683 oraciones de ejemplo con escapada

Fué allí donde Guillermo, despues de su escapada en el lago de Urí, esperó á Gessler, oculto en el bosque, y le disparó la flecha certera que libró á la patria de su tirano.

Esta salió al pasillo, recibió de manos de Rossini la sagrada imagen, y quitándole el pañuelo de seda que la envolvía, entró con ella en la sala, pareciéndose mucho, en tal momento, a una verdadera santa escapada del Año Cristiano para recibir culto en el pintoresco altar, que simbolizaba la ingenua sencillez y firmeza de las creencias del pueblo.

¡Dios mío! señoritale dije,me atrevo á esperar que excusará usted una broma escapada al correr de la conversación

Sentía que cada palabra escapada de mi corazón, demasiado lleno, no hubiera hecho sino aumentar más y más la distancia que me separa de aquella alma tempestuosa y adorable.

¡Qué cosas se me ocurrían para justificar una escapada, con promesa de volver y propósito de no cumplirla!

vengo a darte un apretón de mano... porque no si volveré a verte antes de mi escapada a América... ¡Estoy tan ocupado! ¡Cómo! ¿tan pronto te vas?preguntó Jacques interrumpiendo su trabajo; ¿quién te corre, hijo?... ¡Ah! ¡ah!...

Me ven tocios los días tocar el piano con mano firme, y podrían creer que invento una escapada para librarme de la tizona de Maurescamp, que tira muy bien.

La vejez es como un agua en reposo que ha dejado caer al fondo todas las impurezas de la vida; la infamia es una fuente escapada de la montaña: se la agita sin enturbiarla, porque es pura hasta el fondo.

La escapada ha sido casi un milagro, porque el arma era de lo más mortífero que pueda imaginarse; pero, felizmente, llevaba usted puesto un grueso sobretodo, además de otras piezas de ropa pesadas, todas las cuales le chuparon la mayor parte de la sustancia venenosa antes de que pudiese penetrar a la carne.

Sin duda alguna, mi escapada de la muerte ha sido la más difícil y terrible que haya un hombre conocido, y después de aquel esfuerzo violento quedé allí parado, sin aliento, jadeante y atontado, hasta que Reginaldo me tomó de un brazo y me sacó de aquella obscura caverna, en medio de un silencio más impresionante que todas las palabras.

Y entró en la iglesia su hija, una mocetona morenota y sucia, con ojos africanos: una beldad rústica que parecía escapada de un aduar.

Todo el rato que estuve ocupado lavando el interior del reducto y en seguida aseando los trastos para la comida, ese disgusto y esa envidia continuaron acentuándose más y más en mi ánimo hasta que, por último, encontrándome á mano una canasta de pan, y no habiendo en aquel instante nadie que me observara, me llené de bizcochos todas las faltriqueras y con eso el primer paso en la vía de mi escapada.

y para colmo de sorpresa, aquella no era rusa, sino una vision celeste escapada del cerebro de Víctor Hugo, su compatriota, para mi ejercicio y mayor corona.

Unos años después de su escapada, Miguel Torralba lo encontró en Sevilla enfermo, lloroso y arrepentido, y lo llevó con él.

Sansirgue preparó el viaje sigilosamente; temía que, al saber su escapada, los voluntarios realistas quisiesen agredirle.

los dos al grupo singular, le miran silenciosos y escuchan cómo la abuela dice con furtiva emoción, que parece escapada de un delirio: ¡Ya no podré recibir a Isidoro!

Allí ensayaba Pablo sus atrevimientos de cultivador cuando estaba en el pueblo; y desde que era mozo y tan pronto como se acentuaron en él estas aficiones, nunca dejó de hacer una escapada desde la Universidad, con mucha complacencia de su padre, en la estación conveniente á sus propósitos; pues no era imposible, durante el curso universitario, acomodar las exigencias de las principales labores agrícolas á los días de vacaciones.

Porque ¿en dónde hallaban otro refugio, si detrás de ellos no había más que un peñasco altísimo, y aunque no enteramente á plomo ni limpio de hendiduras y asperezas, bien marcadas en la memoria del Lebrato, se necesitaban la agilidad y la ligereza del mono y toda la luz y la calma de un mediodía de julio, para intentar, con un poco de fe en el buen éxito, una escapada por allí?

Aquella misma mañana había hecho el impaciente Marcones una escapada á Robleces, para preguntar á su tía «si se había dado el golpe» y con qué resultados.

Y le añades que no ha de ser el cura de Robleces quien le noticias de la pobre oveja escapada de los dientes del lobo; pero que renuncie á esa carne para in sæcula, porque el milagro fué obra de Dios, y las obras de Dios son de larga dura.

¡Eterno anhelo de ciertas almas, ver lo distante, conocer lo que no ha pasado aún, robar al tiempo sus secretos planes, plagiar á Dios, y hacer una escapada y meterse en lo infinito!

ALMA ENFERMA I. Toda la tarde estuvo Eudoro, la cabeza entre las manos, los ojos perdidos en no cuál lejanía de ensueño, muy lejos de mismo, en una escapada melancólica al país de los recuerdos.

Pero como al no recibir cartas de Eugenia él exigiese una explicación, no hubo más remedio, poco tiempo después de la definitiva escapada, que declararle la verdad.

Pero esta escapada milagrosa les demostró más claramente la insuficiencia de aquel puñado de hombres para luchar contra las hordas de indios.

La geografía, recién escapada á las invenciones medievales, que durante mil años estuvieron tomando de Plinio cuanto hay en éste de más quimérico, aumentaba con lo incierto de sus datos la impresión legendaria.

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