30 Adverbios para describir cómo feos

No siendo una mujer verdaderamente fea, parece bonita con el pintoresco atavío de las hijas del Oriente.

Se ocupa largamente de Rafael Pombo, el famoso autor del canto de Edda, que dio la vuelta a América, y que mereció entre la avalancha de contestaciones, una hermosísima de Carlos Guido y Spano, «Pombosegún el Sr. Canées feo, atrozmente feo.

Ya se entiende que este edificio había de estar aislado, no empotrado entre casas como los pobres teatros que ahora tenemos, salvo el teatro Real, tan abominablemente feo en lo exterior, que harto bien merece estar empotrado.

D. Félix tiene ahí muchas propiedades, y no dejarán de cortarle algunamanifestó Martinán el tabernero, hombre de cuarenta á cincuenta años, espantosamente feo, de ingenio sútil, disputador eterno.

Don Modesto no estaba en edad de figurar en la palestra de amor; Momo, además de ser extraordinariamente feo, conservaba toda su animosidad contra Marisalada, y no cesaba de llamarla Gaviota; y ella le miraba con el más alto desprecio.

Era horriblemente fea, andrajosa, fétida, y al cantar parecía que se le salían del casco los ojos cuajados y reventones, como los de un pez muerto.

Pero sea lo que quiera del resultado ético de tales novelas, y aunque se diga, quizá con razón, que, más que a malos pensamientos, provocan a asco, siempre será verdad que el género es detestable, no ya por inmoral, sino por feo, repugnante, tabernario y extraño a toda cultura, así mundana como estética.

Lo que no era verosímil, lo que no cabía en la cabeza de nadie era que el dichoso, que el hastiado, que el rico y noble Conde de Alhedín, delicia de la corte, suspirase no por emperatriz, reina o gran duquesa siquiera, sino por una muchacha obscura, pedestre, venida de un lugar y casada con un casi escribiente feo y viejo.

Dicen que Pericles tenia la cabeza muy larga y sumamente fea, por lo qual nunca le pintaron ni le esculpieron con ella desnuda, como á los demas, sino siempre con morrion.

No gasta pelos en la cara, pero se afeita de tarde en tarde, lo cual da mayor realce á su rostro, espléndidamente feo.

Estas treinta o cuarenta personas tienen de tiempo en tiempo el capricho de llamar deliciosa a una mujer evidentemente fea, y es lo bastante para que desde ese día parezca deliciosa.

Por su mente discurrían cosas presentes y pretéritas, las unas agradables, las otras terriblemente feas, y daban vueltas en infalible serie como las horas en el círculo del reloj.

Hemos visto soldados nipones en Mukden ocupando una tierra que no les pertenece, y como este guerrero azul de las melenas desmayadas y la gorra á lo japonés es extremadamente feo, no sentimos duda alguna sobre su nacionalidad.

Pero si la mujer es para vos completamente indiferente, si sólo os casáis mecánicamentedijo el conde de Haro, que era un tanto socarrón, casáos con la menor de mis hijas; tiene veinte años, es fea, fuertemente fea de cara, pero robusta, llena de vida, y á propósito, decididamente á propósito para la maternidad.

No es dable decir otro tanto de las mugeres, que son generalmente feas.

Aresti miraba la imagen, el «fetiche bizkaitarra», como decía él en sus cenas con los amigos de Gallarta, y la encontraba grotescamente fea, como todas las imágenes españolas que son famosas y hacen milagros.

En Madrid no hay términos medios: o las mujeres son totalmente hermosas o totalmente feas.

No, querida; era igualmente feo en otro género.

¿? MANOLO Porque usted es una mujer previsora que sabe aceptar la fealdad del ser amado, antes de que éste se vuelva irremediablemente feo... ARACELI No te apures, Daniel, no te apures, que eso no va con nosotros.

Pero al enamorarse comprendió que tenia ya cuarenta años, que era mas que medianamente feo y zafio, y ademas, que el orgulloso don Diego de Válor, jamás consentiria en darle una hermana suya siendo como era pobre, y estando ademas oscurecido y en la humillante condicion de un hombre que sirve por un salario.

La mayoría de estos personajes, el cacique Brevas, su hijo, Berrinches, y el alcalde Larán-larán es moralmente fea y ruin; pero la afición pesimista prevalece hoy en las obras de ingenio, y no nos atrevemos a censurar lo negro del cuadro, aunque le hubiéramos preferido menos negro.

Don Robustiano, ordinariamente feo, pálido y anguloso, estaba ahora, a punto de dejar la vida, tan horrible, que recuerdo su figura como una pesadilla que no puede borrarse de la imaginación.

Consulté el cielo, y lo vi pavorosamente feo; consulté la mar, y la encontré muy sañuda: no era posible volverse más que a Dios, ¡y Éste estaba tan poco propicio con nosotros desde el 21!...

Esta Celedonia, criada y aprendiza de su planchadora, era una moza de veinte años, frescachona y razonablemente fea, la boca grande, la nariz ancha, los ojos saltones.

Fea era la cara de níspero de la codiciosa vieja, y acaso más fea la adolescencia alcornoqueña de la moza.

30 Adverbios para describir cómo  feos