¿Cómo que son? 007:032 Son como niños sentados en una plaza de mercado, que se llaman unos a otros, diciendo, `Tocamos la flauta para ti, y ustedes no bailaron.

Seguía repicando el tamboril, sonaba la flauta, tableteaban las enormes castañuelas, pero ninguna pareja se lanzaba al centro de la plaza.

El tamborilero, con su redondo instrumento acostado en una rodilla, golpeaba el parche cadenciosamente, mientras su compañero soplaba en la larga flauta de madera, adornada con tallas de primitiva rudeza hechas a cuchillo.

Justamente él, en los ratos que dejaba la flauta y no podía ver a Serafina, y su mujer no le necesitaba, y, sobre todo, en la cama, antes de dormirse, consagraba no poco tiempo a meditar sobre el gran problema de lo que seremos por dentro, por dentro del todo; y tenía acerca de la realidad del alma ideas muy arriesgadas y que creía muy originales.

] Apenas hubo acabado de cantar, Stein, que tenía un excelente oído, tomó la flauta y repitió nota por nota la canción de Marisalada.

Estaba taciturno, cuando antes era más picotero que las cigarras; yacía inmóvil, cuando antes brincaba más que los chivos; no se curaba del ganado; había tirado la flauta lejos de sí, y tenía pálido el rostro como agostada hierba.

Sentados en sillas de marfil y teniendo cerca de ellos á los lindos esclavos que les abanicaban con ramas de mirto, Lacaro y sus amigos tañían la flauta ó pulsaban la lira, cantando versos griegos con entonación dulzona y afeminada.

Sentado bajo el árbol más copudo, rodeado de hermosas jóvenes y tañendo la flauta con destreza, semeja al dios Pan entre sus ninfas.

Un sirio, erguido sobre un rollo de cables, tañía una triple flauta fabricada con cañas, y al son del gangueo bucólico movíanse sus compatriotas.

En lugar de responder a esta pregunta, Stein sacó su flauta y repitió la misma melodía.

Los piratas en tanto desataron la amarra, pusieron mano á los remos, y se iban engolfando en la mar, cuando acudió Cloe ya con sus ovejas y trayendo de presente á Dafnis una nueva flauta.

Chavier hizo sus primeros estudios con profesores de música de Ponce, dedicando su atención primeramente a la flauta, instrumento que luego abandonó por el piano, que ha sido el único que después ha cultivado.

Dichosos aquéllos cuyo temperamento y juicio se combinan con tal acuerdo, que no son entre los dedos de la fortuna una flauta dispuesta á sonar según ella guste.

En cuanto comenzaba el dulce son acordado, Talín se sentaba sobre las patas traseras, alzaba sus ojos al cielo clamando venganza y despedía de su boca tan horribles, fatídicos aullidos que el mayordomo indignado, no atreviéndose á castigar la insolencia, desarmaba con violencia la flauta y jurando amenazas la guardaba en el bolsillo.

Buscando, pues, algo que le llenara la vida, encontró una flauta.

Pues allí estaba yo disponiendo los tambores y cencerros y fabricando las flautas y chifletes, que hacía de caña, con sus correspondientes agujeros, lengüetas y hasta llaves.

Don Andrés era el único que le alegraba con sus cuentos y sus paseos por los huertos, cogiendo flores para él, fabricándole flautas de caña.

Los instrumentos del coro adoptan un ritmo semejante al del vals, y al repiqueteo de los tamborcillos y el dulce ganguear de las flautas, se unen las voces de los cantores, que entonan una salmodia bailable, monótona y chillona, sin otra variación que el cambio de tono al final de cada estrofa.

Nosotros nos besamos alegremente, y antes de desunir las bocas, oímos el canto lejano de los mirlos, guiados por la flauta de caña que tañía Florisel.

¡Dafne, divina Dafne! Buscar quiero la leve Caña que corresponda a tus labios esquivos; Haré de ella mi flauta e inventaré motivos Que extasiarán de amor a los cisnes de nieve.

¡Cómo canta, salta y juega la flauta de los tamborileros!

gemían los violines, roncaba el contrabajo, extendía el violoncello la caricia aterciopelada de su varonil suspiro, lanzaba la flauta sus trinos de alegría pastoril, y la vieja casa parecía rejuvenecerse con esta alma melódica que corría por las arterias de sus escalas y corredores.

Entonces llevó a la boca su flauta; en seguida sonó la más extraña y dulce música que jamás habían oído aquellas gentes.

Gano media onza cada año, y á cuenta ya tengo recibido los dineros para mercar esta flauta.

«Pero ¿es que iban a pasar la tarde oyendo la flauta sin bailar?