72 Adjetivos para describir asaltos

Hizo venir con notable diligencia máquinas y artificios para batirla, y á pocos dias dió un asalto general, en que fueron rebatidos los nuestros con grande mofa y escarnio de los cercados, y á Roger con palabras injuriosas le afrentaban.

Este contratiempo no amengua el valor del soldado, y al siguiente día, tras terrible asalto, es tomada la fortaleza realizándose para ello prodigios de valor temerario; en esta jornada modelaron nuestros soldados con ríos de sangre generosa la más gloriosa página que registra la historia militar de la dominación española en Mindanao.

Los sitiadores dieron sin tardanza un furioso asalto por la fachada de la quinta, pugnando por derribar la puerta.

"Mas no vendrándijo, porque no hay gente en todas estas islas que no piense ser cosarios todos cuantos surcan estas riberas, y en viendo la nave o naves luego toman las armas para defenderse, y si no es con asaltos nocturnos y secretos, nunca salen medrados los cosarios.

En los sangrientos combates y frecuentes asaltos acaecidos durante la guerra de Francia contra España y África,

Si a las dos permaneciese cerrada, Sarto mandaría a Tarlein a reunirse conmigo al otro lado del castillo, y suponiendo que yo viviese todavía, decidiríamos entonces si convenía o no intentar un asalto decisivo.

Al fin se libraron de sus continuos asaltos á costa de un rico presente de cuchillos, cuñas de hierro y algunas varas de lienzo, que los pueblos de los Guaranís enviaban de limosna á la cristiandad de los Chiquitos.

El agua que desplaza su gigantesco vientre arremolínase en este callejón marítimo, formando unas cuantas olas, seguidas, cortas y violentas, que crecen y se prolongan hasta las orillas, para morir en ruidoso asalto.

] En el año de 1481, y pocos dias despues de la natividad de Nuestro Señor, dió Muley Aben Hazen el famoso asalto de la villa de Zahara.

En el cuadro final, con el fiero asalto que dieron á las murallas saguntinas las tropas semi-bárbaras que acaudillaba el general cartaginés y el heroísmo con que los sitiados, cogidos de las manos, se precipitaban en la hoguera inmensa donde habían jurado perecer, el autor puso todo su aliento y supo darnos la emoción de aquella epopeya, asombro del mundo antigua y gloria todavía de nuestra raza.

En cada uno de sus asaltos desesperados hacía rodar por el suelo á algún enemigo, de tal modo que Lázaro del Condado, dejando su puesto, se lanzó á toda la carrera hacia aquel más lejano donde peleaba Toribión de Lorío.

Quiso renovar la prueba en los días siguientes; pero no obtuvo ninguna ventaja, y si consiguió dos o tres veces en otros asaltos consecutivos, hacer sentir el botón de su florete al señor de Sontis, todos creyeron ver en ello un acto de deferencia por parte del joven.

Los moros, aunque aturdidos por un asalto tan repentino en parte donde pensaban no habia guardia ni defensa, pelearon un rato con desesperacion, y resistieron con valor una carga impetuosa que les hicieron los caballeros de Alcántara en union con los hombres de armas de la santa hermandad.

Esta fortaleza es famosa por el atrevido asalto del "loco" Anthony Wayne, el 15 de julio de 1779.

Este comenzó a atacar vigorosamente tirando golpes sencillos al brazo, a la cabeza y al hombro: su contrario, en vez de pararlos, la mayoría de las veces rompía alargando la punta: de esta suerte, a los tres minutos la lucha se convirtió en un asalto desordenado de florete.

Pero lo que sobre todo atrajo nuestros asaltos diarios fué el cañaveral.

Apenas apeado del caballo, se preparó á dar asaltos más dulces; pero le incomodaba el arnés, y tuvo que quitárselo por ser un obstáculo para sus deseos.

En que les diese cuenta de la guerra Temida, y que á venir les persuadiese Al duro y fiero asalto, al cierra, cierra, Señor, le respondí, si acaso huviese Otro que la embaxada les llevase, Que mas grato á los dos hermanos fuese, Que yo no soy;

, ambos quedaron mudos, sin lograr sobreponerse a los asaltos del dolor, enajenados de ánimo, hasta que se escondió y acostó Febo en su lecho de oro.

¡Qué encarnizadísimo asalto debían dar estas entidades juntas contra el hombre que se propusiera la menor reforma! Tanto más, cuanto que Moratín ponía la mira en todo, y en todo quería introducirlas.

En tanto que Clara fué pequeña, Segovia sostuvo impávido su teoría contra los enérgicos asaltos de su hermana, devota combatiente, y los más flojos de su mujer; pero más tarde comprendió que debía ceder y cedió.

Aquello es un eterno asalto.

»Absorto, suspenso y admirado quedó Anselmo con las razones de Lotario, porque le cogieron en tiempo donde menos las esperaba oír, porque ya tenía a Camila por vencedora de los fingidos asaltos de Lotario y comenzaba a gozar la gloria del vencimiento.

Ambos poseían el secreto de las minas que debían hacer explosión cuando los patriotas emprendiesen un asalto formal.

De pronto, los antropófagos se detuvieron en su formidable asalto.

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