30 Verbos a usar para la palabra condena

Tamburí tuvo que cumplir su condena; pasó quince días en la cárcel; pagó dos mil cequíes de multa para el tesoro del Sultán y ciento cincuenta por las reparaciones que hubo que hacer en el tejado.

Si Lea Peralli, por un encadenamiento de circunstancias inexplicables para , vivía, mientras Jacobo de Freneuse sufría una condena por haberla matado, era evidente que este misterio encubría una monstruosa iniquidad.

Pensad que si renovais friamente esa confesion, solo me resta pronunciar vuestra condena.

Por eso ustedes recibirán mayor condena.

Estremecido de terror por por si esos hombres de quienes escapé una vez milagrosamente me conocían, asistí a su condena de V.; pero sobrevenga lo que sobreviniera, he resuelto compartir su suerte.

¿No se citan sus nombres y se les apunta con el dedo, y, sin embargo, viven y triunfan y hasta regatean el saludo a los hombres de bien, porque se consideran a mayor altura que ellos, en virtud de que así se lo hace creer, con sus acatamientos, e incensadas, el mismo público que desde lejos y en voz baja los condena a presidio con grillete?

» Cumpliendo en las galeras la condena que se le impuso después del auto de fe murió Onofre Bartola, y así tuvo fin la airada vida de aquel ejecutor de la justicia, que fué á la par reo y verdugo.

Así es que á sus ilimitados temores se unía una confianza indefinible, fundada sobre todo en el tiempo transcurrido, y en el que aún faltaba para cumplirse la condena.

Mas aprecio demuestra mi condena que vuestro respeto, Sir George, dijo dolorosamente herida Clemencia.

¿Qué condenas, No me duelan, siendo ajenas, Si de no te dueles? Que pues tu muerte causó Tu misma mano y yo no, No esperes piedad de ; Ten lástima de , Fernando, y tendréla yo.

La escollera de Maliaño, la estación del ferrocarril, el nuevo empedrado y otras reformas hechas precisamente mientras duró la condena de los pilluelos, era lo que ellos no podían comprender; mas lo que extravió sus razones hasta el extremo de llegar al espanto, fué la aparición, por la Peña del Cuervo, de un monstruo silbando y arrojando nubes y fuego por la cabeza.

Es probable que esté petrificado en indiferencia absoluta; quizás no cabe en él más que su Quimera... ¡Si es así, y se entera de su condena á muerte, y ve que se va sin realizar lo soñado, se entregará á la desesperación en vez de aceptar el consuelo de las horas supremas!

Si el golpe es desgraciado y el practicante no puede huir, deja caer lo hurtado, lo echa en el bolsillo de cualquiera de los presentes, en fin, se deshace como puede del cuerpo del delito, y trata de evitarse una condena o ahorrarle un mal rato a su asociado.

En el de Ceuta expió su condena.

En algunas personas la palabra "iglesia" sugiere de tal manera la idea de hipocresía, tiranía, bajeza y aferramiento a toda superstición, de un modo general e indeterminado, que se envanecen diciendo "que son absolutamente contrarias a toda religión"; y hasta los que pertenecen a una Iglesia determinada, no libran de una condena general a los que pertenecen a otras".

¡Y qué pesadas habrían sido las horas de aquella temporada, que él llamaba su condena, si no las aligerasen con su cariño y con mil solicitudes y ternezas las seis personas que él designaba con el dulcísimo nombre de la sacra familia! Sola le cuidaba como podría cuidarse a un niño enfermo, y de su cuenta corría todo lo relativo a aquella dichosa pierna averiada que no se quería componer sino a medias.

Si el sereno ateniense hubiera adulado á sus conciudadanos, la historia helénica no estaría manchada por su condena y el sabio no habría bebido la cicuta; pero no sería Sócrates.

En cambio, en la Natzichet, menos seriamente comprometida, la conciencia de las responsabilidades era ninguna o muy pequeña; el deber político en ella, mujer, tenía que oponer a la pasión un obstáculo menor, y si todavía no pesaba sobre ella una condena por crímenes, los informes de la policía la consideraban capaz de consumarlos.

El Talmud presenta la condena de Jesús como puramente religiosa y pretende en efecto que fué apedreado, ó á lo ménos que despues de haber sido crucificado fué apedreado, como sucedia muchas veces (Mischna, Sanhedrin, VI, 4).

) ¡Perdona, Cano; pero la vida vuestra no es pa ! ¡Me da repunancia! ¡Yo sólo apetezco rematar mi condena, y saber de Rosa, y volver á ser lo que he sido antes! CANO.

No es esto de causar extrañeza si se tiene en cuenta que La Dolores, obra puramente nacional, popular, clara, sin medias tintas, del tipo más corriente en la escena española, pasó por todos los teatros madrileños sin ser recibida en ninguno, dándose el caso duro de que su autor, para no resignarse a la condena y dando en esto señal de buen tino, fuese a estrenarla en Barcelona, donde se dió treinta y tantas veces.

Y esa pasión preñada de misterios, De crímenes tal vez é infamias llena, Que pierde las familias, los imperios, Que las almas sacrílega condena, Es la historia de entrambos hemisferios: Oña, Clorinda, Deyanira, Elena, Cleopatra, Raquel, Dido y Lucrecia, Son las de España, Italia, Egipto y Grecia.

Fagin iba á traducirle en lenguaje vulgar estas espresiones misteriosas y rebuscadas y maese Bolter hubiera sabido entonces que la combinacion de estas palabras seminario y pensionista significaban condena perpétua, cuando el diálogo fué interrumpido por la llegada de Bates que entró con ademan contrito y las dos manos metidas en las faltriqueras.

; y si no cumpliere con la condicion que se le impuso ó la quebrantare, el indulto será nulo y de ningun valor, y podria sujetársele de nuevo á su condena.

Allí, me dijo mi amigo, como en otras partes, no ha tenido solucion satisfactoria la cuestion de talleres; el gobierno paga seis reales por la manutencion de cada preso; pero en otras épocas se han apoderado de ellos especuladores, que despues de exprimir su jugo, sueltan al preso casi en la miseria cuando termina su condena.

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