26 Metáforas para locas

Así creí yo, pero el señor Doctor Rosaín, que fue quien la asistió en el parto y después del parto, me aconsejó que las separase, y después que a la madre se le remató el juicio, me repitió que no le hablase de eso a la hija, porque querría verla y era fácil que la loca en uno de sus arrebatos la ahogase con sus propias manos.

La loca alegría a que se entregaban los prisioneros que conseguían un fallo absolutorio le impresionó casi tanto como la loca ferocidad con que el populacho hacía pedazos a los que resultaban condenados.

El culpable y el responsable de lo que aquí pasa, es usted y sólo usted; sus locas jugadas de Bolsa, sus francachelas, sus inconsecuencias, es la casa quien lo ha pagado y si la casa ha perdido su crédito, se lo debe a usted y sólo a usted.

Esa loca me va a comprometerdecía, y suplicaba a Choribide que la vigilara para que no hiciese alguna tontería.

Imaginárselos, era fácil e inevitable, pues cercados en todas direcciones por el misterio, urgidos por la necesidad de saber para obrar y aguijoneados por la curiosidad de saber para saber, los hombres tenían que recurrir fatalmente a la cavilación para descifrar los enigmas del universo y de la vida, a fin de orientarse en el mundo y en la vida, y la loca de la casa tuvo que ser la encargada de amueblar y pertrechar la casa.

La loca era para una fuente de dolor y un peso tan penoso como el grillete de un presidiario.

Lo que más le apenaba en tan suprema crísis, era el horror que sentia hácia mismo, el menosprecio de todo su sér, el remordimiento por su pasada vida, sus locos placeres, sus locas ambiciones.

Desde la primavera que mi desolación dejó en España, y desde el estío que mi loca ilusión de juzgarlo eterno cruzó en el Ecuador, pocos días más han bastado para lanzarme á estos otros de tristezas invernales.

Y al mismo tiempo que esto pensaba, la idea de tener relaciones ilícitas con ella me causaba pena, porque de este modo habría descendido del trono de nubes en que mi loca imaginación la ponía.

Después de un largo silencio, alzó la voz nuevamente: Eres una loca, querida Juanadijo, eres una loca, como yo lo he sido, como lo somos todas en el principio de la vida.

La loca de la casa es una obra evangélica, porque evangelio quiere decir pacto de la ley antigua y la nueva ley, y en esta obra la ley antigua, la ley fría y escrita, el criterio tradicional y conservador es sometido a la voluntad desapoderada de afirmarse, a la ley de la perdurable mocedad y fortaleza; de donde saldrá en su tiempo el hijo, que es la especie y con él una ley ponderada y a propósito para su conservación.

La causa ignoro, mi razón no alcanza Por qué ha unido, Muriel, mi loca idea Á un porvenir de luz y de bonanza Cuanto el lugar de tu mansión rodea: Mas cuanto en mis delirios de esperanza Mi corazón, supersticioso, crea, Lo veo de tus cuartos y pinturas Ornado con los muebles y figuras.

Loco anduve; pero fuera, Arrepentido, más loco.

EL LOCO AMARO En el hospital de los Inocentes, situado en la calle Real de san Marcos, casa cuya fundación debióse en 1436 á Marcos de Contreras, estuvo albergado desde 1681 un loco natural de Arcos de la Frontera, llamado Amaro Rodríguez, el cual llegó á hacerse célebre en Sevilla y adquirió una singular popularidad, de tal modo, que no había persona chica ó grande que no le conociese.

Loco estoy... ¿Y cómo no estarlo ¡ay cielo! si, infelice, mi consuelo pierdo y mis delicias hoy? No los perderé; Ruiz, déjame.

Sois hidalgo y estais enojado, y el tiempo halla dos cosas, y ella está en Roma y se domará; ¿sabeis cómo se da la definicion á esto que dicen, Roma, la que los locos doma, y á las veces las locas?

En este particular, toco ahora que tan locas son las hidalgas de aldea como las damas de teatro.

Loco es el hombre que sus prisiones ama, aunque sean de oro.

Cayeron luego el ventero y la ventera en que el loco era su huésped, el del bálsamo, y el amo del manteado escudero, y contaron al cura todo lo que con él les había pasado, sin callar lo que tanto callaba Sancho.

Los locos del pueblo 131 LIBRO SEGUNDO LOS EMIGRADOS DE BAYONA EN 1830 I. Dos amigos 139 II.

¡Amir-el-Mumeninle dijo éste, maravilla y más maravillas! He encontrado al loco a quien el otro loco recomendó, y el loco recomendado es el loco más inconmensurable que hallarse puede.

Un loco y una idiota no son personajes para cerrar dignamente el drama.

¡Muy locos son los poetas dramáticos que se llenan de vanidad cuando ven que sus producciones han sido recibidas con aplauso!

Tomáronse la honra, que en la tierra de los necios, el loco es rey, y guiados de su gran hombre, entraron allá.

Qué bello será el dia en que, caidas las máscaras, los locos sean los sabios y los sabios sean los locos! Será entonces; allá por los años 2,000, cuando piadosos peregrinos, tan numerosos como las hormigas, visitarán la celda donde, cual nuevo Daniel, yo anunciaré el porvenir.

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