43 oraciones de ejemplo con meningitis

#LA MENINGITIS Y SU SOMBRA# No vuelvo de mi sorpresa.

A la mañana siguiente, mayor quebranto, fiebre; y a la noche, una meningitis, con todo su cortejo.

Pero he aquí que la joven hermosa se enferma, de meningitis o cosa por el estilo, y en el delirio de la fiebre, única y exclusivamente en el delirio, se siente abrasada de amor.

No pude menos que preguntarle por la enferma, y su meningitis.

¿Feliz?...insistí sin embargo¿Por el amor estrafalario que Vd. ha inventado con su meningitis?

¿Había meningitis o no? ¿Había delirio o no?

Y he aquí que la enferma, con su meningitis y su inconscienciasu incontestable inconscienciamurmura a nuestro amigo: Y cuando no tenga más delirio... me querrás todavía?

Pero que vaya yo a exigir el pago de un pagaré de amor firmado sobre una carpeta de meningitis, ¡diablo! eso no.

Y decían de nosotros: La meningitis y Su Sombra.

Eramos siempre La meningitis y Su Sombra.

Parece una meningitis fulminante.

Don Bernardino, asustado de esta precocidad, hablaba con terror de la meningitis.

A pesar de los temores del padre, la meningitis no vino;

=Arnica=: historia, 155.Efectos fisiológicos, 156.Efectos terapéuticos, 163.Fiebres traumáticas, 163.Fiebres nerviosas graves, meningitis, operaciones quirúrgicas.

Meningitis, hidrocéfalo agudo, fiebres intermitentes.

Aun en este período de congestion aguda, se usa la belladona en la meningitis y en muchas inflamaciones con ó sin fiebre.

=E.= Meningitis y mielitis.

La hinchazón desmesurada de aquella cabeza que asomaba entre las sábanas, la terrible fiebre que consumía al raquítico cuerpecillo y un sello especial en aquellas facciones infantiles, le reveló inmediatamente la existencia de una meningitis aguda, que había de combatir inmediatamente, pues la inflamación de las envolturas del cerebro amenazaban con un desenlace mortal.

Zarzoso volvió al hotel tal como lo había prometido y pasó toda la noche a la cabecera del enfermito, poniendo en juego cuantos recursos le proporcionaba su ciencia y batallando con la terrible meningitis, que parecía empeñada en arrojar al niño en brazos de la muerte.

Tu hijo estaba gravemente enfermo de un ataque de meningitis aguda, y María, no sabemos si aturdida o con otra intención, en vez de llamarme a y al médico de la casa, solicitó el auxilio de Zarzoso, el cual, justo es confesarlo, salvó al pobre Paquito después de pasar una noche entera a la cabecera de su cama luchando con la terrible enfermedad.

La pobre madre releía sin cesar aquel telegrama como si en su conciso lenguaje pudiera encontrarse la certeza del porvenir del niño, y por más esfuerzos que hacía el padre Tomás para convencerla de que el niño podía salvarse, como ya había ocurrido cuando dos años antes tuvo el ataque de meningitis, María no se tranquilizaba, y aturdida por el dolor, sólo contestaba con gemidos y frases incoherentes.

El cuadro de las enfermedades nerviosas nos ofrece gran número de padecimientos, entre los cuales, la fiebre cerebral, las meningitis, el hidrocefalóides y el hidrocéfalo crónico se observan con frecuencia.

El aparato de la inervación nos ofrece los meningitis, las inflamaciones del encéfalo, la anémia cerebral, el hidrocéfalo, las lesiones medulares, diversas neuroses-epilepsia-corea y las parálisis.

Y una de mis hijas, la primera nacida en Barcelona, fué víctima de la inexorable meningitis, contraída durante la convalecencia del sarampión.

Frechón aseguraba que Joliveau estaba loco, que una meningitis padecida en la infancia le había trastornado.

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