A pesar de todo, el anciano le inspiraba respeto y veneración; y al ver que reprochaba sus ideas, sintió ese impulso de subordinación tan natural en un joven da temperamento impresionable.

En esto, el humano linaje, en su conjunto, seguía un impulso necesario.

» Garcés, que permanecía inmóvil, sintió al oir aquellos cantares misteriosos que el áspid de los celos le mordía el corazón, y obedeciendo á un impulso más poderoso que su voluntad, deseando romper de una vez el encanto que fascinaba sus sentidos, separó con mano trémula y convulsa el ramaje que le ocultaba, y de un solo salto se puso en la margen del río.

Fernando buscó un taburete para sentarse a los pies de la niña, y como si cediera a un impulso contenido y frenético, con una embriaguez de palabras ardorosas, la habló de amarla mucho y amarla siempre.

El sistema de comunicaciones, desde que el Piamonte ha entrado de buena fe en la senda de un pueblo constitucional, que marcha sin obstáculos á su desenvolvimiento y progreso, ha recibido un impulso importantísimo, que ayudando á su presente enriquece ya el porvenir, porque sabido es que las comunicaciones son hoy una segura fuente de progreso y riqueza.

Así que no pude contener el impulso del ánimo, y acometí, de repente, a los moros; ¡suerte fue del que huyó que no halló su muerte en mi mortífero acero que esgrimía a toda furia! 320.

Pero no he podido resistir los impulsos de la compasión.

El gentío obra á veces obedeciendo á una sola de sus voces, cualesquiera que sea: se mueve todo á impulso de uno solo de sus miembros por una solidaridad fatal.

Pero Luna había tomado impulso al remover sus recuerdos históricos y no se detenía, arrastrado por su ardor de propagandista.

La causa externa, que le dió impulso, fué la siguiente: hacia el año de 1398 se formó una hermandad de ciudadanos y menestrales de París con el objeto de representar dramas religiosos, y eligieron para dar estas representaciones la aldea de Saint-Maur les Fossés, junto á Vincennes, porque concurrían á ella muchos peregrinos á visitar las reliquias de San Babolen y de San Mauro, y la fuente milagrosa que allí corría.

La idea dominante de Descartes era arruinar la filosofía que á la sazon reinaba en las escuelas; y daba el impulso tan fuerte que hacia temblar el mundo.

Los echados se levantaron de un impulso.

Hasta su rostro llega el aliento podre de aquella voz gangosa, y apenas puede dominar el impulso de apartarse.

Hubo un instante en que no pudimos contrarrestar el impulso de una ola, y entramos en el canalizo rasando las rocas, envueltos en nubes de espuma, expuestos a hacernos pedazos.

Ya estás llena de sangre, ya tus fibras se han desgarrado en su latir convulso ¡y sin embargo aun vibras! ¡y sin embargo aun tienes nuevo impulso! ¡Oh vaso de dolor! ¡oh pecho mío que sabes convertir tu muerte en vida! si has de seguir amando sin hastío ¿quién habrá de curar tu eterna herida?

Ya estaba clareando; nubarrones de plomo corrían a impulsos del viento, y en el fondo del cielo rojizo y triste del alba se adivinaba un pueblo en un alto.

Casi saltó Fernando de su asiento a impulsos de la sorpresa.

Es que cuando la ley y la autoridad pretenden dirigirlo todo, la opinion pública y el interes individual bien entendido no tienen la fuerza bastante para condenar y reprimir los malos impulsos del momento ó los extravíos de una educacion viciosa.

Una especie de rocío refrigerante de honradez, dulzura y religiosidad se derramó sobre el público; las gentes experimentaban impulsos de abrazarse, de rezar y de charlar.

Pero moderó sus impulsos pues quería a toda costa evitar un escándalo.

Entonces, movida por un impulso ardiente, tomó entre sus manos la cabeza de Raquel.

El abismo de lo incognoscible queda así descubierto y abierto, y nos atrae y nos da vértigo, y nos comunica el impulso, a veces irresistible, de arrojarnos en él.

CÓMO MARTÍN ZALACAÍN BUSCÓ NUEVAS AVENTURAS Una noche de invierno llovía en las calles de San Juan de Luz; algún mechero de gas temblaba a impulsos del viento, y de las puertas de las tabernas salían voces y sonido de acordeones.

Una vida de completa sumisión, sin oponer el más mínimo obstáculo a la voluntad de su marido, a sus planes económicos, ni a sus pasiones ilícitas, bien merecía que a la hora de la muerte reivindicase su libertad para satisfacer los impulsos del corazón.

Después de haber buscado el apoyo del madero como última salvación, evitó los toneles flotantes que rodaban á impulsos de la marejada y podían enviarle á fondo con uno de sus golpes.