479 Metáforas para otras

Otra hubiese sido la conducta de los conquistadores de las Indias al tener en su compañía mujeres de la misma raza y del mismo país, pues ellas, con sus amores y caricias, con sus alegrías y bondades, habrían transformado por completo el carácter de aquellos rudos soldados.

Y como estas libertades se las había permitido varias veces, en una de ellas la niña con quien tropezó se detuvo jadeante; y echándose atrás los rizos con ambas manos, exclamó en el tono más desdeñoso que pudo: ¡Qué plaga de moco, hija!... ¡Cómo se agarra! Eso es de familiadijo otra, que se paró a su lado.

» La otra es una mujer de quien siempre Marcela tuvo celos, aunque no se lo confesara a misma y no hubiese motivo para tanto.

La otra que por la otra puerta salió era una negra, tan tinta que el azabache era blanco en su comparación, y sobre esto, tan fiera que juzgó don Martín que si no era el demonio, que debía ser retrato suyo; porque tenía las narices tan romas que imitaban los perros bracos que ahora están tan validos, y la boca con tan grande hocico y bezos tan gruesos que parecía boca de león, y lo demás a esta proporción.

Otra ha de ser la razón de los «apuntes de viaje».

¡Otra jarana!dijo la vizcaína con el rostro descompuesto y mudado de color.

] La inteligencia se extiende por un mundo de cosas posibles, y allí descubre un conjunto de relaciones necesarias: unas de dependencia, otras de contradiccion: si no hay una realidad en que se funde la posibilidad, esta es un absurdo: no habrá nada posible, sino lo existente.

De su asno é sus fardeles é de su opa de seda manda faser almoneda para dar á los donseles; porque non le sean crueles, aunque otro los aconseje nin lo traiga como á ereje arrastrando con cordeles.

Y pareciendole que para su proposito hera nezesario que la jente del canpo estuuiese diuidida en conpañias o esquadras yguales, de suerte que de los capitanes que en el canpo auia no tuuiese ninguno mas jente que otro, acordo hazer ciertas conpañias, cada una de quarenta soldados, apartando el para si los que el tenia por mas amigos suyos, a los quales, como se a dicho, tenia ya peltrechados de las mejores armas que en el canpo auia.

Y otros, en fin, más acres, cuando estrujan su pequeña masa encefálica, parece que estrujaran un limón.

Son notorias las diferencias entre el individualismo doctrinario y el sentimiento individualista; el uno es teoría y el otro es actitud.

El alma no reflexiona entonces para considerar lo uno puesto aquí, lo otro allá, lo demás acullá, sino que tiene una intuicion de esta disposicion de las partes, nada mas.

La Humanidad no se redime sino por determinada cantidad de sufrimiento, y cuando unos la esquivan, es preciso que otros la acumulen, para que así se salven todos.

Otra no menos chistosa acusación del Sr. Clarence King contra nosotros se funda en la esclavitud de los negros; sosteniendo que, acostumbrados nosotros á mandar esclavos, no sabemos mandar hombres libres.

Lo que él más fazía, á otros lo acusava; Á otros rretraya lo qu'él en sy loava; Lo que él más amava, aquello denostava; Desíe que non feziesen lo que él más usava.

Otros adolecen del defecto contrario; ven bien, pero poco; el objeto no se les ofrece sino por un lado; si este desaparece, ya no ven nada.

de Pougy; y lo otro no es más que el affiche viviente, la muestra plástica, el escaparate del «restaurador» que pone a la vista lo que atrae a los amantes de la bonne chére, o si queréis, bonne chair... * * * * * ¿Habéis estado alguna vez, pasada la media noche, en casa de Maxin? Cito este lugar, por ser uno de los que más ha estado de moda en este último tiempo.

Había olvidado á sus rusos de aspecto sedicioso: ya no les daba dinero: otras eran ahora sus aficiones.

De sus hijos, Ceferino es algo poeta; y los otros, como buenos tagalos, son aficionados a la poesía, y guardan en la memoria estancias enteras de su padre.

El principio de Descartes es la anunciacion de un simple hecho de conciencia; el de contradiccion es una verdad conocida por evidencia; y el otro es la afirmacion de la legitimidad del criterio de la evidencia misma; es una verdad de reflexion que expresa el impulso intelectual por el que somos llevados á creer verdadero lo que conocemos con evidencia.

Buscaremos otro que sea de tu agrado.

Al rio de Córdoba llaman el Primero; al que sigue, Segundo; al otro, Tercero; al otro, Cuarto, y al último, Quinto; Tercero, Cuarto y Quinto son de bonísimas aguas.

La otra era un águila para pañuelos y puntillas.

Al contrario, me parece bastante formal y simpático; guapo no lo es... ¿para qué más de la verdad?... pero el otro... el otro es una alhaja, un bendito... ¡Si le viese usted, como yo le veo muchos días, comulgar en San Antón!... Vamos, que enternece hallar un chico tan humilde y devoto ahora en que a todos les da por despreciar las cosas santas y decir mil borricadas y escandalizar a las personas honradas.

Observé los cerros de la Cordillera que corren de N á S: son muy altos, y uno, que dista 10 leguas de nosotros, está cubierto de nieve; y otro, que está muy lejos, es de extraordinaria altura: se muy confuso, y sobresale por encima de toda la Cordillera.

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