Qué preposición usar con cena
: Este donde, equivalente a de manera que, quizás no se entenderá bien por quien ignore que está dicho a la andaluza, tal como alguna vez lo usó Cervantes: «Venida la noche, cenará con el Rey, Reina e Infanta, donde nunca quitará los ojos della, mirándola a furto de los circunstantes....
A los postres, el mozo les dijo que un señorito que cenaba en un gabinete próximo con una señora, bebía una copa de champagne a su salud.
Pero Vd. está fatigado, capitán, y preciso será tomar un refrigerio, sea que quiera Vd. dormir, o bien acompañarnos en la cena de Navidad.
En la noche de ese día 24 se hizo la función de Nochebuena, y se dispuso la cena en este mismo lugar; pero habiendo comenzado muy alegre, se concluyó tristemente, porque al llegar la hora de la alegría, del baile y del bullicio, todo el mundo echó de menos al alegre muchacho, que aunque vicioso, era el alma, por su humor ligero, de las fiestas del pueblo.
Prometía la cena del miércoles ser muy divertida, amenizándola con sus chistes un criado muy gracioso que tenía don Andrés y que hacía en todas las procesiones el papel de Longino, soldado fanfarrón y galante antes de dar la sacrílega lanzada y ciego después, que persigue al lazarillo, el cual se le escapa y le hace en las procesiones mil burlas y perrerías.
Pues hay que cenar a las siete.
Después de su cena con el jefe supremo de la Universidad se trasladó á la Galería de la Industria para convencerse de que el Gentleman-Montaña podía dormir provisionalmente sobre trescientas cuarenta y dos carretadas de paja que la Administración del ejército había facilitado á última hora.
Entonces vino un día conveniente, en el que Herodes en su cumpleaños hizo una cena para sus nobles, los altos oficiales, y los dirigentes de Galilea.
Programa: cena a las ocho de la noche; después acostaremos al niño, y luego: ¡a la misa del gallo! La madrina será....
Cenaban al aire libre, sentados en el suelo alrededor de la marmita humeante.
] [Nota 292: Çahorar es cenar por segunda vez, á deshora.
Vinculete jugaba desde las tres de la tarde hasta las dos de la mañana, sin más descanso que el preciso para cenar de mala manera.
Sí; pero la chica no puede hacer la cena hasta las ocho, porque tiene que estar con el niño.
Por su mente pasaba el terrible lance de la noche próxima, los convidados que llegaban, los salones llenándose, ella vestida con su gran falda de raso rosa, de enorme pouff y larguísima cola, afectando alegría, y el problema de la cena sin resolver aún.
Hoy ya no tenía demasiado dinero y me ha dicho: «Vamos á cenar á la Bombilla».
A última hora y á la salida de los teatros, la buena sociedad cubana cena en los restaurants del Parque y calles anejas, cuyo servicio es esmerado, ó toma helados y chocolates en los cafés y cervecerías, hasta que los tranvías del Cerro y el Vedado y los carruajes de particulares, en hora avanzada de la noche, van desapareciendo del Parque, que recobra la tranquilidad perdida durante las últimas horas de la tarde y primeras de la noche.
Se fué cuando el grumete comenzaba á preparar la cena á bordo de la Flor de Mayo.
Cuando los oficiales jóvenes hablaban en su presencia de ruidosas cenas al saltar á tierra con mujeres de distintos países, el piloto se encogía de hombros.
Pero la amenidad que le faltaba a la cena por su propia sencillez, la hallábamos Neluco y yo bien cumplida en la palabra de nuestro noble anfitrión.
El gobierno le llamaba para conocer sus opiniones; el rector de la primera de las universidades, que hasta entonces le había considerado como un triste catedrático de una lengua muerta y de problemática utilidad, se dignaba sonreirle, y hasta en la noche anterior, después del recibimiento del Hombre-Montaña, lo había invitado á cenar para que en presencia de su familia contase todo lo ocurrido.
Ya sabes que no ceno sin ellos.
No se cena hasta que no venga don Pedrito.
metíase en la sacristía como si fuese su casa, abriendo la cesta de la cena sobre los cajones y alineando los comestibles entre candelabros y crucifijos.
CAL.o mezquino de mi! que asaz bien me fuera del cielo otorgado, que de mis brazos fueras fecho e texido: y no de seda como eres: porque ellos gozaran cada dia de rodear e cenir con deuida reuerencia aquellos miembros que tu, sin sentir ni gozar de la gloria, siempre tienes abrazados.
¡Valiente cena pa el que llega á su casa destrozáo de fatiga! JUAN JOSÉ.