31 Metáforas para 12
12 ¿Por ventura Dios no está en la altura de los cielos?
12 Y quiero, hermanos, que sepais que las cosas que me [han sucedido,] han redundado más en provecho del Evangelio; 13 De manera que mis prisiones han sido célebres en Cristo en todo el Pretorio, y á todos los demás.
12 No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo tomará y nos lo recitará, para que lo cumplamos?
12 Al aquilón y al austro tú [los] creaste; [el] Tabor y [el] Hermón en tu Nombre cantarán.
12 Porque de la manera que es un cuerpo, y tiene muchos miembros, empero todos los miembros de [este] cuerpo, siendo muchos, son un cuerpo, así también el Cristo.
12 Uno es el dador de la Ley, que puede salvar y perder, ¿quién eres tú que juzgas a otro?
12 A Tychico envié á Efeso.
12 La ley tampoco es de la fe
12 ¿Es mi fortaleza la de las piedras?
12 Cuando los justos se alegran, grande es la gloria; mas cuando los impíos son levantados, el hombre [cuerdo] se esconderá.
12 Las palabras de la boca del sabio [son] gracia; mas los labios del loco lo echan a perder.
12 Y con columna de nube los guiaste de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde habían de ir.
12 Y a la verdad también [es] mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre, y la tomé por mujer.
12 Y David [era] hijo de un varón efrateo de Belén de Judá, cuyo nombre era Isaí, el cual tenía ocho hijos; y era este hombre en el tiempo de Saúl, viejo, y de gran edad entre los hombres.
12 Mas si le hubiere sido hurtado, [lo] pagará a su dueño.
12 Y sus ojos eran como llama de fuego, y habia en su cabeza muchas diademas, y tenia un nombre escrito que ninguno ha conocido, sino él mismo: 13 y estaba vestido de una ropa teñida en sangre, y su nombre es llamado LA PALABRA DE DIOS.
12 Este es mi mandamiento: Que os ameis los unos a los otros, como [yo] os he amado.
12 En Judá también fue la mano de Dios para darles un corazón para cumplir el mandado del rey y de los príncipes, conforme a la palabra del SEÑOR.
12 El término del occidente [es] el mar grande.
12 Y el siclo [será] de veinte geras: veinte siclos, con veinticinco siclos, y quince siclos, os serán una mina.
12 Mira a todo soberbio, y próstralo, y quebranta a los impíos en su asiento.
12 De la familia de los hijos de Manasés, hijo de José, fueron mujeres; y la heredad de ellas quedó en la tribu de la familia de su padre.
12 ¡Ay! multitud de muchos pueblos, que sonarán como sonido del mar; y murmullo de naciones harán alboroto como murmullo de muchas aguas.
; 12 que [sea] padre de la circuncisión, no solamente a los que son de la circuncisión, sino también a los que siguen las pisadas de la fe que fue en nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.
12 Pero Dios es mi rey ya de antiguo; el que obra salud en medio de la tierra.