198 Adverbios para describir cómo siga

Á las primeras palabras dirigidas afectuosamente al aldeano, los que detrás de él formaban silenciosos, adelantaron un paso, y á la cuarta pregunta del de la corte, un círculo compacto de curiosos le envolvía, disputándose todos la ocasión de oir la voz del señor forastero, y de seguir de cerca con la vista el movimiento de sus brazos y la dirección de su mirada.

Como los dos querían evitar un encuentro con los grupos que regresaban al pueblo, siguieron avanzando lejos del río, por donde empezaba á elevarse el terreno, formando la pendiente de la altiplanicie pampera.

El trastorno general no se hacía esperar, ansiedad, náuseas, ganas de moverse, a las que seguían inmediatamente ganas más vivas todavía de estarse quieto.

La marquesa y el sacerdote seguían cuchicheando vivamente allá en un rincón, ella cada vez más humilde e insinuante, sentada sobre el borde de la butaca, inclinando su cuerpo para meterle la voz por el oído; él más grave y más rígido por momentos, cerrando a grandes intervalos los ojos como si se hallase en el confesionario.

Algunas mañanas asomábase a la capilla Mozárabe, siguiendo atentamente la anticuada liturgia de los sacerdotes adscritos a ella, fieles guardadores del culto católico de la Edad Media.

Y ahora que quedan recopiladas y en compendio mis impresiones de Italia, el lector me sigue á una corta expedicion al que fué un dia teatro de Lola Montes, y desde allí á Viena.

La dama seguía lentamente su marcha haciendo volver la cabeza a cuantos hombres cruzaban a su lado.

Trataré de describir el orden y aparato de aquel ejército siguiendo fielmente la veraz, escrupulosa y auténtica narración de mi amigo el Flos sanctorum.

No tenía más que seguir tranquilamente el camino que se le ofrecía y por su afición á los caminos extraviados se hundió en tal cloaca de vicios que fué imposible impedir que se perdiera.

Por otra parte se ha de considerar, que los niños no son capaces de distinguir con toda claridad si lo que los padres les amonestan es bueno, ó malo, y así lo siguen ciegamente por la autoridad y respeto con que los miran.

En nuestra narración seguimos generalmente á aquel autor, no siéndonos posible indicar con minuciosidad las pruebas históricas que nos han servido en toda ella, que pueden verse en los Apéndices del excelente trabajo de Navarrete.

sintióse impresionada por los consejos de su hermano, y por mucho tiempo los siguió escrupulosamente.

Entretanto, los perros seguían tras él, trotando con toda la lengua de fuera.

LOS HOMBRES DE PRO CAPÍTULO PRIMERO Docena y media de casucas, algunas de ellas formadas en semicírculo, a lo cual se llamaba plaza, y en el punto más alto de ella una iglesia a la moda del día, es decir, ruinosa a partes, y a partes arruinada ya, era lo que componía años hace, y seguirá componiendo probablemente, un pueblo cuyo nombre no figura en mapa alguno ni debe figurar tampoco en esta historia.

Y es que el joven, viendo las claras señales que ella daba de arrepentimiento, las pruebas un tanto humillantes de su simpatía hacia él, no se apartase de la obediencia, no la siguiese jamás ni buscase ocasión de encontrarse con ella en el paseo.

El profesor siguió corriendo ladera abajo en busca de los señores del gobierno municipal.

Ahora podemos seguir naturalmente el curso de los sucesos de esta puntual historia.

Además, como todos los enamorados, olvidaba que los hombres nacen con la enfermedad mortal del hambre y únicamente pueden seguir viviendo si se curan de ella dos veces al día.

Empieza este por la costanera derecha del valle de Pelechuco, y sigue constantemente ya bajando, ya subiendo del lecho de los rios á la cumbre de las lomas que separan á estas dos poblaciones.

á Sedeño? Acaso, puesto que uno de mis monfíes ha seguido recatadamente á ese hombre y ha visto que entraba en una casa en Bibarrambla.

¡Cómo ha de ser!exclamó Lorenzo ahogado por las ansias de llorar y agregó:yo seguiré mañana para Buenos Aires; pero Ricardo quedará unos días en el pueblo, así es que cualquier cosa que necesites aquí o allá... ¿Yo?...

Entró doña Manuela en la botica, esperola él a la puerta, y apenas la vio salir, continuó de este modo, mientras ella le seguía dócilmente: Vámonos ahí al lado, al pórtico de San Isidro.

Por uno se entenderá lo que no está mezclado, ni c[=o]puesto de cosas diversas, [=q] a[=u]que se forma este cuerpo de muchas partes, deven todas mirar á un blanco, y estar entre si tan unidas, que de la una verisimil, ó necesariamente se siga la otra.

´ 007:008 «Pues ustedes dejan de lado los mandamientos de Dios, y siguen estrictamente la tradición de los hombres; el lavado de jarras y copas, y hacen muchas otras de tales cosas.

La juventud se diseminó por los alrededores, que eran amenísimos, principalmente siguiendo el cauce del arroyo que surtía la fuente, todo sombreado de sauces y olmos.

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