1242 oraciones de ejemplo con caricias

Tan extremado estuvo, sin embargo, en sus caricias y tan sumiso, que al cabo, arrancando con violencia sus manos de las de él, Clementina dijo medio riendo, medio enojada aún: Quita, quita, que ya estoy hastiada de tus lametones de perro de Terranova....

Fué pródiga de caricias con su amante en la hora que con él estuvo.

Pero yo que, desembarazándose de las amargas preocupaciones de la vida, su existencia va á extinguirse por las caricias del agua pura y las ondulaciones de las estremecidas hierbas.

El catavientos y las velas altas dieron señales de haber percibido las primeras caricias del viento que tanto deseábamos, despertando la María Rosario del letargo en que tiempo estaba sumida.

El espíritu siente una extraña armonía ante el mudo estertor del día que muere, como igualmente al percibir las primeras caricias del que nace; en aquel, las vibraciones que dan las sensibles cuerdas del alma, originan acordes tan dulces como la mirada de la tierna madre que vela el tranquilo sueño de su hijo; en el último, los acordes son alegres y ligeros, cual las modulaciones del jilguero.

¡Si! Que digan que alabas á VIRGILIO, porque él se ha portado bien contigo; que JUNO defiende á HOMERO, pues él es el cantor de las venganzas; que os hacéis mútuas caricias y atentos cumplidos.

Así es que cuando el señor D. Teodoro me ha dado esperanza... he visto el cielo abierto; he visto una especie de Paraíso en la tierra... he visto un joven y alegre y sencillo matrimonio; he visto ángeles, nietecillos alrededor de ; he visto mi sepultura embellecida con las flores de la infancia, con las tiernas caricias que aun después de mi última hora subsistirán acompañándome debajo de la tierra....

Prométame que no será ésta la última vez que vendrámurmuraba desolada,usted es buena, tía Silda, y dispensará a mamá: ella es así, pero en el fondo, la quiere... ¿Vendrá pronto? ¡y si no, porque no estaremos, yo iré a visitarla a su casa, iré con muchísimo gusto, tía! La señora retribuyóla sus caricias, prometiéndola cuanto quiso pedirla... ¡Pobrecita! es un ángel, no puede negarsedecía misia Casilda bajando la escalera.

Y con la falta de escrúpulos del dolor, relataba á Aresti su escena con Cristina, la frialdad con que había acogido sus caricias, y después, la explicación tempestuosa entre los dos: ella echándole en cara su infidelidad: él aceptándola con altivez, como una consecuencia de la separación moral en que vivían.

¡Naturalmente! ¡Naturalmente! ¡Cuántas cosas te hacen creer con cuentos de nodriza! Ella sabe bien por qué lo hace y por qué ama a ese pobre niño hasta comérselo a caricias: ¡conoce el camino que lleva al corazón del padre! Pero tal vez no lo quiereinsinuó el viejo Hellinger.

» Llevaba en la mano las flores rotas, las miraba y las cubría de besos, las interrogaba como si guardasen el secreto de Magdalena, las preguntaba qué había dicho ella cuando las desgarraba, si eran caricias o insultos... Y no qué sensación desenfrenada me replicaba que Magdalena estaba perdida y que ya no tenía más que atreverme.

recuerde usted el nombre que siempre desde la primera vez que gocé de sus caricias quiso darme: recuerde usted que me ha llamado hija suya y como a tal me ha amado: para su hija siempre será usted indulgente.

Ahora no se matará usted, no afrontará la ira de Dios, y podrá usted también correr en busca de nuevas caricias.

Me parecía que su riqueza, el lujo que me daba, sus regaños sin cariño y sus caricias sin ternura, todo era un sarcasmo continuo, una mofa brutal y despiadada de la suerte.

El recuerdo de las caricias le hizo juntarse, enlazar sus brazos, caminar apoyados uno en otro, mirándose con ojos en los que aún brillaba el fuego de las recientes sensaciones.

El campo parecía embellecerse para ocultar en sus espesuras las caricias del amor, para arrullar a las parejas con los perfumes y cantos de su vida exuberante.

Mientras los dos amantes, cuya pasión se ha aumentado desde su primera entrevista, se abandonan de nuevo á tiernas caricias, acude una muchedumbre de furiosos, que amenaza derribar la casa.

Pero mi madre estaba resuelta a descubrir el secreto y empleando alternativamente las caricias y las amenazas logró arrancármelo.

La entrada en Europa ¡Adiós, Constantinopla! En plena noche atravieso por última vez el Gran Puente, sintiendo como caricias amistosas de despedida los estremecimientos y saltos que imprimen al carruaje los tablones de la plataforma.

Dondequiera que me sentase se acurrucaba bajo la silla o saltaba sobre mis rodillas cubriéndome de sus repugnantes caricias.

" X. "En la mañana de un viernes me llamó mi madre y haciéndome una de esas caricias que sólo las madres saben hacer, me entregó una pequeña bolsa con dinero, diciendo:Recuerda que tu padre acostumbraba dar limosna todos los viernes á los pobres que venían........

La Marquesa no hacía más que picar y catar, tan pronto apeteciendo como desdeñando, y el Marqués se encariñaba con las cosas picantes y afrodisíacas, obsequiándolas risueño con una mirada galante y después con las traidoras caricias de su tenedor.

Besó á Pepa, apretó la mano del Marqués, después se puso á hacer mimos y caricias á Monina.

A la una engañas, á la otra enamoras; á la una matas lentamente, á la otra das las caricias robadas al matrimonio.

Los niños, ántes de llegar, se desprendieron de Julia y de , y á carrera tendida, dando saltos y armando bulla, penetraron á la tabaquería é invadieron las rodillas de la señora, se encaramaron en la silla y la ahogaban á besos y caricias, mostrándole sus dulces y juguetes.

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