiempo, una espesa capa de polvo cubría el camino, que en la época de las lluvias debía convertirse en un río de cieno.

Pero él,que no creyó ni por asomo que, oculto bajo un rostro de ángel puro, hubiera un sér de cieno, cuando en su amor vivia más seguro, la halló con no quién, yo no cómo, y haciendo no qué, que no era bueno.

la rosa es la mujer, hijas mías; el espino la representacion de sus dolores; el despiadado viandante, los deseos impuros del hombre; el torrente de cieno, el mundo.

=Aluvional.= De aluvión: terreno formado por la acumulación de cieno, arena, etc., después de las avenidas.

Y apartando la vista de aquel cieno social, de aquellos fétidos despojos, de aquel lúbrico y torpe desenfreno, fijar llorando los ardientes ojos en ese cielo azul, limpio y sereno, de santa paz y de esperanza lleno.

Y eran las mismas dificultades de todos los días, los mismos bajos de cieno, la misma mole del vapor atascada en las mismas curvas, como una gorda señora entre apiñada muchedumbre, y por eso á cada momento tenía el buen señor que parar, retroceder, ir á media máquina enviando, ora á babor ora á estribor, á los cinco marineros armados de largos tikines para acentuar la vuelta que el timon ha indicado.

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