32 Adjetivos para describir contratiempos

Recalde dirigía; la marea estaba en su pleno; pasamos por encima de los arrecifes, sin el menor contratiempo.

me hubieras abrazado; mi presentación á tus indígenas era inevitable; éstos hubieran hablado de nuestro encuentro y Harvey y sus hijos hubieran sabido que yo me iba á picos pardos, lo que, contando con el pudor anglosajón era para un serio contratiempo...

Mi mujer empezó á proveerse, tomando sin duda revancha de los contratiempos sufridos, cuando el garçon la dice en un tono muy bajo y muy meloso: Perdone usted señora: no se pueden tomar más que dos porciones á eleccion.

Ocurrió el contratiempo grave de que mientras Ponte llamaba con nerviosa furia, decidido a romper la campanilla, subió Hilaria de la calle y abrió con el llavín, y ya no fue posible cortar el paso al intruso, que se precipitó dentro, presentándose ante las asustadas señoras con el sombrero metido hasta las orejas, blandiendo el bastón, la ropa en gran detrimento y manchada de tierra y lodo.

El único contratiempo que padecía en la mayor parte de las reyertas, era la pérdida del sombrero.

Lamentable contratiempo para Lacante, pues es imposible llevarla al convento, donde no la recibirían en tal estado.

Por desgracia, el grabador, que no era un Estévez ni un Carmona, no pudo poner cuerdas en una lira, que formaba parte de las armas de Polo; pero es un pequeño contratiempo, de que nadie hace eso.

Mal de mi grado hube de presenciar uno de estos desagradables contratiempos.

Mis amores experimentaron un gravísimo contratiempo.

Un contratiempo inesperado contribuye a ello.

Grandes obstáculos, inevitables contratiempos se opusieron al desarrollo del programa.

España entró tambien en la arena para participar de los infortunios de la Francia i esperimentar contratiempos no inferiores a los mas grandes que hasta entónces habia sufrido bajo la dinastia de los Borbones.

Eran insignificantes contratiempos de la vida.

Tengo una pena grande, por el triste contratiempo que ha ocasionado a Alfonso un fragmento de su poema «Childe Harold», relativo a Italia.

Deslizábanse los días en santa calma, trabajando mucho, pero sin que un leve contratiempo viniera á turbar la monotonía de una existencia laboriosa.

Conquistas más fáciles le consolaron y distrajeron de aquel ligerísimo contratiempo.

Ocurrió el contratiempo grave de que mientras Ponte llamaba con nerviosa furia, decidido a romper la campanilla, subió Hilaria de la calle y abrió con el llavín, y ya no fue posible cortar el paso al intruso, que se precipitó dentro, presentándose ante las asustadas señoras con el sombrero metido hasta las orejas, blandiendo el bastón, la ropa en gran detrimento y manchada de tierra y lodo.

He aquí dos contratiempos ocurridos desde el principio.

Todos mis lectores, si vuelven la vista atrás y recuerdan la historia de sus amigos y conocidos, hallarán alguna gran catástrofe o, por lo menos, una serie de contratiempos originados por este ciego optimismo instintivo.

Ocurrióle entonces cierto contratiempo pecuniario, que amargó no poco su existencia.

Nuestra situación no es muy hermosa, pero, ¡qué diablo!, todo se arreglará con el tiempo, y ya verás cómo un porvenir feliz nos compensa de todos los contratiempos actuales.

Por fortuna, entre las cosas que dejó Ballester en previsión de todos los contratiempos posibles, había un biberón muy majo.

¡Pobre general Paz! ¡Gloríate en medio de tus repetidos contratiempos! ¡Contigo andan los penates de la República Argentina!

Entonces cae en la cuenta de que jamás ha entrado en sus previsiones un contratiempo semejante.

¡Era un contratiempo muy sensible! LI Y

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