31 colocaciones para espionaje

La mujer entraba por mucho en el servicio de espionaje.

El doctor Cornelius tenía un sistema extraño de espionaje en el barco.

No era de su agrado aquella suerte de espionaje; pero una fuerza semejante á la querencia lúgubre del crimen le detuvo allí un rato.

Y continuaba su vida de espionaje, cerrando los ojos ante el porvenir, viviendo el momento presente, evitando el pensar, considerándose feliz cuando veía por delante unos cuantos días de seguridad.

La vizcaína y Roberto, el estudiante rubio, rechazaron aquella campaña de espionaje.

Ya no iba a la casa azul; lo sabía con gran certeza, gracias al espionaje gratuito con que la servían las gentes afectas a la familia.

Sobre estos canales de sombra, los balcones cerrados suspendían su cofre de espionaje y de misterio.

Ya que no ignora usted que tengo motivos para estar enterado, pues reconozco el delito del espionaje, no me niegue que lo que hoy hizo usted en la capilla es la sanción de un desastre horrible... El fraile seguía mirándome cada vez más fruncido de ceño.

A esta fatiga ruda del espionaje materno uníase el trabajo de exhibir y airear el muestrario, por ver si caía algún parroquiano o por otro nombre, marido.

El buen trato de las señoras, y el comer todo lo que le pedía el cuerpo, le indemnizaban de las brutalidades del amo, el cual, cuando estaba de buenas, solía entenderse con él para ciertas funciones de espionaje, verbigracia: «Pinto, ven acá.

En este papel se contaba la historia de Salvador; una historia de espionaje y traiciones.

Y para desahogar su mal humor, prorrumpía en imprecaciones contra el espionaje enemigo, contra la incuria de la policía, que toleraba la permanencia de tantos alemanes ocultos en París.

Una vez, los dos granujas de la Gallinería, el Gacetilla y el Mambrú, que Candelas había recomendado a don Eugenio, y a quienes éste utilizaba como criados y como instrumentos de espionaje contra el alcaide, entraron en el cuarto de Miguel y le robaron un cuaderno en que el joven escribía el Diario de su vida, y se lo dieron a Aviraneta.

Su afectuosa vigilancia (tan distinta del malévolo espionaje de gente incapaz de interpretar acciones y menos aún pensamientos), había sido hasta entonces más que suficiente para hacerme cumplir con mi deber, y no valía la penaantes bien era un error,cambiarla por un despotismo de extraños que me impulsaba necesariamente á la rebelión...

Por todos lados se tropezaba con los manejos del espionaje alemán.

Se admiró Ulises de los inverosímiles y grotescos procedimientos empleados por los agentes del espionaje.

A veces la práctica del espionaje cuesta la cabeza.

Entre los liberales emigrados se decía que la redacción de la Gaceta de Bayona que estaba en la calle del Pont Neuf bajo los arcos, en casa de Barandiaran, era un punto de espionaje de Calomarde.

¡Caramba! ¡No me ha costado pocos plantones, ni han sido breves los ratos de espionaje!

Márchese cuanto antes y gracias porque yo soy ahora un viejo, que de lo contrario, no guardaría usted buenos recuerdos de su espionaje.

La Pepa, la Juanita y el Cuervo habían formado, alrededor de ellos, una red de espionaje.

Por no traicionarse y prolongar en lo posible la astucia, no daba á entender por el momento los resultados de su espionaje, sino al cabo de algún tiempo, con lo cual, los díscolos, creían haber sido acusados por algún compañero fuelle.

Los bodegones eran los mejores sitios de espionaje.

Para no alarmar ni poner sobre aviso, discurrió doña Aurora no vigilar á los dos presuntos culpables, sino á uno solo: porque si éste comunicaba al otro sus temores respecto al espionaje, el otro los disiparía asegurando no haber notado cosa alguna que alarmar debiese.

Había cogido esta afición en sus tiempos de espionaje en el seminario; entonces el Rector le mandaba al paraíso para delatar a los seminaristas que allí viera; ahora el Chato iba por cuenta propia.

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