67 colocaciones para adular

Unos y otros tenían que adular al pueblo; unos y otros tenían que escamotear la voluntad popular a su gusto.

Conjeturo que no, al leer todas las irrespetuosas blasfemias de que se valían entonces para elogiar á las damas á quienes servían, ó para adular á los poderosos.

Los inconvenientes de la pobreza son ostensibles; pero se repara poco en los infinitos medios que emplea la criminal codicia para dañar al rico: disfrazada de amor, engaña á sus hijos y se los arranca; adula sus pasiones, y le extravía sus debilidades y le pone en ridículo; acecha sus extravagancias, y le hace declarar loco; acibara sus últimos momentos para arrancar un legado, y ríe s

Esa es la verdad, reverendo padredijo el secretario, que no perdía ocasión de adular a su superior.

Y eso que el artista no adulaba en modo alguno al personaje retratado, ni pretendía haber descubierto ninguna Arcadia ignota; antes consistía gran parte de su fuerza en sacar oro de la escoria y lágrimas del fango, haciendo que por la miseria atravesase un rayo de luz, que descubría en ella joyas ignoradas.

Había en él algo del parásito, que adula á los ricos por recoger sus sobras, y un poquillo del bufón que divierte á los poderosos.

Nuestra sociedad se cree irresponsable de tal decadencia y la atribuye al excesivo celo y mojigatería de la generación precursora, la cual, adulando al clero y adulada por él, quitó á las ceremonias religiosas su conmovedora sublimidad.

Yo te confieso que la tengo para confesarte además que el Barón me aduló esta vanidad, sin artificio y por manera irresistible.

Ya los gorriones tornasolados, esos amantes acariciadores, adulan a las rosas frescas, esas opulentas y purpuradas emperatrices; ya el jazmín, flor sencilla, tachona los tupidos ramajes como una blanca estrella sobre un cielo verde.

¡Vendrá de adular al Obispo, á ver si lo hace sacristan!...Sr. D. Carmelo, dígaselo usted de mi parte á Su Ilustrísima... ¡Dígale que Pepito no cree en Dios!...¡Oiga! y ¡qué compuesto sale tan de mañana!...¡Nada! ¡No nos saluda!¡Habrá trasto como él!¡Sin duda irá á pedirle un destino á la forastera del Afrancesado, á esa prima vigésima de un Marqués de mentirijillas, cuyo título no está en la Guía de Forasteros!...

No se publicaban mas que folletitos contra los liberales y masones; se adulaba al rey de la manera más vil, y por toda literatura se daban a la estampa historias de bandidos, de ahorcados y de almas en pena; los cuarenta y ocho motivos que tiene el hombre para no casarse, y otras obras igualmente importantes.

Acatar servilmente el gusto del público, poner el oído a los rumores de la calle y adular los caprichos del amo es algo que degrada al escritor.

Andaba por ahí con un gabán perenne y sucio; pero ya dejaba traslucir sus disposiciones para la intriga; adulaba a todo el mundo, y agenciaba cosas de poco valor en las oficinas.

Siguió su marcha Vifandák, y hallaba Paz, opulencia, dicha en todas partes, Y cada vez que de alguien inquiría De tanto bien la causa, mil encomios Escuchaba de nuevo de su hijo. Aduló con son grato las orejas Del austero varón tanta alabanza

En lo tocante a servilismo baja hasta lo ínfimo, pues no se trata ya de adular a los Médicis o al distinguido y simpático Duque de Weimar, sino al Ministro, tal vez zafio y oscuro, al Director, tal vez lego, y acaso, acaso, al triste Oficial del Negociado.

El departamento superior lo ocupan los muebles, con sillones que ponen en olvido las fatigas, tocadores que adulan, lechos que hacen cerrar voluptuosamente los ojos, de dulce y apacible sueño.

Aunque tenía mucho gusto en ir a las tertulias de Milagros, la rutina de adular a su marido inspirábale conceptos algo contrarios a la verdad; pero bien se lo pueden perdonar en gracia de los juicios maravillosamente exactos que hacía sobre cosas y personas observadas por ella en los salones de Tellería.

Cuando esto sucede, cuando adulamos á nuestro cuerpo, el alma, ofendida, nos abandona, quedamos convertidos en una estatua viva como aquella de que hablaba Condillac.

miéntras el yankee adula al negro y lo explota, no por humanidad ni cristianismo, sino para ganar con él las elecciones.

Alicia adulaba un tanto a su tía madama Aristy, y esta señora consideraba mucho a su sobrina.

En mi novela, el guisado sería el protagonista y los condimentos el resto de los actores... Pero bien pronto, renunciaba á estas tontas divagaciones peligrosas, y cuando mucho escribía un sueltecito de crónica social, adulando á mi más reciente conquista.

Entretanto, aun exponiéndome á que digan los maldicientes que nosotros, á pesar de ser casi antípodas, nos escribimos para piropearnos y nos armamos de sendos turibulos eléctricos, á fin de que el incienso mutuo trasponga el Atlántico y la cordillera de los Andes y nos adule las narices, no quiero callarme ni dejar de sostener que me maravilla el extraordinario saber y la abundantísima lectura que su libro de usted demuestra.

Vamos, mi tío tiene sin duda sus razones para adularme, y me adula á costa del duque de Lerma.

He pedido a las campiñas sus colores, sus matices; he adulado a la luz como a una amada, y la he abrazado como a una querida.

Aquel mundo peligroso, que es maestro en adular todos los vicios de que vive, hizo un recibimiento triunfal al duque de La Tour de Embleuse y le aplaudió su juventud póstuma que salía de la miseria como Lázaro de su tumba.

67 colocaciones para  adular