21 Verbos a usar para la palabra huracan

Cual vorágine furiosa Todo arrastra en su carrera, Cual las pajas de la hera Que arrebata el huracan; Y del genio poseido, Rie, llora, nos encanta, Y atrevido nos levanta En sus hombros de titan.

Era un círculo eterno, un movimiento sin variacion, como la caida del torrente, como el caliente remolino de fuego ó de arena que se fija en un punto, en medio de un bosque incendiado ó en la mitad de una playa azotada por el huracan.

Si en la operacion podeis salir perjudicado, precaveos á tiempo; apartaos de un edificio que si bien en una situacion regular no amenazaba ruina, está ahora batido por un furioso huracan.

Pero no tardó él mismo en romperla: en el año de ochocientos ochenta y seis, aprovechando el descuido de los cristianos en la frontera, entró por ella á sangre y fuego; se puso sobre Zahara, villa situada entre Ronda y Medina Sidonia, y á pesar de que estaba bien guarnecida, la sorprendió durante las tinieblas de una noche oscurísima y tempestuosa, en que se desplomara el aguacero y bramaba el huracan.

Uno de ellos cabalgaba en un fogoso potro cordobés, negro como la noche é indómito como el huracan.

Entre los más hermosos árboles se veneraba allí el olmo viejo, que se creia haber existido desde ántes de la fundacion de la ciudad, y que á pesar de los muchos cuidados que con él se tuvieron, lo derribó el huracan de 15 de Febrero de 1876.

Enojóle tanta resistencia; arrojó lejos de la adarga, alzó su espada á dos manos, describió con ella un ancho círculo sobre su cabeza, y esclamando, olvidado en su furor de su incógnito y del lugar en que se encontraba:¡Santiago y Castilla!la dejó caer con el ímpetu de una encina derrumbada por el huracan, sobre el moro.

La luna descolgaba dispersos rayos del borde de una nube lóbrega, el huracan gemia....

El mercado antiguo se destruyó por un huracan en 1812, y el moderno se construyó el año de 1813, siendo el arquitecto D. J. Piernas, sobrestante entónces de la ciudad, y sacando de costo treinta mil pesos.

yo marcho hácia adelante, poderoso y terrible como el huracan, y como el huracan no me detengo ante nada.

Zanjada su cuenta con lo pasado, de que saliera ilesa la pureza de su alma, la sanidad de sus sentimientos y lo inmaculado de su conciencia, sucedíale como á la azucena que aja y dobla el huracan, sin empañar su blancura ni robarle su perfume; que, repuesta la calma, se rehace, alza su cáliz y vuelve á su lozanía, sin mas agitarse en la serena atmósfera que Dios le envía.

Acepta la espada, mide á su enemigo con una mirada de fuego, le apostrofa con un espumante resoplido, irgue un instante la formidable nuca, escarba la arena con suprema desesperacion y coraje, y embiste como un huracan....

La hermosura y riqueza que nos dan los hombres perece bajo la espada de los hombres: solo tus inagotables tesoros sobreviven al furor de las armas, al tremendo empuje de los siglos, á la devastadora fuerza de las revoluciones que pasan como el huracan sobre la frente de los pueblos.

La ciega obediencia y estado deplorable de estos asuntos no me dieron otro arbitrio, que manifestar el modo y forma de su reduccion, dejando campo para que tan corta raiz fomentase, y produjese las grandes esperanzas que anteriormente tengo expresadas; pues de haber manifestado yo, que en aquel estado no podia subsistir, preparaba el huracan á su entera ruina.

Al verles blandir sus macizas entenas, se conocia la nobleza y ardimiento de uno y otro campeon, y mucho más al verles resistir ese choque terrible, tan vigorosamente como las torres resisten el huracan, ó los escollos á los furiosos embates de las olas.

Yo soy la encina que se ha secado, yo soy el invierno que concluye: fuerte y sereno me habeis visto resistir al huracan de la desgracia, me habeis visto fuerte contra la adversidad: hoy mi corazon es jóven, pero mi brazo está cansado y débil: como la encina se despoja al fin para no volver á engalanarse con ella de su diadema de verdura, yo me despojo de la corona que heredé de mi padre, y la pongo sobre la cabeza de mi hijo.

De tiempo en tiempo, cuando alguna de las mulas afloja el paso (porque van siempre á galope largo y al coche rueda como un huracan por cuestas y valles), el zagal da un salto al suelo, y se lanza á la carrera, á la par de las mulas, armado de un garrote delgado ó de un látigo fuerte.

El 9, partimos de Moron y llegamos à hacer noche en la Cañada de los Pozos, donde sobrevino un huracan y tempestad de truenos y lluvia, que nos demoró el viage hasta las 11 de la mañana del 10, y á las 6 de la tarde arribamos al Pueblo y Guardia de Lobos, punto destinado á reunirse las carretas, escolta y demas carruages, con los víveres y útiles que debian servir al viage y cumplimiento de la Comision.

, Mis ojos vieron un dia Dos pensamientos brotar, Y luego el huracan Llegar con vuelo violento, Deshojar un pensamiento... Y uno tan solo dejar.

» Y zumbó el huracan al rededor de los muros.

Y pasan como un torbellino y zumban como el huracan, y los labriegos al verlos acercarse huyen despavoridos hácia los muros gritando: ¡Los moros! ¡al arma la tierra! ¡los moros de Granada vienen en busca de nuestras mugeres y de nuestra plata! Y allá van los campesinos que huyen, y el rey moro que vuela, y la gente que le sigue.

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