5132 oraciones de ejemplo con la costa

Los vapores se amontonan al rededor de los hielos, las nubes se forman en copos blanquecinos y sulfúreos, semejantes á la espuma que salta por encima de los abismos infernales, en donde cada ola burmugeante va á romperse en la costa en donde estan reunidos los condenados como las piedras en la de la mar.

Vió que la costa avanzaba formando un pequeño cabo y que, en torno de su punta, las aguas se mantenían tranquilas, con una pesadez que denunciaba cierta profundidad.

Pero no creyó oportuno perder el tiempo en la contemplación de este fenómeno vegetal, y se limitó á pasar la cuerda en derredor de tres de los árboles enanos, dejando sujeto de este modo su bote para que no se alejase de la costa.

Los escasos habitantes de la costa le habían visto aproximarse, poco antes de la puesta del sol, en su bote, más enorme que los mayores navíos del país.

El Hombre-Montaña pudo vagar á lo largo de la costa sin tropezarse con ningún habitante, porque todos los ribereños se habían metido tierra adentro por orden superior.

Salió á la superficie remolcado por estos lazos, que se clavaban en sus carnes, y para evitar su cruel mordedura hizo pie en la arena, procurando correr hacia la costa con una velocidad igual á la de los buques.

Gillespie pudo vagar durante la mañana por la costa inmediata al puerto.

Distinguió igualmente cómo iban avanzando por la costa varias compañías de arrogantes muchachas de la Guardia.

Algunas mamás barbudas hasta criticaban al gobierno porque no disponía que las tropas de la guarnición nadasen en otro lugar más solitario de la costa.

Los buques de guerra que navegaban siguiendo la costa para impedir que el gigante se lanzase mar adentro se metieron en el puerto ó se alejaron á toda máquina, perdiéndose en la línea del horizonte, como si se les acabase de ordenar un rápido viaje.

En este tiempo llegò alli el Governador con vn Vergantin, que en la Trinidad comprò, i traìa consigo vn Piloto, que se llamaba Miruelo: havialo tomado, porque decia, que sabia, i havia estado en el Rio de las Palmas, i era mui buen Piloto de toda la Costa del Norte.

Dexaba tambien comprado otro Navio en la Costa de la Habana, en el qual quedaba por Capitan Alvaro de la Cerda, con quarenta Hombres, i doce de Caballo; i dos dias despues que llegò el Governador, se embarcò, i la Gente que llevaba eran quatrocientos Hombres, i ochenta Caballos, en quatro Navios; i vn Vergantin.

Otro dia de mañana embiè veinte Hombres à que conosciesen la Costa, i mirasen la disposicion de ella: los quales bolvieron otro dia en la noche, diciendo, que aquellos Ancones, i Baìas eran mui grandes, i entraban tanto por la Tierra adentro, que estorvaban mucho para descubrir lo que queriamos, i que la Costa estaba mui lexos de alli.

Otro dia de mañana embiè veinte Hombres à que conosciesen la Costa, i mirasen la disposicion de ella: los quales bolvieron otro dia en la noche, diciendo, que aquellos Ancones, i Baìas eran mui grandes, i entraban tanto por la Tierra adentro, que estorvaban mucho para descubrir lo que queriamos, i que la Costa estaba mui lexos de alli.

Sabidas estas nuevas, i vista la mala disposicion, i aparejo, que para descubrir la Costa por alli havia, Yo me bolvì al Governador: i quando llegamos, hallamosle enfermo con otros muchos; i la noche pasada los Indios

Como la Costa es mui braba, el Mar de vn tumbo echò à todos los otros embueltos en las olas, i medio ahogados en la Costa de la misma Isla, sin que faltasen mas de los tres, que la Barca havia tomado debaxo.

Como la Costa es mui braba, el Mar de vn tumbo echò à todos los otros embueltos en las olas, i medio ahogados en la Costa de la misma Isla, sin que faltasen mas de los tres, que la Barca havia tomado debaxo.

Sus Casas son edificadas de Esteras, sobre muchas Cascaras de Hostiones, i sobre ellos duermen encueros, i no los tienen sino es acaso; i asi estuvimos hasta en fin de Abril, que fuimos à la Costa de la Mar, à do comimos Moras de Çarças todo el Mes, en el qual no cesan de hacer sus Areitos, i fiestas.

De las que no son grandes, hacen los Indios Mantas para cubrirse, i de las maiores hacen Çapatos, i Rodelas: estas vienen de àcia el Norte, por la Tierra adelante, hasta la Costa de la Florida, i tiendense por toda la Tierra mas de quatrocientas Leguas: i en todo este camino, por los Valles por donde ellas vienen, baxan las Gentes, que por alli habitan, i se mantienen de ellas, i meten en la Tierra grande cantidad de Cueros.

Aquellos Indios nos dixeron, que otros estaban mas adelante, llamados Camones, que viven àcia la Costa, i havian muerto toda la Gente, que venia en la Barca de Peñalosa, i Tellez, i que venian tan flacos, que aunque los mataban no se defendian: i asi los acabaron todos, i nos mostraron Ropas, i Armas de ellos, i dixeron, que la Barca estaba alli al travès.

Esta es la quinta Barca, que faltaba, porque la del Governador diximos como la Mar la llevò: i la del Contador, i los Frailes la havian visto echada al travès en la Costa, i Esquivèl contò el fin de ellos.

Estos Indios nos dixeron, que havian visto al Asturiano, i à Figueroa con otros, que adelante en la Costa estaban, à quien nosotros llamabamos de los Higos.

Adelante, en la Costa de la Mar, habitan otros, que se llaman Doguenes; i enfrente de ellos otros, que tienen por nombre los de Mendica.

Mas adelante, en la Costa, estàn los Quevenes; i enfrente de ellos, dentro en la Tierra-firme, los Mariames: i iendo por la Costa adelante, estàn otros, que se llaman Guaycones; i enfrente de estos, dentro en la Tierra-firme, los Yguaces.

Mas adelante, en la Costa, estàn los Quevenes; i enfrente de ellos, dentro en la Tierra-firme, los Mariames: i iendo por la Costa adelante, estàn otros, que se llaman Guaycones; i enfrente de estos, dentro en la Tierra-firme, los Yguaces.

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