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Mira, allí tengo mi Niño Jesús...; vino una sombra una noche y me lo puso feo; pero es Dios...; tiene el vestido sucio y el pelo enmarañado...; pero es Dios....

Fue a los pueblos de los alrededores enseñando.

Si Estar se toma por ser, tambien carece de este verbo este idioma; pero si se toma por existir, ô estar actualmente, ô hallarse en algun lugar, repito, que le tiene, pero muy distinto de nuestro castellano, porque nosotros usamos sin distincion del estar, sea de cosas animadas, sea de inanimadas.

Hijo mío, estate calladito, y no chistes, que si tu mamá se va es porque Dios se lo manda... ¡Ah!, don Plácido, ¿está usted ahí?...».

Es que yo la quería mucho... era mi amiga... iba a ser mi querida... digo... no, dispense usted, éramos amigos... Usted no la conocía bien; yo ... Era un ángel... digo, debía serlo, podría serlo; dispense usted, señora, no lo que me digo; porque me ha llegado al alma esta desgracia.

Por un acuerdo de la Sala de Alcaldes pregonado a 18 de mayo de 1595, se mandó que se notifique «a los que guisan de comer, que llaman figones» que no diesen de comer a las personas que fuesen a sus casas, ni manjar blanco, ni tostadas, ni pastelillos, ni otras cosas dulces.

En buena lógica, debían decir los monarcas: «Yo soy rey porque tengo la fuerza, porque me apoya el ejército.

Un hombre es lo que yo necesito, un hombre!

De esta ciudad, diré lo mismo que de Liverpool, que es preciso visitar los establecimientos fabriles con preferencia á todo; son en Inglaterra las grandes obras nacionales, los monumentos.

No faltaban en los reales de los indios quienes de noche, y otras veces á escondidas, se fuesen á los del enemigo, atraidos con las esperanzas de premios, y á hacer negociacion, la que prometia abundante el enemigo: y como todos los de los pueblos fuesen á estas ferias, todos se fingian Miguelistas: era gente de á acaballo, y á los que veian venir á pié, no querian de noche creer los Miguelistas.

Entretanto pidió viniesen á hablar algunos parlamentarios, y fueron enviados cinco Miguelistas: y como el Portuguez quisiese entablar una plática larga, humana y molesta, la interrumpieron los enviados, y les dijeron:"Que una de dos, ó que se fuesen de sus tierras, ó que si tenian tanta ansia de ellas, que saliesen al campo, porque los indios estaban prontos á concluir el negocio con la espada.

¿Y si alguno cae a tierra, no es acaso a voluntad del Padre? 010:030 pero cada uno de los cabellos de sus cabezas está contado.

¡Ah!, es D. Evaristo».

Ella había de ser, ¡la muy sinvergüenza! ¡Ya se ve..., una mujer que tiene coraje para llamarse Estatira!...

¡Si no fuese por la familia! ¡La madre, sobre todo, que es así! Y Amparo cerraba el puño.

, Elías fué feliz; pero no por eso vivió tranquilo, porque comenzó á tomar parte en la vida activa de la política, que es en todas ocasiones una vida poco agradable.

Desde el momento en que se acepta el servicio por parte de la familia de la dalaga, se abren dos listas, una que lleva el padre de aquella y otra el pretendiente, consignándose en ellas el importe de todo cuanta gasta en obsequios, sean de la clase que quieran.

¡El demonio te llama voz de mentira, cuervo de ingratitud, sierpe de hipocresía, brasa de lujuria!¡Sólo la santa de quien fuimos verdugos te llama Isabel! ¡Ay, para ella todos éramos sus hijos!... ¡Pero Satanás no tiene en los labios el amor de aquella boca ya muda!... ¡Isabel, para mi te llamas remordimiento, y esa bruja, bruja! Desaparece el Caballero en la sombra.

Lo que hay es que me había entrado en aquellos días una idea de lo más estrafalario que te puedas imaginar, una idea que debía de ser criada aquí en el seno cerebral donde fermenta eso que llaman celos.

¿Qué hora es ya?

[207] Byen anssy acaesçe á todos tus contrallos: Do son de sy señores, tórnanse tus vasallos; , después, nunca pienssas synon por astragallo, En cuerpos é en almas asy todos tragallos.

El objeto principal del drama, según se desprende de tales asertos, es el de guiar á los hombres al conocimiento de mismos, manifestándoles las causas y efectos de sus actos, mostrarles el eterno principio de todos los fenómenos de la existencia, é ilustrarlos en las varias relaciones que hay entre las cosas divinas y las humanas.

¡Ocho años, desesperado, helado, prendido a la eternidad por la sola esperanza de una gota!... , es por la cocaína... ¿Y usted?

Los ojos de la primera mujer que pecó no de qué color serían, pero los de la primera que obligó á pecar, de seguro eran negros.

Tales serían las palabras que un espíritu lógico podría pronunciar, reclamando para ellas el calificativo de ser, por el hecho de creerlas alentadoras de la acción, tan pragmatistas como las que pronuncia Mr.

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