Las viejas tropas, armadas con arcos y lanzas, se desbandaron, dando vivas á Eulame, al recibir la primera granizada de balas de sus partidarios.

No se sentirá mayor espanto cuando se oigan las trompetas del juicio, y aparezca entre inflamadas nubes el que ha de venir á juzgar á los vivos y á los muertos.

Hacía diabluras, resucitaba muertos, enterraba vivos, fabricaba listas, encantaba urnas.

Se ha de saber, que la imaginacion no hace otra cosa, que representar al vivo las imágenes de los objetos; pero al juicio toca hallar la verdad de las cosas que ofrece la fantasía; y como desde niños nos hacemos á imaginar mas que juzgar, será bien exercitar continuamente la razon, y sobre todo saber dudar quando convenga, y no juntar con precipitada facilidad el juicio con la imaginacion.

Yo he vivido poco; pero tengo miedo de vivir y sé lo que es, porque veo a los vivos.

»] [Nota 320: Alude el autor satíricamente a los hábitos sodomíticos, antaño muy extendidos en Italia, por lo cual, en 1578, había dicho Vicente Espinel en su Sátira contra las damas de Sevilla, después de pintar muy al vivo a un mozuelo melifluo y alcorzado: «Todo el negocio va por lo de Italia.

Podrían verlo a usted desde el tejado, si a los sicarios se les antoja subir para que no queden vivos ni los gatos....

Al fin la tuvo; un machetazo puso al vivo la veta sanguínea del palo rosa, y recostándose a la viga pudo derivar con ella oblicuamente algún trecho.

Esta infanta se presenta como viva al que habiendo leido su historia, recorre el palacio de la ALJAFERIA.

De los vivos, aunque fuesen de oposición, hablaba siempre con bastante miramiento.

Las clases populares, particularmente las mujeres, concurren al cementerio ataviadas con sus mejores prendas de vestir y cubiertas de valiosas joyas, no para ostentar a los vivos, sino para que las almas de sus muertos, las vean y se convenzan de que la miseria no ha invadido los hogares que dejaron, y de que la dicha continúa teniendo sitio en sus corazones.

Ilustración] [Ilustración] CANTO QUINTO Me había alejado ya de aquellas sombras, y seguía las huellas de mi Guía, cuando detrás de mí, y señalándome con el dedo, gritó una de ellas: Mirad; no se nota que el Sol brille a la izquierda de aquel de más abajo, que marcha al parecer como un vivo.

Si eso puede proporcionarle algún consuelo...murmuró la joven bajando los ojos, mientras sus mejillas se teñían de un vivo rubor.

, al escuchar estas palabras, sintió aumentarse su vergüenza de tal modo, que no solo le tiñó de un vivo carmin el rostro, sino que faltó poco para que comunicara su encendido color á todas las piezas de su armadura.

La muchacha dirigió á Tragomer una viva ojeada y una graciosa sonrisa á Marenval, y doblando su contrata se la metió en el pecho, no sin enseñar como al descuido la batista de la camisa, y se marchó dejando la atmósfera saturada de perfumes.

Sus ojos se dirigían al cielo como cuando se quiere orar; miraban luego a su madre, expresando un vivo terror.

La vista de los campos de muerte sólo le hacía pensar en los vivos.

Los moros de Mindanao, agrupados así y dispuestos á sostener cruenta lucha contra nuestro Ejército, son enemigos terribles que han de defender su territorio con feroz energía, engreídos como están por sus pasadas victorias, que la tradición mantiene vivas, creando un héroe de cada uno de aquellos mahometanos.

Todas las noches se recogían centenares de cadáveres y se quemaban en seguida en la Acrópolis, por miedo á que los devorasen los perros vagabundos que, aguijoneados por el hambre, se habían convertido en verdaderas fieras, atacando á los vivos.

los muertos matan a los vivos.

Si, por una razón cualquiera, la cadena de las comidas llegaba a interrumpirse, el alma del muerto salía de su morada apacible y se convertía en un alma vagabunda cuya única ocupación era molestar y atormentar a los vivos.

La capital estaba ya en plena insurrección, y grupos de paisanos armados aparecían en todas las calles, saludando con vivas a aquellos soldados, que, rojos por el entusiasmo, inclinados sobre el cuello de sus mulas, y dejando flotar los encarnados cordones de sus roses, galopaban, arrastrando las terribles bocas de hierro, cuyas ruedas botaban sobre el empedrado, produciendo un sordo estremecimiento, semejante a la lejana tempestad.

Este día que es el tercero de la fiesta, despiden a las almas, que han venido a presenciar los homenajes que les tributan y alentar a los vivos para que se reproduzcan y hagan que la raza no se extinga, como dicen los indios, terminando ella con una excursión al campo a distancia de la capilla, donde cometen mayores excesos que en los anteriores.

Generalmente, desollaba vivas a sus víctimas, o las asaba en parrilla, apagando cuidadosamente sus gritos.

Hija de mi alma, me aflige mucho que vivas sola en este caserón.