68 colocaciones para cavernas

Era miel que derretía el sol en la entrada de la caverna y chorreaba inútil fuera del depósito.

Entonces al avanzar nosotros, fue cuando pude yo darme la respuesta a la pregunta que me había hecho poco antes: ¿dónde estaba la boca de la caverna

En el fondo de una caverna socavada por el mar, el viejo linajudo espera la muerte como un viejo león.

María Teresa no llegaba hasta lamentar la desaparición del hombre de las cavernas, defensor de su compañera en el fondo de las grutas, con palo y hacha de piedra; pero veía con sentimiento la degeneración de los hijos de la burguesía, alejados por una educación imprevisora de todo espíritu de iniciativa y de todo esfuerzo individual.

En mis paseos delirantes descendia á la profundidad de las cavernas de la muerte para estudiar su causa en sus efectos, y desde los montones de huesos y del polvo de los sepulcros, me atrevia á sacar consecuencias criminales;

Los muebles que se veían en esta extraña vivienda, eran dos banquillos de madera, un lecho de paja cubierto por una vieja capa colorada, un hacha y algunos dogales: todo este conjunto miserable estaba alumbrado por una lámpara de barro, encendida delante de un tosquísimo grabado representando una Virgen, pegado en el muro en un ángulo de aquella especie de caverna, sobre el miserable lecho.

Cuando después de un recorrido más ó menos largo, viene á caer temblando por la bóveda de la caverna, una parte de líquido se evapora en el aire, y una pequeña partícula de piedra, prolongada como la gota que la tenía en suspensión, queda suspendida de la roca; una nueva gota deposita otra partícula sobre la primera, luego se deposita una tercera y millares de millones hasta el infinito.

Detroit, Cleveland, Pittsburg, Buffalo, son inmensos talleres fabriles y febriles, que despiden el potente rumor del esfuerzo humano y evocan imágenes monstruosas de cíclopes fraguando metales en las cavernas volcánicas: Ac veluti lentis Cyclopes fulmina massis Quam properant...

La broncofonía nos indica la formación súbita de grandes cavernas...

Trepaba por uno de esos barrancos que suben por las faldas de las montañas y que al fin se extinguen, se pierden, se borran, acabando en punta, como si fueran un pliegue del terreno; cuando llegó á la parte media se detuvo en la oscura grieta de una caverna, y lanzó un silbido tan leve como el de una culebra.

Nada menos que averiguar cómo era su amo por dentro; meter sus miradas en aquel dichoso parénquima, en aquellas cavernas y tubérculos, para ver en qué consistía el daño, y por qué se había de morir su amo.

Rasis decia que era una de las puertas de la caverna de los vientos.

La disposición de la caverna, en la cual había cenizas y otras huellas de establecimiento humano, dió motivo a suponer que se trataba de un establo prehistórico.

Respóndeme, ¡o querida mia! te he llamado en las sombras de la noche; he asustado á los pájaros dormidos bajo las hojas silenciosas, he despertado al lobo en las montañas, y he hecho conocer tu nombre á los ecos de las cavernas mas sombrías.

¡Cuento! ¿Es la historia del encanto de la caverna?

; sus miembros robustos, musculosos, participaban á un tiempo de la fuerza del gladiator y de la agilidad del montañés: y todo este conjunto, tostado por el aire y por el sol, tenía algo de selvático, algo que hacía semejarse á este hombre al hombre de la naturaleza, cuando éste no conocía otro albergue que le protegiese del rigor de las estaciones, más que el ramaje de los bosques ó las estalactitas de una caverna.

Del corazon sale todo; es un arpa soberbia que despide toda clase de sonidos, desde el horrendo estrépito de las cavernas infernales hasta la mas delicada armonía de las regiones celestes.

Se adivinaba la existencia de cavernas submarinas, gargantas y canalizos invisibles, en los cuales se retorcía furioso el Océano al perder su calma soñolienta, encabritándose con espumarajos de rabia, desplomándose sus cataratas gigantescas sobre los negros abismos.

recónditamente por aquel concierto y sobre todo por el silencio que lo acababa, se iban a la cama como víctimas de la fatalidad de las cavernas.

Filigranas de la creación, caladas y alicatadas por el buril de los gnomos ó geniecillos de las cavernas subterráneas se me figuraban todos estos minerales, y así los alababa con sumo calor, haciendo sonreirse á Federico Bruck.

Una casa es mejor habitación que una caverna.

Parecíamos haber dejado de ser hombres para convertirnos en otra especie de seres, insensibles y fríos habitantes de las cavernas, lejos del sol, del aire puro y de la hermosa luz.

Y allí quereis quedaros, puesto que, triste helecho de una caverna solitaria, habeis subido hasta ese grado superior de la vida, cuando viene un ángel y os enseña algo mayor y más hermoso; las ideas eternas, en cuya comparacion vienen á ser como sombras los soles, y el Eterno Dios, en cuya presencia es como una mustia luciérnaga todo el Universo.

Relataba la historia verídica de la caverna de Formentera, donde los normandos habían guardado los productos de sus piraterías en España e Italia: santos de oro, cálices, cadenas, joyas, piedras preciosas y monedas medidas a celemines.

A pesar de las obscuras tinieblas que las llenan, infinidad de cavernas se han cambiado así en maravillosos palacios subterráneos.

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