El Duque se enamoró de ella como un loco: hizo que uno de los más enfadosos poetas de aquel tiempo escribieran unas estrofas amatorias, que el joven apasionado deslizó suavemente en la mano de Salomé á la salida de un baile.

La corriente favorable á consecuencia de la alta marea y la desusada actividad de seis remeros aguijoneados con la esperanza de una propina, hacían que las batangas se deslizaran rápidamente por el estero.

¡Si dispara un tiro más, viejo, mato á su hija! Esta amenaza, unida á la consideración de su impotencia, hizo que don Carlos se deslizase lentamente sobre la arena, sin atreverse á hacer fuego.

El Tato y el campanero se deslizaron furtivamente por la escalera de la torre vestidos con sus mejores ropas.

¡El arado virgiliano! ¡El carro venerable! ¡La campiña arcádica, por donde los ríos se deslizan mansamente!...

Cuando las nieves han cubierto el camino, hay que cambiar de vehículo; en lugar de carros y coches se usan trineos que se deslizan ligeramente sobre los copos amontonados.

Al siguiente dia se deslizaba tranquilamente nuestra canoa por entre islas guarnecidas de bosques, cuando se presentó derrepente, posada sobre un árbol del ribazo, la mas hermosa, la mas corpulenta, la mas noble de todas las aves de rapiña, una verdadera harpía, que levantaba su bello copete, mirándonos detenidamente sin parecer inquietarse de nuestra presencia.

Se deslizaba discretamente en nuestras filas, cuando la señora de Saint-Cast lo notó.

Y ella, fascinada por aquella mirada ardiente, murmuraba cerrando los ojos: ¡Gracias!... ¡gracias!... ¡Carlos mío! Después, uniendo sus manos, se deslizó dulcemente a los pies de Carlos, y apoyó la cabeza sobre sus rodillas; su pálido semblante estaba como velado por sus largos cabellos negros; solamente a través de ellos brillaban sus ojos, lo mismo que una estrella en medio de un cielo sombrío.

¡Hola! ¡tanto bueno por acá! Tiróle de las barbas a Agapo, y mientras le presentaba su cigarrera de níquel, le deslizó hábilmente en el oído esta pregunta: ¿Hay algo?

El cochero arreó a la bestia y el carruaje se deslizó velozmente y sin ruido sobre la nieve.

Y a un lado, al través de un bosquecillo de pequeñas palmas, se deslizan cautelosamente seis ú ocho indios armados de sus lanzas, sus cuerdas y sus mazas y dardos, en persecución de un tigre negro, cuyos ojos chispean y en cuyas garras y contracciones musculares se ven las crispaturas del miedo y de la rabia feroz que dominan á ese gran bandido del desierto, cuando se ve atacado y se dispone á destrozar para defenderse.

Pero la oposición tiene también el inconveniente de presentar un plano inclinado por el que éstos se deslizan insensiblemente.

Abajo, en la obscuridad del mar, se deslizaban igualmente otras estrellas con todos los fulgores del iris.

Y todavía de vez en cuando dejaba deslizar alguna palabrita malévola, prometiendo, allá en su interior, confesarlo inmediatamente.

Al mismo tiempo otros monstruos de actividad terrestre se deslizaron por el suelo, cerca del cuerpo de Gillespie.

Clementina se deslizó disimuladamente por los salones, salió al corredor y se dirigió al despacho del duque, una pieza regia que sólo tenía de respeto, pues siempre trabajaba arriba.

Acuérdate, Pepito, que tú y yo, cuando éramos muchachos y vivíamos en la Universidad, nos hemos deslizado ocultamente en los almacenes de la Facultad de Historia para ver de cerca las bestias de acero, gloriosas y mudas, sin poder adivinar cómo funcionaron en otros tiempos....

El mar se aleja en una inmensa mancha verde; se mueven, suavemente balanceados, los barcos; las grúas suenan con ruido de cadenas; chirrían las poleas; se desliza rápido, en la lejanía, un laúd con su vela latina y sus dos foques.

¡Al mar y sea lo que Dios quiera! Se abrazaron por última vez y se dejaron deslizar silenciosamente al agua.

Sus pupilas se deslizan frívolamente sobre centones absurdos; gustan de los más superficiales, de ésos en que nada podría aprender un espíritu claro, aunque resultan bastante profundos para empantanar al torpe.

Pero el arrullo de la música penetrando al mismo tiempo por los oídos quitaba toda significación á este medroso disfraz de los buques y á la lentitud recelosa con que se deslizaban frente á la costa del placer.

Poco después se deslizó nuevamente en Dimmesdale el sentimiento de lo grotesco en medio de las solemnes visiones que se forjaba su cerebro.

Creyó que un monstruo de la misma clase que los del estanque, pero mucho mayor, un pulpo gigantesco de los fondos oceánicos, se había deslizado traidoramente á sus espaldas, echándole de pronto uno de sus tentáculos.

Oportunamente, en el Salto del Uruguay ó de las Tortugas, en donde, como se decia, los otros reales de enemigos, á saber, los Españoles se habian juntado con el Gobernador de la ciudad del Puerto, se deslizaron en partes, ó desertaron muchos.