48 Adjetivos para describir insurrección

De esa actitud no se apartó el Gobierno de Washington en los diez años que duró la insurrección cubana; y para convencerse de ello basta leer los mensajes presidenciales de 13 de junio de 1870, de diciembre de 1873, 7 de diciembre de 1874, 7 de diciembre de 1875, 3 de diciembre de 1877 y 2 de diciembre de 1878.

Cuando el gobierno de Méjico inauguró el sistema de vejaciones de que ya no había de apartarse, aquellas buenas gentes abandonaron el azadón y el pico para empuñar el rifle; montaron a caballo y se pusieron en abierta insurrección contra un opresor que quería arruinarlos y desposeerlos.

Como Magallanes indicase que se proponía invernar allí, estalló terrible insurrección, dirigida por Luis de Mendoza y Gaspar de Quesada, quienes pusieron en libertad a Juan de Cartagena.

Ha promovido insurrecciones domésticas entre nosotros, y se ha esforzado en atraer sobre los habitantes de nuestras fronteras á los indios salvajes, cuya única ley en la guerra es la destruccion, sin respetar edades, sexo ni condiciones.

Tres años después (1723), con motivo de haberse hecho algunas compras a precios inferiores a los de tarifa, se declararon en completa insurrección los vegueros de Santiago de las Vegas, teniendo el gobernador Guazo que echar mano a la fuerza, causándoles un muerto y 12 prisioneros.

] nacimiento y desarrollo de la actual insurrección, y podrá ver el Consejo que el nombre de Rizal está siempre unido á los trabajos que le han dado vida.

pues el gran templo por tantos califas reformado y engrandecido, y manténgase como mudo testigo de las rápidas invasiones, insurrecciones sangrientas, guerras civiles y traiciones que hormiguean y zumban á su pié, hasta que le llegue el dia de mostrarse como una aparicion fantástica á los ojos atónitos de los guerreros de S. Fernando.

Como Magallanes indicase que se proponía invernar allí, estalló terrible insurrección, dirigida por Luis de Mendoza y Gaspar de Quesada, quienes pusieron en libertad a Juan de Cartagena.

La capital estaba ya en plena insurrección, y grupos de paisanos armados aparecían en todas las calles, saludando con vivas a aquellos soldados, que, rojos por el entusiasmo, inclinados sobre el cuello de sus mulas, y dejando flotar los encarnados cordones de sus roses, galopaban, arrastrando las terribles bocas de hierro, cuyas ruedas botaban sobre el empedrado, produciendo un sordo estremecimiento, semejante a la lejana tempestad.

Todas las pequeñas insurrecciones que ha habido en Filipinas fueron obra de unos cuantos fanáticos ó descontentos militares que para conseguir sus fines tenían que engañar y embaucar ó valerse de la subordinación de sus inferiores.

O'Donnell respiró al ver vencida la insurrección militar, y antes de dirigirse contra los elementos civiles que sostenían la bandera revolucionaria, encaminóse a Palacio, para tranquilizar a Isabel II y a su pusilánime y afeminado esposo, Don Francisco de Asís, que temblaba como una damisela, a pesar de su categoría de capitán general del Ejército.

Ni tendrá afición al teatro, ni á la poesía, que es por donde se pierden los hombres, y esconderá el dinero en una olla para que no lo vea ni Dios... ¡Oh, qué hijo tengo, y qué gusto trabajar todavía unos cuantos años, muchos años, para llenarle bien su hucha! Ya de día se contuvo el desorden cerebral; pero los fenómenos gástricos y nerviosos tomaron ya un carácter de franca insurrección, que anunciaba el término de la vida.

Llevan en sus bodegas cajas de fusiles y ametralladoras para renovar la insurrección fratricida; y sobre las cubiertas, la formidable artillería que destrozara nuestros barcos y la ciudad de Manila, por vosotros fundada y recuperada.

No se entienda por esto que supongamos indispensables, ni siquiera convenientes la desconfianza perpetua o la frecuente insurrección de los gobernados para que éstos no se hagan, a par de víctimas, cómplices de las torpezas, desmanes y crímenes de los que gobiernan.

D. Federico Roncali (1848-1850) tuvo que combatir fuerte insurrección.

La codicia y la tiranía de algunos españoles, en particular de Pedro de Margarit y del P. Boil, produjo insurrección general de los rudos e infelices indios.

Éste fué una gloriosa insurrección contra las formas aristocráticas y convencionales de la tradición literaria encauzada desde el renacimiento por el seguro pero estrecho álveo de la cultura clásica, un retorno á la verdad y á la belleza aprisionadas en inflexibles moldes, un himno entusiasta á la inspiración libre y sencilla de la Edad Media.

Apenas acababan de llegar de Italia, cuando fue declarada la intervención anglo-francesa en favor de la insurrección griega.

Era demasiado, sin duda, para que lo sufrieran tranquilos, y la insurrección guaraní de 1751 lo demostró enteramente.

Así terminó la insurrección popular más heroica y entusiasta y peor dirigida que ha existido en España.

Tal fue el origen, y tal el carácter de nuestras tiranías y de nuestras insurrecciones implacables: matar o morir en la contienda.

Pero, a las pocas horas de lucha, O'Donnell había adivinado ya el punto flaco de aquella imponente insurrección.

De suerte que el porvenir menos oneroso que á España se presentaba, en este punto, consistía en una nueva guerra colonial para restablecer su soberanía en el archipiélago, dominando la insurrección indígena por una parte, y por la otra, en la organización de un nuevo Gobierno, con la intervención y bajo la constante inspección de la nación americana.

La codicia y la tiranía de algunos españoles, en particular de Pedro de Margarit y del P. Boil, produjo insurrección general de los rudos e infelices indios.

» La insurrección iniciada en Yara se mantuvo diez años y consumió ríos de oro y sangre á la nación.

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