74 colocaciones para dormitar

Doña Lupe dormitaba, sentada en una silla junto a la cama del matrimonio; pero Fortunata no pegó los ojos en toda la noche.

Una tarde, cuando el paquebote debía hallarse cerca de la antigua Tierra de Van Diemen, el ingeniero, que dormitaba tendido en un sillón del puente de paseo, vió un libro abandonado en el sillón inmediato.

Los que hasta entonces habían dormitado tranquilamente, arrullados por las ondulaciones del Océano, se revolverían en adelante inquietos durante las noches tranquilas y estrelladas, no pudiendo conciliar el sueño.

De nuevo el reloj de la caballeriza dio la hora, la media, y creo que después debí dormitar un rato, porque me desperté súbitamente al sentir unos leves pasos furtivos sobre el bruñido piso de roble delante de mi puerta.

Veíanse por los intersticios de las lonas gentes tendidas sobre el vientre, dormitando con la cabeza entre los brazos; mujeres que recosían ropas viejas, chicuelos persiguiéndose.

A lo lejos se hundía la ciudad populosa con sus torres, sus medias naranjas, sus flechas, en las cuales parecía que estaban encendidas las estrellas como faros, y el París central dormitaba confusamente extendido bajo las brumas.

La Sarmiento dormitaba en un sitial porque habia querido concurrir tambien á la boda de Luisa; en el gran desórden que reinaba en la casa de Mejía en aquella noche, ninguno cuidaba sino de mismo, y la bruja cansada, se retiró á descansar un momento.

La aguadora estaba saboreando su frugal comida, y el estanquero dormitaba echado de bruces sobre la piedra de probar la moneda.

En el albor espiritual de nuestros pueblos, en efecto, en la Edad Media, la sociedad bárbara sentía la exaltación religiosa y aun mística y la guerrera—la espada lleva cruz en el puño; pero la mujer ocupaba muy poco y muy secundario lugar en su imaginación y las ideas estrictamente filosóficas dormitaban, envueltas en teología, en los claustros conventuales.

¡Viva el papa soberano de todos los reyes de la tierra!exclamó después de largo silencio, en que ambos parecían dormitar, Fray Diego.

Las moscas zumbaban; cantaba el grillo; dormitaba el gato; el caracol se estiraba; las hormigas trabajaban, y todos éramos dichosos con un rayo de sol y un poco de pan.

La carretera se desarrollaba suspendida sobre el río que, á pavorosa profundidad, dormitaba mudo y siniestro.

Al fin pareció quedar inmóvil, sumiéndose en los lejanos términos del horizonte solitario, en la llanura sin límites, donde le harían dormitar con las velas desmayadas las ardientes calmas diurnas; donde avanzaría de noche igual a un fantasma, rodeado de espumas fosforescentes, balanceándose la luna enorme y amarillenta entre el boscaje de su arboladura.

Frecuentemente, en casa de madama de Longueval, después de comer, dormitaba un poco.

Carmelo, un perro viejo y feo que dormita a los pies del leproso, se endereza y sacude.

Yendo dias y viniendo dias, en una calurosa siesta, en que entre dormitando y durmiendo creia departir muy formal el terceto descrito, un peon del campo, con cierto desgaire que se parecia á la indiferencia, allegóse al grupo, con un puñado de tierra en la mano y le dijo á Sutter: Vea, señor; ¿de qué serán estas chispitas?

Ya de día, dormitó unos instantes; pero esta sombra de sueño le trajo una pesadilla que le atormentó el corazón.

A mediados del siglo pasado, en una plaza de Madrid, formando rinconada con un convento, claveteada la puerta, fornido el balconaje y severo el aspecto de la fachada, se alzaba una casa con honores de palacio, a cuyos umbrales dormitaban continuamente media docena de criados y un enjambre de mendigos que, contrastando con la altivez del edificio, ostentaban al sol todo el mugriento repertorio de sus harapos.

Tortugas enormes dormitaban hundidas en estas hierbas, sirviendo de isla de reposo á las gaviotas posadas en su caparazón.

¡Bah! en cuanto dormiten un cuarto de hora, los azuzo y se enderezan frescos como lechugas... ¡Si conoceré yo á mi gente! Son de hierro... forjados en Eibar.

¿Qué sería si el rotífero pudiera concebir al ser colectivo donde dormita un infinito, por ejemplo, la magnífica, la colosal esponja estrellada que vemos en el Museo de París?

La aristocracia, creía ella, que dormitaba siglos hacía en dorada servidumbre, y que, contenta o resignada con vanas distinciones áulicas, dejaba el influjo y el mando a los Cisneros, los Pérez y los Vázquez, habiendo sido España una democracia frailuna, y ganando ahora con ser algo parecido a una mesocracia seglar.

Un silencio de palacio encantado: los jardines dormitaban como bosques de ensueño.

Un San Cristóbal gigantesco, mal trazado y de peor color que dibujo, guardaba la puerta de entrada, en cuyo dintel dormitaba con la mayor vigilancia un familiar dispuesto a troncharse el espinazo cada vez que Su Ilustrísima pasaba por allí.

La de Raynal, vuelta a caer en su atonía, dormitaba inerte y pasiva recostada en su butaca junto a la ventana abierta.

74 colocaciones para  dormitar