23 Adjetivos para describir aborto

No bien aquel ladron, que ignoro si es un ser mortal ó un horrible aborto del Infierno, hubo contemplado mi hermosa é inolvidable dama, se precipitó hácia nosotros como el halcon que se lanza sobre su presa, y en un momento se apoderó de ella, cogiéndome tan desprevenido, que me apercibí de su accion cuando ya mi dama volaba por el espacio lanzando penetrantes gritos.

No se saciaba nunca la niña (a quien es forzoso llamar así, a pesar de ser casada, con su aborto correspondiente) de adquirir informes y noticias de la vida de sociedad, pues aunque algunos conocimientos de ello tuviera, por recuerdos vagos de su infancia, y por lo que su madre le había contado, hallaba en las descripciones y pinturas de Ponte mayor encanto y poesía.

Los españoles americanos no podían avenirse con los peninsulares; y era la América durante la dominación de la metrópoli, al decir de un escritor moderno, una soberbia cuna de imperio, en la cual dormía, no un niño que anunciara la virilidad de Hércules, sino un aborto deforme y raquítico que inspiraba lástima.

La imaginación no puede concebir un marco más siniestro para el drama de la muerte: un camastro en una choza; ni eso siquiera, un montón de trapos sórdidos en una cabaña abandonada, podrida y agrietada, en la que, por lástima, se ha dejado instalarse a aquella desgraciada con sus crías, abortos demacrados, medio desnudos, sucios, enmarañados y rabiosos como animales hambrientos que se disputan un hueso.

Dados sus antecedentes históricos, sus factores actuales y las condiciones á que estaba de antemano sometida su aceptación, había mil probabilidades matemáticas contra una, para que la Constitución escrita de Filadelfia fuese un fracaso ruidoso, un aborto tan efímero como la Constitución francesa de 1791, próxima á ver la luz.

Aquella alma era el aborto espantoso de la codicia y la ambición; la compañía de aquel hombre, era como la sombra venenosa de esos árboles que se encuentran en nuestras montañas: convidan dulcemente durante los ardores del día, y matan al que busca allí un refugio y un consuelo.

Y ante el aborto evidente de la tentativa secular, acaso parezca más triste que la robusta inconsciencia del Oeste, sólo preocupado de crecer y engordar, esta estéril pertinacia del Hub bostoniense, empeñado infatigablemente, como Wagner, el fámulo de Fausto, en aprender las fórmulas y recetas de la ciencia, en juntar, dentro de la redoma de vidrio, los elementos que sólo producirán el homúnculo irrisorio y caricatural.

Con varios ademanes horrorosos Los Montes de parir dieron señales: Consintieron los hombres temerosos Ver nacer los abortos más fatales.

Avergüénzase, se arrastra, quiere pelear y no puede, ¡aborto gigantesco, frustrado entre dos mundos, pobre Caliban desarmado! * * * La pesadez, fatal á la ballena, esto todavía más para los seres que nos ocupan.

Avergüénzase, se arrastra, quiere pelear y no puede, ¡aborto gigantesco, frustrado entre dos mundos, pobre Caliban desarmado! * * * La pesadez, fatal á la ballena, esto todavía más para los seres que nos ocupan.

Tres mañanas en un picadero, tres mañanas en el Bosque, yo junto á ellos como improvisada amazona, trotando, galopando..., y, á la cuarta, el lecho del hotel y el grave aborto de la pobre destrozada.

Durante las fiestas de Navidad ocupóse Cárlos Latorre del estudio de aquel repentino aborto de mi irreflexivo ingenio, que habia yo escrito y leido en veinticuatro horas y bautizado con el título de El puñal del godo

¡Vamos, si le ascienden á él antes que á ; si un padre de familia cargado de hijos y que lleva todo el peso de la oficina, se ve pospuesto á ese aborto inútil que mata el tiempo pintando monos...! (Volviéndose á Villaamil en solicitud de su aquiescencia.

Avergüénzase, se arrastra, quiere pelear y no puede, ¡aborto gigantesco, frustrado entre dos mundos, pobre Caliban desarmado! * * * La pesadez, fatal á la ballena, esto todavía más para los seres que nos ocupan.

Tan prodigioso aborto de la naturaleza inmutaron los años, y es creible que lo que nuevamente han descubierto los reales exploradores, que no se han dignado comunicarnos sus recientes observaciones, lo trastornen los tiempos venideros.

Durante las fiestas de Navidad ocupóse Cárlos Latorre del estudio de aquel repentino aborto de mi irreflexivo ingenio, que habia yo escrito y leido en veinticuatro horas y bautizado con el título de El puñal del godo

Tomad un vándalo, un normando y un alano, mezcladlos con el moro más redomado, emborrachad al aborto resultante de esa mezcla y ya tenéis un inglés hecho y derecho....

Los primeros abortos sentimentales de las jovencitas iban a quedar debajo de la butacas.

Ello me indujo a abortar el librejo a toda prisa, juzgando ambiciosamente que así como los partos humanos no sólo son viables al noveno mes, sino también cuando alcanzan el séptimo, de igual suerte podrá sobrevivir, con toda su ruindad, este aborto sietemesino.

Su desventura causa general compasión, y esto le basta al triste aborto que hemos descrito.

Y Abelarda repetía las mismas palabras de la muerta, diciendo que el pobre niño era un monstruo, un aborto del infierno, venido á la tierra para castigo y condenación de la familia.

Este medicamento, en fin, previene ó evita el aborto en las mujeres ya afectadas como dejamos referido.

Era conocida por su avilantez y desparpajo, y también porque de ella se murmuraba que había tenido siete abortos voluntarios.

23 Adjetivos para describir  aborto