41 Adjetivos para describir adolescencia

Al venir al mundo fueron delicadamente mecidas por las manos de la lustral Doniazada, su buena tía, que grabó sus nombres sobre hojas de oro coloreadas de húmedas pedrerías y las cuidó bajo el terciopelo de sus pupilas hasta la adolescencia dura, para esparcirlas después, voluptuosas y libres, sobre el mundo oriental, eternizado por su sonrisa.

Este fué el principio de un idilio que duró tres meses, y al que Nébel aportó cuanto de adoración cabía en su apasionada adolescencia.

Pero llegó muy presto su edad florida, pasó su adolescencia dulce y tranquila, y los insomnios encendieron en fiebre sus bellos ojos.

Ansiaba conocer las orillas del Nilo y los restos ciclópeos del Egipto legendario; las tierras salvajes y escondidas, el desierto, las minas del oro y del diamante, cuanto había desflorado en los libros de su ardiente adolescencia.

Su esbeltez, de líneas rectas y armoniosas, le recordaba la elegancia de las figurillas de Tanagra sobre las mesas de las hetarias de Atenas; la arrogante adolescencia de las canéforas pintadas de negro en torno de los vasos griegos.

Deseaba conocer los bastidores de la gloria, el foso de la celebridad, la vida errante y miserable del torero antes de llegar a la aclamación pública; y Gallardo, con súbita confianza, hablaba y hablaba, relatando sus primeros tiempos, deteniéndose con soberbia delectación en la humildad de su origen, aunque omitiendo lo que consideraba vergonzoso en su adolescencia aventurera.

Tristemente sentada en una pobre barquilla atravesaba el Tíber, envuelta en su manto y rodeada de sus hijos, abrigando á unos contra su seno, cubriendo á otros con su velo, y sosteniendo en sus hombros las bellas cabezas de sus hijas Julia y Drusila, niñas aún, pero que ya prometian todas las gracias de una bella adolescencia.

Los habares mandan al pueblo mensajes de fragancia tierna, cual en una libre adolescencia candorosa y sutil.

Así como en la adolescencia fuí capaz de exponerme por ofrecer huevos de gallo á una chiquilla, así también, ahora que peino canas, me siento apto para intentar cualquier esfuerzo, heroico ó no, loable ó vituperable, si de él depende el logro de un fin que me importe mucho.

Rogelio no era rico: después de una infancia triste, de una adolescencia cruel, combatida por muchas pesadumbres, su arte y su pluma, unidos en esfuerzo quizá no muy constante, pero firme y bien orientado, comenzaban a subir la dura cuesta de la fama; pero aún no podía como «el otro» redimir la hacienda de Valdecruces, ni siquiera ofrecer a su amada más que un porvenir inseguro.

Aquella sala alegre, con balcones á la casona y al jardín, era la habitación preferida del poeta, su taller literario en otro tiempo; ¡tiempo distante, huído para siempre! Las azules pupilas soñadoras tornáronse infantiles, de tan cándidas, al rimar los recuerdos de una adolescencia compartida fraternalmente con el hombre, amado ahora, en la desventura

Diego recordó que una vez, una sola vez en mucho tiempo, se acercó á la amada ilusión de su adolescencia, convertida en señora gentil, reina de salones; y la miró á los ojos tanto, tanto, que ella se ruborizó mientras él se asustaba de haber descubierto en las azules pupilas ideales un secreto dolorido.

Rogelio no era rico: después de una infancia triste, de una adolescencia cruel, combatida por muchas pesadumbres, su arte y su pluma, unidos en esfuerzo quizá no muy constante, pero firme y bien orientado, comenzaban a subir la dura cuesta de la fama; pero aún no podía como «el otro» redimir la hacienda de Valdecruces, ni siquiera ofrecer a su amada más que un porvenir inseguro.

El uno, despojándose de una gran fortuna para salvar de la deshonra la memoria de un padre; el otro, en la débil adolescencia, luchando valerosamente con las dificultades de la vida y el desamparo de la orfandad.

Tomo XX.Los ocios encantadores de la adolescencia desocupada.

Se imaginó obrar así por el goce altruísta que proporciona el amparo del débil; pero tal vez fué un deseo inconsciente de agredir á aquel hombre que había atravesado su adolescencia, despertándola á la vida sentimental, para seguir después su camino, ignorante de lo que dejaba á sus espaldas.

Milano, con sus vicios, por un lado; Natalia, por otro, con su orgullo; el joven Alejandro, que no tenía nada que agradecer á la Naturaleza, recibió una educación precaria, se desarrolló sin afecciones; apenas su adolescencia despierta, es la dama de honor de su madre, la hábil Draga, la que le domina con la más irascible de las dominaciones.

Hallábanse ahora en la dichosa adolescencia.

Hubo una vez en que los atributos de la juventud humana se hicieron, más que en ninguna otra, los atributos de un pueblo, los caracteres de una civilización, y en que un soplo de adolescencia encantadora pasó rozando la frente serena de una raza.

París es la ciudad del placer, de las locas seducciones; Zarzoso es joven, y, según mis informes, inocente e inexperto en materias amorosas, como hombre que ha pasado su adolescencia entregado al estudio.

Rafael quiso excusarse, pedir perdón, pero aquel recuerdo de la adolescencia evocado por la escena brutal, la hacía implacable.

La persona de Esteban Alvarez había impresionado a Enriqueta, que estaba en la plenitud de una adolescencia apasionada, excitada más aún por una educación monjil, y que sentía verdadera hambre de amor.

Llegó á Madrid en Octubre de 1854, y bien pronto comenzó á ver desvanecerse como el humo los dorados sueños de su febril adolescencia.

Me acuerdo, en efecto, del tiempo... ¿Qué hombre no ha sido presa alguna vez de los errores de la adolescencia frívola, crédula y desocupada?...

Así como en la adolescencia fuí capaz de exponerme por ofrecer huevos de gallo á una chiquilla, así también, ahora que peino canas, me siento apto para intentar cualquier esfuerzo, heroico ó no, loable ó vituperable, si de él depende el logro de un fin que me importe mucho.

41 Adjetivos para describir  adolescencia