24 colocaciones para quintos

Ándate con repulgos y verás cómo le cae a tu hermana un subteniente, un oficial de la clase de quintos u otra lotería semejante.

Alumnos del año preparatorio de Derecho, del quinto de Segunda Enseñanza, del preparatorio de Medicina formaban animados grupos: estos últimos eran fáciles de distinguir por su traje y por cierto aire que no se observa en los otros: vienen en su mayoría del Ateneo Municipal y entre ellos vemos al poeta Isagani esplicando á un compañero la teoría de la refraccion de la luz.

18 Y vino palabra del SEÑOR de los ejércitos a , diciendo: 19 Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: El ayuno del cuarto [mes], y el ayuno del quinto, y el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se tornarán a la Casa de Judá en gozo y alegría, y en festivas solemnidades.

Rosa, casi metida por las ruedas, pudo ver un instante en un coche de tercera multitud de cabezas de pobres quintos que gritaban, gesticulaban, saludando a los árboles, al suelo, a los campos, a toda la patria familiar, a la pequeña, que dejaban para ir a morir en las luchas fratricidas de la patria grande, al servicio de un rey y de unas ideas que no conocían.

Que se vaya con su constancia a los quintos infiernos».

Y por fin, después de referirme su historia, me suplicó que le consiguiera un destinito de oficial quinto, para poder casarse.

Este es el orígen, este el principio de aquella calumnia tantas veces reproducida en el Consejo de Indias contra los Jesuitas, de un peñol de plata que benefician escondidamente con detrimento de los quintos reales.

lo que ocurrió con el quinto, enfermo en el Hospital de la Habana?

Yten que su alteza faze merced a todos los que fueren por yndios a las partes que dieren licencia el Almirante y oficiales de su alteza que Resyden en la española del quinto de los tales yndios que fasta aqui solian pagar a su alteza que los ayan y se sirvan dellos libremente syn pagar el dicho quinto.

En aquellos amenos parajes, delante de la jaula del león africano, o del tigre de Bengala, o del tití de las Indias, es donde el regocijado ingenio de nuestros quintos derrama los tesoros de su gracia; allí donde se escuchan las frases espirituales, los dichos agudos; allí donde revientan los epigramas acerados, los discretos razonamientos.

En el quinto los lisonjeros, diciendo que sin él no se puede vivir en la corte ni en el mundo.

Evaristo se halla en una conversacion, y no hace otra cosa que ponderar la desigualdad del tiempo, las niñerías de sus hijos y sus gracias: y despues, por hacer demostracion de su saber, se pone á hablar de los vestidos de los Macedonios, del orden de batalla de las Amazonas; y si se le ocurre, no omite tal qual lugar de Quinto Curcio.

Las crónicas de aquellos tiempos acusan a los hijos de Loyola de haber contribuido eficazmente al trágico fin del rico minero, que había prestado no pocos servicios a la causa de la corona y enviado a España algunos millones por el quinto de los provechos de la mina.

Él acaba de ingresar en el ejército, representando el amor de cincuenta mil novias de otros tantos quintos, sin contar los quintos que tendrían más de una novia y de un pañuelo.

Item perteneció á Vuestra Magestad de que se ha fecho cargo a los dichos tesoreros en una partida de docientos é noventa é cuatro pesos y un tomin é cuatro granos de oro al quinto de oro de diez y nueve quilates que se ha fundido que sacados veinte y nueve pesos é tres tomines é cuatro granos de la dicha décima parte restan para vuestra Magestad docientos é sesenta é cuatro pesos é seis tomines.

¡Una perrilla para los quintos de Villaluenga!gritan, y alargan una gorra ante los viajeros.

La cédula de que se trata dirigida á Obando se comunicó á los procuradores de la isla Española, y aunque está publicada, según hemos dicho, no lo está la provisión en la cual se conceden además por el Rey, para los gastos causados por la construcción y entretenimiento de los caminos, diez maravedís por cada peso del quinto del oro correspondiente al Rey, computando el valor de cada peso en 400 maravedís.

Esta mañana salí A ese verde hermoso sitio, A esa divina maleza, A ese ameno paraíso, A ese Parque, rica alfombra Del más supremo edificio, Dosel del cuarto planeta, Con privilegios de quinto, Esfera en fin de los rayos De Isabel y de Filipo; Desde cuyo heroico asiento, Siempre bella, siempre invicto Están, católicas luces, Dando resplandor al indio, Siendo en el jardin del aire Ramilletes fugitivos.

Que Torquemada compraba abonarés de Cuba á tres y medio por ciento de su valor, y que era el socio capitalista de una compañía de estafadores, disfrazada con la razón social de Redención de quintos,

, hombre, en el reconocimiento de los quintos... ¡atencion! Ese respetable señor que va elegantemente vestido, no es médico pero es un homeópata sui generis: profesa en todo el similia similibus...

149 LIBRO QUINTO UN SOLDADO AUDAZ I.El oficial de la boína blanca.

¡Era fatalidad que, justamente durante la época más ahogada de costura, cuando se acercaban los carnavales, los bailes, los trajes, para las mascaradas y comparsas, y no podía ella faltar del taller donde desempeñaba las importantes funciones de aparejadora, se le ocurriese al Casino de Industriales dar una gran función de teatro, para redimir á un socio de la suerte de quinto!

Pero hágote saber, hermano, que á Pablo le tiene mas cuenta y le vienen mejor las alpargatas del quinto, que no los potingues del boticario.

Lo es, máxime si se agrega que el soldado cumplido al volver á su pueblo, cuenta la vida holgada del cuartel, y con sus relaciones, aleja el temor de los quintos, que saben, que el soldado viste bien, come mejor, tiene dinero, y vive con holgura y poco trabajo.

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