21 colocaciones para nata

Puesta la pasta en movimiento con una espátula (ó en su defecto con una badila), se le agregan dos yemas y medio vaso de nata.

Se reduce igualmente á la mitad dos litros de nata doble, revolviéndola de contínuo á fin de que no se pegue ni queme; mézclense las dos reducciones; háganse hervir á buen fuego por espacio de tres cuartos de hora, sin parar de remover, y cuando la salsa está suficientemente ligada se pasa por estameña.

Se deslíe con tres huevos y seis yemas (que vienen á ser nueve yemas y tres claras), un poco de limón ó de naranja de la época actual, medio cuartillo de nata (sin flor), otro medio de jugo lácteo de ubre de vaca conservadora y cien gramos de azúcar en dulce.

Puede comerse tambien cocida al medio caldo, acompañada de una salsa de nata, á la manteca, etc.

Ocho tazas alrededor del frutero compuestas de dos compotas, un queso de nata, una crema-vainilla, una confitura, uno de pastelillos y dos quesos diversos cubiertos.

la Fadrique Vélez, pintada, empavesada, dislocada, porque tiene cerca, de uniforme de gentilhombre, al consabido... Ahí Adolfina Mendoza, que no cabe en su pellejo de contenta, porque la han puesto con la Lanzafuerte y las Vegamillar, la pura crema de la pura nata... Y un vapor de recuerdos me forma y dibuja la silueta de una carmelita, postrada en un coro donde hay sarcófagos de piedra, góticos, de Infantes de Castilla y León...

BLANCA DE AVE Se machacan con ensañamiento y se pasan por el chico de las de Tamiz varios filetes de pollo elegante, añadiéndoles igual cantidad de tocino de cerdo natural y miga de pan en buen estado; y por cada 500 gramos de pasta, dos huevos de gallina y dos decilitros de nata doble.

Despues de cocidas al vapor ó á la flamenca las patatas, se machacan y deslien con la nata destinada á extraer de ella la manteca; se bate luégo todo junto en la mantequera, como para la manteca ordinaria, y se lava, prensa y sala lo mismo.

No son vuestras cejas color de tinta, vuestro cabello de seda negra, vuestros ojos de abalorio, ni vuestra mejilla de natas, lo que podría subyugar mi ánimo á vuestra adoración.

El que quiera saber estos misterios de las natas que aprenda natación.

Su piel tierna como las natas, su labio rojo como un pimiento de Candeleda; pero tanto su cabello bravío como su bozo de mancebo, denotaban un natural hombruno y procaz.

D. Leandro asentía sonriendo á cuantas perrerías se le ocurrían al herético profesor acerca de su enemigo nato.

Tío Jeromo, que en la socarreña, detrás de la casa, encambaba un rodal, acude á los gritos, y creyendo una patraña lo del robo de la nata, presume que su hijo se la ha chupado, y le arrima candela entre las nalgas y un par de soplamocos que hacen al chicuelo sorberse los propios.

Dos onzas de café en polvo bastan para un sorbete de nata de café, y para el de chocolate se necesitan 250 gramos.

, y el considerar que todo ello, más el jarro de vino que está guardado como una reliquia, ha de ser engullido y saboreado por los pobres labriegos que lo contemplan, les produce unas emociones tan gratas que...; en fin, no hay más que ver los semblantes de la familia del tío Jeromo, olvidado ya el suceso de la nata.

En algunas localidades extranjeras sustituyen el aceite con nata ó tocino derretido que vierten caliente; pero en este caso debe comerse la ensalada en seguida.

Hecho esto, déjese hervir á voluntad y póngase nata ó manteca al servirla.

Usted mismo tiene uno de esos magníficos cerebros de criminal nato que ha estudiado minuciosamente, en Italia, el profesor Lombroso.

La que se fia en su ingenio, Lleno de fingidas trazas, Fundadas en interés Y en voluntades tiranas: La que no sabe guardarse, Cual dicen, del agua mansa, Y se arroja á las corrientes, Que ligeramente pasan: La que piensa que ella sola Es el colmo de la nata, En esto del trato alegre, Ó sabe poco ó no nada.

Antes de la reacción religiosa que en Vetusta, como en toda España, habían producido los excesos de los libre-pensadores improvisados en tabernas, cafés y congresos, era el Arcipreste el confesor de la nata de la Encimada, porque tenía la manga ancha en ciertas materias; pero ya la moda había cambiado, se hilaba más delgado en asuntos pecaminosos y el Magistral que se iba con pies de plomo era preferido.

Es verdad que por la mañana me tiro al cuerpo un vaso de leche... ¡qué vaso de leche, chico! Esto es beber leche: una leche mantecosa, fragante, rebosando la suave crasitud de la nata: un desayuno digno de un rey.

21 colocaciones para  nata