50 colocaciones para nucas

En el cuadrante un clérigo melancólico, pensativo, fumando, como un árabe delante de su tienda; en el corredor baja de las Casas Municipales un policía haraposo, con el fusil al hombro, paseándose; y allá por la Calle Real, centro del miserable comercio villaverdino, una recua, un pordiosero, y el doctor Sarmiento, muy de prisa, echado el sombrero hacia la nuca; figura invariable, tipo eterno del médico de las poblaciones cortas.

Subido el cuello del abrigo, á pesar de lo avanzado de la estación, por miedo á las bronquitis matritenses, terribles para los cantantes; mal borrado el blanquete, corto el cabello en la fuerte nuca, algo saliente la mandíbula, riente la boca, que delata la satisfacción de una noche triunfal, cruza mi ensueño de un instante

Entonces se abalanzó contra aquel hombre, y le dió un golpe tan violento en la nuca, que lo hizo caer al suelo.

Los ojos del comerciante fijábanse con avidez en la nuca perfumada por las matinales abluciones y todas las blancuras inmediatas revelarlas por la entreabierta penumbra de la blusa.

Porque si tanta sangre salía de las manos atravesadas por un estrecho puñalito, ¿qué cantidad no saldría del boquete abierto en mi estómago por una faca de siete muelles o por una lengua de vaca? ¡Cielos, una lengua de vaca! Se me erizaba hasta el vello de la nuca.

En uno de aquellos relámpagos ficticios, le acometió la tentación de lanzarse riendo en medio de la sala, bajo la mirada de todos, para besarla en la blancura fina de la nuca.

No bien nos instalamos en nuestra mesa al día siguiente, el cura y yo, abriose con estrépito la puerta y vimos entrar a Petrilla, con la cofia en la nuca y los zuecos llenos de paja en la mano.

¡Bah! (al exclamar ¡bah! el marqués de Torres-Nobles dió una vuelta en la cama y se arropó mejor, porque se le colaba el frío por la nuca); en resumidas cuentas, ¿qué me importa todo ello?

Las piernas de Clarita van y vienen á compás, marcando alternativamente sus contornos en la falda, y ondean al vientecillo los rizos de su nuca, al vientecillo que orea el tierno follaje de primavera, el verde plumoncillo de los álamos que despiertan desperezándose del invierno...

¡Ah, Yaco, qué mala estoy! Tengo una paloma en el corasón, un martio en cada sién y un pescao en la nuca.

Se arreglaba los rizos de su cabellera, cruzaba los brazos sobre su nuca desperezándose y tomando graciosas actitudes de estatua, e iba ensayando todos sus gestos de modelo, sonriendo unas veces maliciosamente, como un tipo de elegante acuarela, y mirando otras al cielo con la mística expresión de un personaje de pintura sangrada.

El barrio chino, idéntico al de Hong-Kong, se extiende por la espalda de la S desde la embocadura del río hasta la nuca, de la que arranca un istmo, el que liga la isla al continente chinesco, largo de un kilómetro y ancho lo suficiente para que un coche pase por él sin caerse al agua, si no se desvía del centro.

Las bocas femeninas se posaban ávidas en su mano, mientras él contemplaba con ojos enigmáticos la fila de nucas adorables inclinadas á su paso.

El era el más modesto, el último, pero allí estaban sus compañerostodos aquellos señores con levita inglesa y pe lo partido de la frente a la nuca,jóvenes estudiosos que le habían ilustrado con sus profundas apreciaciones, y cuando ellos no habían hecho más economías, era porque resultaba imposible.

De pie, apoyando su espalda en una mesa, Arnedo tenía ambas manos en los bolsillos del pantalón y la galerita sobre la nuca.

Yo no puedo pensar en describirla... ¡era algo estupendo!... tenía la cabeza envuelta en una gasa verde oscura, recogida atrás con unos mechones de cabellos envueltos con la gasa sobre la nuca marmórea, y que me parecían luchar entre como si defendieran una posesión divina...

El único que no estaba en la casa era Alejandro: el pícaro pardo había cumplido su promesa; un día de un altercado tremendo con mi tía, desbocó los caballos al descender la violenta pendiente de la barranca de la Recoleta y volcó el landeau en una zanja, lo hizo pedazos y magulló a mi tía que fue izada por la ventanilla con la gorra en la nuca y los vestidos en un desorden inconveniente.

Eran los viejos borrachos, con la gorrilla en la nuca y el eterno pañuelo de hierbas en la mano.

Mi sueño de amor crece en medio de las lindas y voluptuosas hijas de Fragonard, en los parques en que Watteau, bajo vastos boscajes, hace avanzar, con reverencias, jóvenes de nucas rubias, de faldas amplias y luminosas.

No sabemos si por dolencia, por abrigo o por costumbre, tenía la cabeza envuelta en un pañuelo de hilo a cuadros, cuyas puntas formaban una lazada sobre la nuca.

Momentos después del altercado, mi tía Medea se había visto atacada súbitamente de una abundante evacuación de sangre por las narices; pero en el paroxismo de su cólera, temblando nerviosamente de ira, se había contentado con sorber en abundancia y ruidosamente grandes cantidades de agua salada, atarse fuertemente el brazo derecho o ponerse en los lujuriosos rodetes de su nuca adiposa la llave consabida que aconseja la terapéutica popular.

Algunos viejos llevan barbillas de pelos lacios y la cabellera larga atada sobre el cogote, con una melena á modo de plumero caída sobre la nuca, igual á la de los antiguos samurais.

Muchos personajes de camisa blanca se han colocado bajo la chisterita con funda de hule una toca, que les cubre desde la mitad de la frente hasta la nuca, y lleva en torno una franja de crines recortadas.

Vestían falda de percal rameado con largos volantes, llevaban el mantón terciado, el moño aceitoso caído sobre la nuca, la frente con cuernecillos de pelo pegado, y en el cuello varias sartas de cuentas azules.

Las firmes caderas ondulaban lascivas bajo la brevedad pueril de la cintura; los hombros eran redondos y de armoniosa anatomía; sobre la nieve de la nuca desnuda, los cabellos rubios, casi rojos, fingían tonalidades leoninas; dos esmeraldas enormes temblaban, como gotas de ajenjo, en el rosado lóbulo de las orejas diminutas.

50 colocaciones para  nucas