55 Metáforas para palacios

Era el palacio un apéndice de la Basílica, coetáneo de la torre, pero de peor gusto, remendado muchas veces en el siglo pasado y el presente.

508 Decidme ahora, Musas que poseéis olímpicos palacios, cuál fué el primer aquivo que alzó del suelo cruentos despojos, cuando el ilustre Neptuno, que bate la tierra, inclinó el combate en favor de los aqueos.

Palacio Valdés es un verdadero artista.

El palacio, la cabaña Son mi asilo, Si del ábrego el furor Troncha el roble en la montaña, O que inunda la campaña El torrente asolador.

Finalmente, son asímismo anteriores á la citada obra de Bullant, y de carácter greco-romano ya mas decidido, el palacio de Cárlos V en la Alhambra, edificado por Pedro de Machuca en 1527, la catedral de Granada comenzada por Diego de Siloe en 1529, la capilla de los Reyes nuevos de Toledo trazada por Alonso de Covarrubias, y otros edificios que podriamos añadir á estos.

Palacio Valdés fué el autor de texto que estudié con más ahinco, en aquella época feliz de ingenuos entusiasmos y sinceras admiraciones.

Un palacio blanco es la biblioteca; otro palacio pertenece á las Letras; otro á las Ciencias; y además, los grupos de pabellones para los estudiantes, que forman un pueblo libre, y el club para los profesores, todo separado, con árboles, con pájaros, con una alegría que hace amable el estudio y placentero y suave el trabajo.

El palacio inmenso del duque de Medinaceli (por via de muestra) es una suntuosa caricatura pintorreada, sin dignidad; y el afamado Palacio Real, sin nobleza artística, aunque, muy vasto, es inferior en su aspecto exterior á cualquier palacio notable de los que decoran á Lóndres ó París.

Su palacio era la casa del pueblo.

El palacio de Rumblar era un caserón del siglo pasado, de feísimo aspecto en su exterior, pero con todas las comodidades interiores que alcanzaban los tiempos.

Sepa el lector que durante el trascurso de algunos siglos, ese palacio fué el centro espléndido de la coquetería parisiense.

Dicho palacio imperial, empezado por José I y terminado por María Teresa, es de construcción sencilla, elegante, graciosa, sin embargo de lo cual no carece de majestad.

El palacio de la Alhambra está al cuidado de una buena vieja llamada D.ª Antonia Molina; pero mas conocida con el nombre familiar de la tia Antonia.

Y sin embargo, el palacio no debía de estar desierto, sino al contrario, lleno de gente: se notaba en la atmósfera esa vibración, esos efluvios tibios que sólo produce el aliento de muchos hombres y mujeres reunidos para una fiesta.

Vino Luis Felipe, vinieron las libertades modernas, y tendiendo á nivelarlo todo, el Palacio Real tuvo que caer, porque el Palacio Real no era otra cosa que un gran desnivel de las antiguas aristocracias.

El palacio de los Ozores era de don Carlos; sus hermanas se lo dijeron en otra carta fría y lacónica: «Estaban dispuestas a abandonarlo, si él lo exigía; sólo le pedían que pensase cómo se había de conservar aquel resto precioso de tanta nobleza».

Esta célebre carta concluye con una sucinta descripcion de su palacio de Susa en estos términos: «Nuestro palacio es de ébano y madera incombustible.

El palacio Erlack, que contiene la oficina del presidente de la confederacion, es otro edificio notable.

El Palacio de los Duques de Alba ó de las Dueñas, la casa de Abades, la de Bustos Tavera y otros que nos contó Zúñiga, son y eran ejemplares de ese arte indefinible que no tiene verdadera expresión característica, el cual se levantó en mil caprichosos edificios majestuosos en su conjunto, y de los que ninguna población tuvo tantos como ésta.

En tanto que Zaldúa edificaba el alma como podía, su palacio era emporio de la devoción ostensible y aun ostentosa, eterno jubileo, basílica de los negocios píos de toda la provincia, y a no ser profanación excusable, llamáralo lonja de los contratos ultratelúricos.

El palacio de Alcudia era una fábrica sombría levantada a principios del siglo pasado.

, si se exceptúa la gran sala del palacio del Louvre: en una palabra, Versalles fué la grande galantería de uno de los reyes más galantes qué ha existido, y este palacio es la galantería maestra de Versalles.

Sobre todos los edificios de Berna, sobresale por su hermosura y grandeza el nuevo palacio del Parlamento, recientemente terminado.

Dicho palacio es de hierro en su mayor parte; en sus jardines, cortados á la inglesa, se encuentran estatuas en gran profusión, y por las entreabiertas ventanas de los muroscuyas líneas son una reminiscencia moriscaindiscretamente se asoma el sibaritismo oriental, por mas que trate de ocultarse entre cortinajes, importados de los ricos telares del viejo mundo.

Es el palacio de las flores, son los jardines cercanos.

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