179 oraciones de ejemplo con tupido

Sintió frío en sus extremidades y que toda la sangre se le agolpaba al corazón viendo cómo se ocultaba la pareja en un tupido cenador de ramaje, al final de una avenida.

Las plantas enredaderas trepaban por las paredes y formaban tupido cortinaje en las ventanas del primer piso.

Hacia el Norte, entre prados de terciopelo tupido, de un verde obscuro, fuerte, se levantaba la blanca fábrica que con sumas fabulosas construían las Salesas, por ahora arrinconadas dentro de Vetusta, cerca de los vertederos de la Encimada, casi sepultadas en las cloacas, en una casa vieja, que tenía por iglesia un oratorio mezquino.

Pero para la liebre, vestida con su abrigado manto de suave y tupido pelo, era noche de festín, noche de pacer los tiernos retoños de los pinos, la fresca hierba impregnada de rocío, las aromáticas plantas de la selva; y noche también de amor, noche de seguir a la tímida doncella de luengas orejas y breve rabo, sorprenderla, conmoverla y arrastrarla a las sombrías profundidades del pinar....

El pudor, la candidez, la inocencia, todas esas prendas, que los hombres estimamos mucho, forman no ya un velo tupido, sino una muralla alta y gruesa, que sirve de reparo al corazón para que no se descubra ni se lea lo que en él importa leer.

Me irrita la alegría de esta chusma... Salió del paseo y se metió en los sauzales del río: allí estaba más a gusto, más solo, y podía llevar a cabo su propósito sin dificultad, porque en aquel paraje no lucía el sol: arriba, el dosel tupido de los sauces llorones; delante, el río, desenvolviendo sus aguas turbias; detrás, la ciudad, con sus ronquidos de gigante.

Su rostro estaba medio oculto por un ancho sombrero y un velo tupido.

El ídolo está cubierto con tupido velo, ó se presenta á los adoradores con faz atractiva y risueña; mas por esto no varía, es el hombre que se ha levantado á propio un altar en su corazon, y se tributa incienso, y desea que se lo tributen los demas.

A través del tupido follaje se deslizan aquí y allá algunos rayos que adornan sus vestidos con manchas de oro, ruedan sobre su cuello y sus mejillas, y rozan su frente, poniendo un claro fulgor en su cabellera obscura y rizada.

Una preciosidad; un manto suave como la seda, grueso, tupido y ligero, como fabricado con plumas de fantásticas aves.

, me voydijo poniéndose el sombrero, que tenía un tupido velo para echar sobre los ojos.

Algunos modernos, para salir de la huella imitativa, han dado un brusco tirón hacia el monte tupido, y la originalidad yankee revienta en el enorme balbuceo de Walt Whitman (the true laureate of Democracy!) ó el clownismo humorístico de Mark Twain ...

Su castillo de Bembibre no le ofrecía el sigilo necesario para la empresa que meditaba, so pena de encender la guerra en aquella pacífica comarca, y por otra parte ningún velo pudiera encontrar tan tupido y espeso como el misterio temeroso y profundo que cercaba todas las cosas de aquella orden.

* * * * * Provisto del volumen; sorteando los charcos que la tierra embebía poco á poco, el artista se refugió en el largo cenador tupido de trepadoras; allí no se oía más ruido que el cadencioso del caño de agua desahogando en el pilón semicircular para afluir después al estanque.

Quiero beber del amor sólo en tu boca bermeja, ¡oh, amada mía, en el dulce tiempo de la primavera! ESTIVAL I La tigre de Bengala, con su lustrosa piel manchada a trechos, está alegre y gentil, está de gala. Salta de los repechos de un ribazo, al tupido carrizal de un bambú; luego a la roca que se yergue a la entrada de su gruta.

La proximidad de la comarca donde se asienta Jerusalén se conocía en la mayor feracidad del terreno, en la verdura del tupido musgo, en la copia de hierba y florecillas silvestres, que no había conseguido marchitar el invierno.

Poniendo delante de un color un velo mas ó menos tupido, ó un cristal mas ó menos obscuro, pierde el color parte de su viveza.

Los domingos casi de madrugada á misa con su tía doña Bernarda y cubierto su lindo rostro con el tupido velo; los mismos días por la tarde al campo con su tía, su padre, y alguno de ellos, muy pocos por cierto, con Puig, con quien disputaban siempre Bernarda y Benito y que se despedía de ellos antes de terminar la expedición, por no poder aguantarlos.

Media hora después, cuatro hombres a caballo, cruzaban el tupido algarrobal, siguiendo un sendero abierto entre la hierba profusa, por el paso de hacienda, en dirección a la Casa de los Cuervos.

Apartando un grave y tupido cortinaje, salió al taller ó estudio contiguo á la alcoba.

Estábamos en un patio, todo poblado de arbustos y tupido de enredaderas que trepaban por la fachada del caserón, sin dejar adivinar mucho de su arquitectura.

a) Demostración en el espesor de la hipófisis de un plexo nervioso tupido y delicadísimo, continuado con tubos llegados con el pedículo de este órgano (fig. 47, P).

Ya un girón del vestido de Naná, cubriéndose de larvas, tomaba la forma de capullos para metamorfosearse en tupido raso de Lyon; ya una tira de becerro, curtiéndose repentinamente y modelándose al pie de Sabina se llenaba de pespuntes y lazos hasta elevarse a la categoría de un borceguí Carlos IX.

La sangre afluyó al corazón del aficionado y un velo cubrió su vista; pero no tan tupido que le impidiese percibir entre la comitiva a un picador que, caballero en una alimaña, llevaba a la grupa a uno de esos pilletes que les sirven de escuderos y que, bajo la égida de su protector, tienen entrada triunfal y gratuita en la plaza.

Entre los caldenes suele medrar, en ejemplares aislados, algún tupido sombra de toro, de forma elipsoidal y hoja perenne, tan uniforme, tan umbroso, tan bello, en fin, que lo reclamaría sin desdoro el parque más exigente y estilizado de Buenos Aires.

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