54 colocaciones para melodías

En una de ellas, estando Leto de codos al balcón del saloncillo, mientras Nieves tocaba adentro una melodía de Schubert, se dejó llevar distraído de la impresión que le causaba siempre la buena música, y particularmente la que le era conocida, y acabó por seguir a media voz el canto de la melodía.

Jamás la hablamos de las despedidas, de las naves que parten y de los corazones ausentes, de las últimas notas de las melodías.

Sin duda soñaba con las majaderías que nos refirió el zagal, exclamó Garcés restregándose los ojos con mucha calma, y en la firme persuasión de que cuanto había creído oir no era más que esa vaga huella del ensueño que queda, al despertar, en la imaginación, como queda en el oído la última cadencia de una melodía después que ha expirado temblando la última nota.

; su estética musical está más en el ritmo que en la melodía, es decir, en la noción de movimiento.

Y Azorín escucha a través de su letargo este concierto de centenarias melodías, este concierto de melodías tan dulces, tan voluptuosas, que traen a su espíritu consoladoras olvidanzas.

Así fué que, lloviendo sobre ella apóstoles de la flamante doctrina, comenzó á reblandecerse al son de tantos himnos y jaculatorias, y acabó por quedar encantada sin saber de qué, como el hombre de las selvas al oir las melodías de una flauta.

Ella dijo, con su voz de melodía triste: Todavía....

" La melodía greco-romana, aunque con orientaciones hebraicas, fué la constitutiva del cantollano y figurado de los primeros siglos del cristianismo, "quedando siempre dentro del inmenso movimiento de la polifonía moderna y del tipo general de la melodía, como elemento común e intermediario, la melodía homofónica, tipo universal e inmutable del canto vocal".

Después comenzaron á oirse como unos himnos distantes que entonaban las jerarquías de serafines; mil himnos á la vez, que al confundirse formaban uno solo, que, no obstante, era no más el acompañamiento de una extraña melodía, que parecía flotar sobre aquel océano de misteriosos ecos, como un jirón de niebla sobre las olas del mar.

Alentada por el triunfo continuó estudiando y produciendo, siendo nuevamente premiada con otra mención, por una Danza que remitiera al Certámen del Ateneo de 1914, la que, por la belleza de la melodía, estilo original, elegancia sin efectismos del acompañamiento y pureza del ritmo, placenteramente criollo, es acreedora a un primer premio.

En los bosquejos de la segunda melodía del adagio escribió: Tal vez entraría aquí el coro en forma conveniente.

Los místicos tendían a la unidad rígida, al hieratismo, y San Gregorio publicó en el siglo VI su Antifonario, un centón de todas las melodías litúrgicas, purificándolas según su criterio.

Imitaba, esforzándose, la majestuosa sonoridad del coro wagneriano; remedaba con murmullos a flor de labio el rumoroso acompañamiento de la orquesta, y Rafael batía el agua con sus remos al compás de la melodía piadosa y entusiasta con que el gran maestro había impetrado el favor de la poesía popular, saludando la aparición de la Reforma.

La tradición greco-romana transformóse enteramente, con la introducción de las diafonías y la elevación de las tercias naturales a consonantes; y al empezar el siglo XIV, el Ars Contrapuncti de Felipe Vitri formuló en leyes vigentes hasta hoy, la técnica de aquella construcción de la melodía.

No hay cuaderno de pequeñas melodías para el primer año de piano, que no contenga, transcriptas con una ingenuidad de deletreo, el "la ci darem la mano", el "Deh! vieni a la finestra", el minuet "signore maschere" y el rondó de Zerlina.

Con la boca entreabierta y la mirada perdida seguían extáticos el curso de aquella melodía desesperada en que Violeta se lamentaba de morir después de haber penado tanto.

Pero a su maravillosa facilidad, al espontáneo torrente de melodía que brota de su cerebro, se unen dos condiciones tan raras, que han hecho de él el único y el inimitable: su instinto dramático, en primer lugar, que le permite, con sin igual soltura, traducir la situación, y en segundo, la elegancia, la distinción suprema de su melodía.

Juan, cerrados los ojos, saboreaba el encanto de aquella melodía de antaño, que parecía el eco lejano de un pasado muerto.

La gran belleza del arte musical contemporáneo estriba en el enlace de la melodía polífona, lo mismo vocal que instrumental, con la armonía, síntesis de la composición.

¿Pero miss Hawkins no nos hará el obsequio de cantar la segunda estrofa de esa preciosa melodía?

El anónimo popular y el genio, tienen, al fin de cuentas, el mismo corazón, fuente de toda melodía; sólo que el primero crea por instinto, y así su éxito depende de la selección natural, como pasa con las semillas derramadas por la planta silvestre; mientras el segundo asegura el triunfo a sus creaciones, con imponerles la ley superior de su inteligencia.

Por mi salud, hijo mio, que me semeja que en la gloria de la melodía del ángel Sant Miguel he gozado el tiempo, que aquí con vosotros oyendo á Selvago he tenido.

Y tímida ante el mundo, de manera que encerrada en silencio no salía, sino cuando en la dulce primavera era la hora de la melodía... Hora de ocaso y de discreto beso

Ya no se reían los hijos y la madre de las melodías que improvisaba el padre: también a ellos se les figuraba que querían decir algo, muy obscuramente...

Nadie ignora que en los coros antiguos, las palabras solían tener, como grupos silábicos, la misma medida de la melodía.

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